Alma Perdida [Errorink] Esc +18

Capítulo 3: Diferente perspectiva

Luego del evento entre Ink, Nightmare y la inesperada aparición de Error, este último decidió que era hora de ver cómo estaba el guardián. Después de todo, ya habían pasado un par de días. Con su magia, creó un portal de vuelta a Underswap, encontrándose con un Ink cubierto de vendas, como si fuera una momia. Por parte del creador y guardián, no se esperaba la llegada de Error; debido al aburrimiento, había comenzado a jugar con las cosas de Undyne.

Al cruzar miradas, Ink notó que el Destructor comenzaba a retirarse del lugar de la misma manera en que había llegado. Algo desesperado, Ink trató de llamar a Error de vuelta, pero, sin querer, tropezó con las vendas que estaban a punto de zafarse por completo. Esto provocó que, al tratar de agarrarse de algo, se sujetara de las caderas de Error para no caer. Lo que no esperaba era que los shorts del Gran Destructor terminaran por caerse también.

-¡INK! ¡HIJO DE BURRO LEPROSO! -Error comenzó a reiniciarse, momento que Ink aprovechó para regresar los shorts a su lugar y escapar antes de que el reinicio en el sistema de su contraparte terminara su proceso.

Por otro lado, Undyne, que había presenciado todo, permaneció en silencio para no interrumpir la escena. Notó la dinámica que esos dos traían, lo que ocasionó que el rostro de la científica se pusiera completamente rojo. Está de más mencionar que a Undyne le gusta cierto tipo de lectura.

-¡Nightmare no acabó contigo, pero yo sí lo haré! -En busca de Ink, notó que ya no estaba en la habitación, por lo que dirigió su mirada hacia Undyne, quien señaló un nuevo portal abierto. Error, sin pensarlo dos veces, se metió al portal. En ese momento, Ink salió de su escondite.

-Gracias por haberme recibido en tu laboratorio, Undyne. Nos vemos pronto -se despidió con una sonrisa acompañada de un guiño característico del guardián. Luego, Ink decidió volver al Anti-void y dejarle un pequeño regalo a Error. Fue algo que le tomó un tiempo, pero por fin estaba listo. Sería también una manera de pedir disculpas por lo sucedido anteriormente.

Luego de un par de horas, Error regresó a su propio universo. Estaba demasiado cansado de buscar a Ink, por lo que simplemente se echó en el suelo sin percatarse de la presencia de un objeto ajeno al Anti-void.

-Puto cobarde... -Al levantar la mirada, finalmente pudo notar aquel objeto extraño. Al ponerse de pie, atrajo con sus hilos lo que parecía ser un regalo-. Ink, no creas que con esto voy a perdonarte tal humillación. -Una vez con el regalo en sus manos, pudo reconocer de qué se trataba: era el retrato que Ink le había prometido semanas atrás. Era increíble cada detalle y la delicadeza en las pinceladas. Por primera vez, Error llegó a sentir algo. ¿Podría ser que estaba... feliz?, ¿conmovido?

Error no podía apartar la mirada del cuadro; de ser por él, se la pasaría apreciándolo durante horas. Hasta que sintió un repentino hormigueo atravesando su espalda: alguien más estaba en el Anti-void.

-¿Te gustó? -Era Ink, quien, con una amigable sonrisa, comenzó a caminar en dirección a Error. Claro que el Gran Destructor, debido a su orgullo, dejó el retrato donde estaba para fingir que le daba igual. El guardián tragó saliva al ver tal acción-. Oye, por lo de antes... lo siento.

-No importa -mencionó algo avergonzado.

-¿En serio?

-Sí. -Error pudo notar las intenciones de Ink. Estaba tan feliz que parecía que estaba a punto de abrazarlo. No se equivocaba, el guardián se abalanzó hacia Error, pero este lo esquivó, dejando que el guardián volviera a caer-. Te dije que no me gusta que me toquen. Y para ser un guardián, eres bastante torpe.

-Lo olvidé... -Con una pequeña lágrima saliendo de su cuenca por el dolor, miró a Error algo molesto-. Pero pudiste haberme atrapado con tus hilos.

-No voy a desperdiciar mis hilos en algo como eso. -Error se detuvo a mirar a Ink. Debía admitir que la escena era algo entretenida. Sin darse cuenta, soltó una pequeña risa a modo de burla. Al escucharlo, el guardián le otorgó una sonrisa divertida. Era la primera vez que veía a Error sonreír de esa manera.