Addam Velaryon. VI

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Honeypie - JAWNY.

...

El cielo se mantenía en un tono azul claro, brillando con intensidad. Visenya montaba a Vermithor, divagando por los alturas con el viento en la cara.

Nunca tuvo una buena comunicación con su reptil, simplemente moviendo sus riendas e indicando dónde iría. Daemon, su padre, le había encargado la tarea de explorar los alrededores en busca de los verdes, los declarados usurpadores de la corona. Fue algo difícil de convencer, por lo que aprovecharía la oportunidad para demostrar su gran valía en el campo de batalla.

Con esa mirada tan seria e intensa, pudo observar con lejanía a Bruma, el dragón del supuesto padre de sus medios hermanos. Sus ojos de águila podían detectar a un jinete desconocido encima de él.

— Dakogon, Vermithor! — ¡Corre, Vermithor!, gritó ella, cambiando el rumbo del vuelo para ir hacia el animal.

El extraño pareció percatarse de cómo el dragón llegaba a él, intentando escapar con escándalo.

Visenya se caracterizaba por tener un carácter fuerte y poco agraciado, tomar decisiones impropias e imprudentes. Muchos dirían que no era inteligente, muchos otros dirían lo contrario. Algunos la comparaban con Visenya, la conquistadora... decían que parte de su actitud venía de su antepasada.

El dragón canela era una bestia poderosa, dada su mayor masa, capaz de superar a Bruma en rapidez y fuerza bruta. Llegó con el contrario de inmediato, sus alas moviéndose con velocidad.

— ¡Detén tus andares, desconocido! — gritó, empujando al animal gris con el suyo.

El hombre no respondió, intentando escapar aún más. Y como fue mencionado anteriormente, la imprudencia de la mujer Targaryen volvió a ganar.

— ¡Dracarys! — gritó nuevamente, haciendo que el escarlata soltase una gran cantidad de fuego al dragón contrario.

Para su sorpresa, Bruma había desaparecido, haciendo que el fuego cayese hacia la nada. Con los ojos bien abiertos, comenzó a buscar al dragón, notándolo dar vueltas en un círculo, incluso volteretas que, claramente, el jinete no estaba controlando.

Soltó las riendas de Vermithor cuando notó al hombre de piel morena alzar las manos... pidiendo ayuda. La albina se quejó en silencio, indicándole al reptil que volara a dirección de ambos.

Una vez que mantenían una distancia respetuosa, habló. — ¡¿Cómo domaste a Bruma?!

— ¡Yo no lo domé! ¡Él me domó a mí! Es decir... — el sujeto respondió con dificultad, logrando que la mujer alzara una ceja con duda.

— ¡¿De qué hablas?! ¡¿Cómo te llamas, vienes de parte del usurpador?! — siguió preguntando.

— ¡Me llamo Addam! ¡Y no, nunca apoyaría a un rey falso! — argumentó.

En cuanto la femenina bajó la postura, el dragón gris se abalanzó contra ella. Vermithor esquivó por sí solo, volviéndose violento.

— ¡Dale indicaciones a tu dragón! ¡Se llama Bruma! — exclamó, notando que Bruma apenas medía la mitad de Vermithor.

— ¡Lo intenté pero ni siquiera me hace caso! — siguió siendo jalado por el plata, gritando con temor.

— ¡¿Ni siquiera hablas alto valyrio?! — preguntó, siguiendo al animal vecino.

— ¡No! — respondió nuevamente.

La mujer rió al observar a Bruma hacer lo que él quería. Vermithor seguía a la defensiva, pero se frenó cuando la mujer acarició sus escamas, acción que nunca, desde que lo reclamó, había realizado.

ONE SHOTS | HOUSE OF THE DRAGON, GAME OF THRONES.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora