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Estaba teniendo otro sueño en el que volaba; normalmente tenía ese tipo de sueños.
Solía volar sobre nubes blancas y esponjosas, siguiendo a alguien. En su mente despierta, podía reconocer el camino como la vuelta de calentamiento matutina alrededor del complejo de las exorcistas. Pero en el sueño solo seguía una forma frente a ella, nunca muy segura de a quién.
Últimamente, sus sueños habían cambiado; volaba alrededor de Pentagram City en un camino memorizado, atravesando el cielo rojo, sobre edificios con sus letreros de neón y formas distantes debajo de ella.
Ahora no seguía a nadie, ninguna forma, ninguna figura, al menos por lo general. En este sueño en particular, estaba siguiendo a Vaggie, observando cómo se inclinaba y se elevaba, disfrutando completamente del vuelo. Lute sintió esa clase de dichosa satisfacción que recién había conocido en el mundo de la vigilia; antes, pensaba que era simplemente una función de los sueños, un pequeño regalo dado a los ángeles guerreros que no conocerían nada durante todos sus días excepto el horror de la matanza y el entrenamiento para la misma.
Entonces, una sombra pasó sobre ella y levantó la vista para ver a Charlie. Sin embargo, no estaba volando con sus alas; tal vez se trataba de una magia infernal o simplemente de un sueño que no tenía sentido, pero a Lute no le importó demasiado. No cuando ambas estaban allí, con ella. Sueños como ese eran raros.
Entonces Vaggie se elevó y voló alto sobre la ciudad. Lute también comenzó a subir, mientras Charlie se deslizaba entre ellas. Ambas sonreían y le hacían señas para que se acercara hasta que les alcanzó.
Luego empezaron a caer, plegando las alas y dejando que la gravedad hiciera su trabajo, y fue una de las partes más emocionantes de volar. El mundo a su alrededor se volvió borroso, excepto Charlie y Vaggie, que se estiraron para sostenerla y...
Espera.
Podía sentir que la euforia se unía a la excitación cuando cuatro manos comenzaron a tocarla, deslizándose por su piel; de repente estaba desnuda, desnuda para ellas, solo para ellas, y el suelo se desplomó mientras seguían cayendo a través del rojo del infierno. El calor de Charlie a lo largo de sus muslos, las manos más pequeñas y frías de Vaggie en su pecho, provocando sus pezones; su respiración se atascó en su garganta mientras un gemido brotaba, provocado por sus amantes mientras jugaban con ella.
Una lengua caliente y húmeda lamió su raja mientras una boca se cerraba sobre un pezón y su cuerpo se sacudió, tratando de moverse hacia ambos toques al mismo tiempo. El placer arqueó su columna vertebral, haciendo que sus alas revolotearan, y eso hizo que Vaggie agarrara una, cerca de la articulación, la presión fue constante y deliciosa...
