Capítulo 7

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"...Y quién sabe; en el fondo, quizás también me extrañe."

Amante de letras.


—Jenn me preguntó si era buena idea ofrecértelo y no le pude decir que no. Es familia.

Eso había dicho mi madre cuando le pregunté si ella tenía algo que ver con todo eso.

Me sentía... hipócrita.

Estaba segura de que no pasaría nada con Santiago, también de que no quería causar problemas ni mucho menos arruinarle la boda, pero el hecho de que ella no supiera que él era mi ex, que habíamos pasado años juntos, que teníamos nuestra casa... que pasó lo que pasó.

Eso me hacía sentir mal.

Muy mal.

Pero no era algo que yo pudiera decir. Eso causaría muchos problemas. Le correspondía a Santiago hablarlo con ella, pero tampoco tenía el estómago para pedírselo.

Esa noche no dormí.

Me pasé toda la madrugada escribiendo el artículo para disfrazar mi insomnio y mantener mi mente ocupada. Todo eso mientras Kathleen se la pasaba acostada en la cama hablando de Álvaro para darme material.

Temprano en la mañana salí corriendo de la habitación antes de morir de ansiedad. Tenía que buscar mi maleta en el aeropuerto y si no la encontraba, el plan B era comprar ropa en la ciudad.

Las tangas de Kathleen eran muy incomodas.

Cuando llegué al recibidor del hotel saqué el celular para marcarle a un taxi.

—¿Madrugaste?

Santiago llegó al tercer sonido.

Rodee los ojos y me volteé dándole la espalda.

Di las indicaciones del hotel y me dijeron que el taxi llegaría en quince minutos.

—¿Vas a salir?

No se rindió.

Colgué el celular y lo volteé a ver con el ceño fruncido.

—¿A ti qué te importa?

Soltó una risa completamente divertido con mi mal humor.

—Yo voy a la ciudad, ¿quieres que te lleve?—alzó las llaves de su coche.

La piernas me comenzaron a temblar.

"¡Agarra valentía! No te llamas así por gusto".

—Ya pedí un taxi.

—Cancélalo.

—No creo que sea una buena idea.

Santiago se cruzó de brazo y apretó los labios.

—¿Desde cuando eres tan difícil? En un coche irás más cómoda y si quieres, puedes gritarme durante el camino.

—La oferta es tentadora pero...

Y ahora, ¿qué hago yo con este amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora