⋆⁺₊⋆ ☀︎ CHAPTER THIRTY FIVE

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சி°⚽_# TREINTA Y CINCO;

"Bajo las luces de Venecia!!

˚ ♡ ⋆。˚ ❀ Venecia despertó con la luz dorada del sol, creando un escenario encantador para la siguiente aventura de Pablo y Elara. Los canales serpenteaban por la ciudad, y los dos se adentraron en las estrechas calles empedradas.

—Nunca había estado en un lugar tan bonito. —Elara se maravilló ante la arquitectura única y los canales que definían la ciudad.

—Y aún queda mucho por explorar. —Pablo tomó la mano de Elara mientras caminaban hacia la Plaza de San Marcos.

La Plaza estaba llena de vida, con músicos callejeros y el murmullo animado de los turistas. Pablo y Elara se dirigieron hacia un café con vistas a los canales, donde compartieron risas y se sumergieron en la calidez de su conexión.

—Esto es increíble. Gracias por hacer de este viaje algo tan especial. —Elara sonrió, sintiéndose agradecida.

—Solo quiero que cada momento contigo sea inolvidable. —Pablo le dedicó una mirada llena de ternura.

Después del café, decidieron explorar los famosos canales en una romántica góndola. El gondolero guió la embarcación a través de los serpenteantes canales mientras Pablo y Elara se perdían en la atmósfera única de Venecia.

—¿Te gusta? —Pablo preguntó, notando la expresión maravillada de Elara.

—Es simplemente mágico. Todo esto parece un sueño. —Elara apoyó la cabeza en el hombro de Pablo.

La góndola los llevó a través de pintorescos rincones de la ciudad, revelando la verdadera belleza de Venecia. Más tarde, pasearon por los puentes, exploraron encantadoras tiendas y se perdieron en callejuelas llenas de historia.

Al caer la noche, cenaron en un acogedor restaurante con vista al Gran Canal. La velada estuvo acompañada de deliciosa comida italiana y risas compartidas. Con el sonido suave del agua en el fondo, Pablo y Elara compartieron momentos íntimos, consolidando aún más su conexión.

De vuelta en el hotel, Pablo y Elara se recostaron en la cama, reflejando sobre el día lleno de magia.

—No puedo creer lo afortunada que soy. Gracias por este increíble regalo, Pablo. —Elara acarició la mano de Pablo.

—La suerte es toda mía. —Pablo le sonrió. —Y esto es solo el comienzo.

Mientras Venecia dormía fuera de sus ventanas, los dos se sumieron en la serenidad de la noche, emocionados por los días y las páginas que aún les esperaban en su historia de amor.

Bajo el Cielo de Barcelona || Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora