El segundo matrimonio

Capítulo 44: Ya que naciste sin ser criado

Después de llevarse a Lu Ye, Liu Si reflexionó sobre su idea, pensando que seguramente haría feliz a Lu Ye. Lu Ye había traído los libros para consultar con Liu Si, lo cual lo alegró mucho. Su hijo mayor era su orgullo, y estaba convencido de que tendría un futuro brillante, posiblemente más prometedor que el de su esposo en la carrera oficial. Lamentablemente, no estaba satisfecho con el matrimonio de su hijo mayor, y ahora debía compensarlo a través de su hijo menor.

"Lu Ye, estoy muy contento de que seas tan diligente. Pero como dice el dicho, 'cultiva tu carácter, gobierna tu hogar, dirige el país y pacifica el mundo'. Ahora que ya no eres tan joven, ¿no deberías primero resolver tu gran asunto de la vida? Una vez que estés casado, tendrás una esposa que te ayudará a manejar las cosas cotidianas y podrás concentrarte en tus estudios." Liu Si no había esperado que Lu Ye supiera leer; si sabía leer, entonces probablemente había ido a la escuela. Se emocionó y dijo: "Eres hijo de tu padre y de mí, así que debes ser inteligente. Estoy seguro de que en tres o cinco años podrás pasar el examen de jinshi."

Aunque no era raro ver a un jinshi de veinticinco o veintiséis años en la capital, en otros lugares un jinshi de esa edad era motivo de orgullo para la familia. Más tarde, con la ayuda de tu padre y tu hermano mayor, obtener un cargo no será difícil." Mientras decía esto, Liu Si ya estaba pensando en una lista de jóvenes que serían adecuados para su hijo.

Pensó que aunque su hijo no tuviera un cargo o un título ahora, había muchos hijos de oficiales en su situación que no habían logrado nada a su edad. Su hijo, con su buen aspecto, debería atraer a alguna joven. Solo si la joven es de una familia demasiado noble podría ser un problema, pero las hijas de funcionarios del mismo rango que su esposo no deberían ser un problema.

Lu Ye no esperaba que Liu Si mencionara su matrimonio. Su sentimiento de decepción se convirtió rápidamente en nerviosismo y anticipación.

"Padre, ya tengo a alguien en mente para casarme. Solo tienes que ir a proponer matrimonio por mí." Lu Ye estaba emocionado y ansioso. Pensaba que tendría que esperar un poco más, pero no imaginaba que el día llegaría tan pronto.

Liu Si, al escuchar esto, tuvo una mala premonición. Al ver la expresión de su hijo, se dio cuenta de que la persona que le gustaba a Lu Ye era alguien del pueblo, lo que le desagradó de inmediato. Sin embargo, no mostró su descontento y trató de calmar a Lu Ye con paciencia: "Lu Ye, la persona que te gustaba antes puede ser buena, pero ahora ya no son compatibles. Ahora que has vuelto, tu padre y yo nos aseguraremos de arreglarte un matrimonio adecuado. En la capital hay muchas jóvenes hermosas, seguro que serán mejores que la que viste en el pueblo. No te preocupes, tu padre no te hará sentir decepcionado."

Además de ser atractiva, la familia también debe ser adecuada. Si tu hijo desea estudiar y obtener un título, es aún más necesario encontrar una buena familia para su futura esposa.

Lu Ye volvió a casa y nunca antes había sido tratado con tanta amabilidad por Liu Si, pero aún así sacudió la cabeza y dijo con firmeza: "No quiero casarme con otra persona, solo quiero casarme con Ye Nan. Por favor, envía a alguien a pedir su mano por mí."

"¿Ye Nan? ¿El joven que se fue hoy?" Liu Si estaba agradecido con la familia Ye por su ayuda, por lo que cuando eligió una recompensa, lo hizo con cuidado. Sin embargo, sin importar cuán agradecido estuviera, no aceptaría que la boda de su hijo fuera con alguien de la familia Ye. No podía permitir que esa misma persona se beneficiara de nuevo.

El rostro de Liu Si se volvió severo, pero aún no se enfureció. Sin embargo, su tono se volvió muy firme: "Hijo, ese joven no es adecuado para ti. Tu matrimonio lo decidiré yo. Sé que estás ansioso por casarte, pero no te preocupes, al menos para la próxima primavera, te conseguiré una esposa." Liu Si pensaba que, dado que su hijo ya no era joven, estaba ansioso por casarse. Aunque Ye Nan era una buena persona, antes, en el pueblo, el mejor para Lu Ye era Ye Nan, pero ahora la situación era diferente. Cuando conociera a jóvenes mejores, ya no se interesaría en Ye Nan.

Las palabras serias de Liu Si no fueron comprendidas por Lu Ye. Lu Ye solo sentía que su familia no aceptaba a Ye Nan. Estaba enojado porque su padre no aceptaba a Ye Nan y respondió con firmeza: "¿Por qué no es adecuado? Creo que es muy adecuado. No quiero casarme con otra persona, solo con él."

"¡Deja de hacer tonterías! No podemos aceptar este matrimonio. Tú y tu padre no pueden cambiarlo. Si estás tan ansioso por casarte, hazlo el próximo año. No permitiremos que un joven del campo arruine tu vida." Liu Si estaba decidido a no permitir que Lu Ye se casara con Ye Nan y estaba listo para irse a ver a Lu Xizhen.

Lu Ye miró cómo Liu Si se iba y se rió a carcajadas. Luego, se arrodilló y dijo en voz alta: "Entonces no seré más tu hijo."

Las palabras de Lu Ye fueron fuertes y Liu Si no se había alejado mucho. Se giró con incredulidad y vio a Lu Ye arrodillado, golpeando su cabeza contra el suelo con fuerza. Después de tres golpes, la frente de Lu Ye ya estaba enrojecida e hinchada.

"¡¿Qué estás haciendo?! ¿Esto es una amenaza para mí?" Liu Si, enfurecido por la acción de Lu Ye, sintió que se le nublaba la vista. En ese momento, Lu Xizhen llegó rápidamente para sostener a su padre.

"Padre, ¿estás bien? No te enojes. No te enfadaré más y no te presionaré. Haré lo que me digas en el futuro."

"Xizhen..." Liu Si miró a sus dos hijos con gran tristeza, deseando que Lu Ye fuera tan obediente como Xizhen.

Mirando a la pareja de padre e hijo tan afectuosa, Lu Ye se sintió como un estorbo. Se molestaba al verse a sí mismo, y dejó salir lo que pensaba sin filtro: "Te sufrí durante diez meses, y ahora que nací, no te debo nada más. Los tres golpes que te di son mi forma de pagar tu bondad. A partir de ahora, no necesitamos llamarnos padre e hijo. Quédate con tu hijo y no me interfieras más. No intentaré quitarle su lugar."

Con eso, Lu Ye se levantó y se fue rápidamente. Cuando Liu Si se quedó parado, atónito, una sirvienta le preguntó si debía ir tras Lu Ye, pero Lu Xizhen lo reprendió por ser tan imprudente y pronunciar palabras tan desleales.

Una deslealtad hirió profundamente a Liu Si. Hizo un gesto a la sirvienta para que no fuera tras Lu Ye. No quería seguir tolerando un temperamento como el de Lu Ye, temiendo que, en el futuro, tuviera que lidiar con más problemas.

Liu Si quería que Lu Ye se calmara y él también necesitaba tranquilidad. Lu Ye lo había desafiado tanto que incluso había hablado de cortar la relación. Era completamente inaceptable. Tenía que castigar a Lu Ye para que no se volviera más desobediente y menos respetuoso.

Liu Si, con sus pensamientos y lo que sucedería después de su partida, no lo sabría Lu Ye. Ya había dejado la capital y estaba acostado en la cama de la familia Ye. Respiró profundamente para calmarse, miró la luz tenue de la luna que entraba por la ventana, y recordó el cielo que conocía, seguido de muchos recuerdos agradables. Su cuerpo se relajó y su ánimo mejoró.

"Al menos nos hemos ayudado mutuamente." Al pensar en su padre, el dolor de Lu Ye se desvaneció. Aunque aún sentía tristeza por dejar a su padre y a su hermano mayor, ya que su padre realmente había sido muy bueno con él, y su hermano mayor también, que siempre encontraba tiempo para enseñarle y organizar libros adecuados para él.

"Qué lástima los libros, debí haberlos traído." Lu Ye lamentó no haber llevado los libros que su hermano mayor había preparado para él. Pensaba que leer más libros le haría más inteligente y ganaría más dinero.

"No debo ser tan impulsivo en el futuro." A pesar de que Lu Ye no sentía que había hecho algo malo, lamentó un poco las palabras que dijo al irse. No sabe si esas palabras harán que su padre se sienta triste, y si su padre está triste, ¿significa eso que aún le importa? Pero... "No debería estar triste." Así que no hay mucho de qué arrepentirse; al menos dijo todo lo que quería. A partir de ahora, cada uno vivirá su vida y no se interrumpirán mutuamente.