⋆˚࿔ If Only 𝜗𝜚˚⋆

𝟏𝟎. 𝐃𝐢𝐞𝐳 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐫𝐚𝐳𝐨𝐧𝐞𝐬

La campana del colegio había sonado ya hace veinte minutos, y Bridget fue de las primeras en salir rápidamente del salón de clases para dirigirse a su habitación en los dormitorios de Merlin Academy, el entusiasmo de la princesa de corazones era notorio.

Chloe y Red ni si quiera alcanzaron a decirle palabra alguna ya que corrió demasiado rápido.
Ambas chicas caminaron hacia los dormitorios con un solo objetivo en mente, que Bridget no llegara a la cita con Hook.
Sin embargo, no contaban con lo que se encontrarían al entrar al cuarto de la princesa de corazones.

— ¡Adelante! — la voz de Bridget se escuchó del otro lado de la puerta, la hija de Cenicienta u su amiga pelirroja suspiraron ansiosas pero en cuanto giraron la perilla de la habitación de la princesa de corazones simplemente sus corazones se detuvieron.
Era como si el sentimiento de culpa por lo que iban a hacer las bañara por completo.

Bridget se encontraba sentada frente a su tocador, ella aplaudía emocionada mientras Fay, el hada madrina arreglaba su rosado cabello.
— ¡Chicas me alegra que estén aquí! ¿Qué tal me veo? ¿No les encanta? Fay es tan buena con el cabello. — dijo Bridget mientras miraba a sus dos nuevas amigas por el espejo.

Fay sostenía una secadora y cepillo, le estaba haciendo a la princesa de corazones un hermoso blowout para que alguna ondas cayeran sobre sus hombros.
— No es para tanto Bridget, en serio. — dijo el hada mientras se ruborizaba.

La princesa de corazones rodeó los ojos. — Claro que si Fay, eres en verdad increíble. — dijo entre rizas Bridget.

Chloe y Red en verdad estaban atónitas. ¿Cómo se suponía de debían de negarle felicidad a alguien como ella? Incluso si fuese con un pirata como Hook, Bridget se veía muy entusiasmada.
— Entonces... ¿tú y Hook van en serio? — Preguntó la pelirroja mientras se sentaba en el pie de la cama de la princesa.
Bridget solo asintió sonriente ante la pregunta.

Fay apagó la secadora y la dejó sobre el tocador al igual que el cepillo, tomó un listón color rosa palo y lo colocó bajo el rosado cabello de Bridget para hacer un pequeño moñito sobre su cabeza, lo ajustó hacia un lado y acomodó un poco el cabello para que no perdiera forma.
— ¡Listo! — dijo el hada mientras se mordía la uña de su dedo índice algo ansiosa.
— Fay... es increíble, me encanta, ni muy casual pero tampoco muy formal. ¡Eres la mejor! — exclamó Bridget mientras se levantaba de su pequeña silla para darle un abrazo al hada madrina.

Chloe paseaba por la habitación mirando cada detalle que podía encontrar, libros de cocina mágicos, un hornito pequeño sobre una cómoda de madera, pero lo que más le llamó la atención fue el vestido rosa palo que colgaba de un gancho cerca de la ventana.