Capítulo 18: Alma perdida

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Ink había desaparecido. Ya habían pasado semanas, y no había rastro alguno de su paradero. La última vez que Error lo había visto fue cuando cruzó el portal hacia Underswap. En aquel entonces, al notar que el guardián tardaba demasiado en volver, Error dejó a los niños dormidos y se abrió un portal hacia ese universo. Avanzó con sigilo para no atraer atención, y entonces lo encontró: rastros de tinta congelada sobre la nieve y un teléfono con pegatinas en el estuche. Error reconoció al dueño de inmediato, sintiendo cómo la angustia le inundaba antes de ser reemplazada por una ira incandescente.

Registró cada rincón de Underswap buscando respuestas, y en su desesperación llegó a confrontar a Blue, exigiendo explicaciones. Fue Honey quien logró calmar la situación, pero en ese momento descubrieron que el teléfono de Blue también había desaparecido. Quedaba claro que alguien había tendido una trampa para atraer a Ink a ese lugar. Todo estaba planeado.

Con un sospechoso en mente, Error abrió portales hacia el mundo de Nightmare. Sin embargo, el lugar era una extensión de oscuridad infinita, tan vasta como el Anti-Void, y cada rincón parecía inexplorable. De vez en cuando divisaba a Killer hablando solo, con su extraña locura, o a Nightmare, aislado en la distancia. Error buscaba alguna señal mínima de Ink, pero el guardián parecía haberse desvanecido en la nada, sin saber que estaba oculto bajo un manto de oscuridad que lo camuflaba de todos.

De vuelta al presente, Error estaba perdido. La impotencia lo superaba, y, dejando su orgullo de lado, había pedido ayuda a Dream y a Blue. Hacía lo posible por mantener la calma frente a los más pequeños, quienes ya notaban la ausencia de uno de sus padres. Finalmente, encomendó a sus hermanos el cuidado de los niños y se dedicó a explorar cada universo posible, desde los lugares favoritos de Ink hasta aquellos donde él tenía enemigos mortales.

-Ya he buscado en el mundo de Nightmare y no hay nada más que oscuridad -murmuró, con la voz quebrada y lágrimas asomando. Se encontraba en Outertale, sentado con las rodillas abrazadas, rodeado de estrellas. Ocultó el rostro entre sus rodillas, tratando de contenerse, aún con la esperanza de encontrarlo, aunque comenzaba a quedarse sin opciones.

Por otro lado, Dream trataba de percibir alguna energía positiva que proviniera de Ink. Sin un alma, Ink poseía un aura única, y el soñador tenía facilidad para detectarla. En un instante, logró sentir su energía, débil y lejana, e intentó seguirla. Pero desapareció casi de inmediato, dejándolo con un mal presentimiento. Al poco tiempo, percibió la energía de Error, cargada de tristeza, y se transportó al universo donde lo encontró.

Allí estaba Error, cabizbajo y desmoronado. Dream avanzó con cautela, procurando no ser detectado, pero Error, siempre desconfiado, reaccionó al percibir la presencia de alguien más, lanzando sus hilos amenazantes al instante.

-Espera, soy yo... -dijo Dream, levantando las manos para mostrar que no tenía intención de atacar. Error suspiró con fastidio y volvió a su posición inicial, permitiéndole sentarse a su lado, aunque a un metro de distancia.

-Si no tienes alguna pista sobre dónde está Ink, entonces vete -exclamó Error sin mirarlo, claramente frustrado.

-Creo tener una idea. Sé que ya buscaste ahí, pero... -Dream vaciló y mostró una de sus flechas. Error lo miró de reojo, desconcertado-. Tal vez una de mis flechas pueda disipar parte de la oscuridad en el mundo de mi hermano. Fue tenue, pero estoy seguro de que sentí la energía de Ink allí.

Error comenzó a prestarle atención, dedicándole una mirada fija. -He abierto varios portales a ese lugar, no encontré nada. ¿Estás seguro de lo que sentiste?

Dream asintió, aunque en su interior temía lo que sucedería si Error confirmaba sus sospechas. Sabía que habría un enfrentamiento con Nightmare y que sería peligroso. No pensaba dejarlo solo en esa situación; al menos intentaría evitar una masacre.

Error permaneció en silencio durante largo rato, mientras la ira comenzaba a arder en él de manera incontrolable. Dream intentó calmarlo usando su magia, pero fue inútil.

-Error, espera. Puedo ayudarte. Se que con mi magia podemos encontrar a Ink -propuso Dream, siguiendo a Error mientras este abría un portal amenazante dispuesto a cruzarlo-. Ink no querría que murieras de la manera más estúpida. Estás a punto de enfrentarte a Nightmare sin un plan, agotado y sin energía. Si quieres salvarlo, entonces escúchame.

Dream ya comenzaba a impacientarse ante la necedad de Error, se detuvo por un instante y, con una mirada penetrante, dirigió hacia Dream toda la intensidad de sus emociones, provocándole un escalofrío.

-Escúchame bien, Dream. Nightmare dejó de ser tu hermano hace mucho tiempo -gruñó, alejándose del portal mientras avanzaba hacia el soñador. Su ira se volvía palpable, creando un aura pesada que se cernía sobre Dream-. Así que no creas que tendré piedad en cuanto lo tenga frente a mí. Si se atrevió a lastimar a Ink, créeme, estará muerto en un instante.

Dream, siempre hábil para controlar su propia ira, sintió cómo sus emociones se desbordaban ante las palabras de Error. Después de haberle ofrecido su ayuda y una pista sobre el paradero de Ink, recibir un trato tan brusco, además de escuchar las palabras crueles hacia Nightmare, hizo que la luz en sus ojos se intensificara.

-Yo sé que él sigue ahí, Error. No importa lo que haya hecho, Nightmare seguirá siendo mi hermano y mi familia -declaró Dream con una voz firme. En un rápido movimiento, invocó su lanza y, con precisión, la usó para perforar la orilla de la camiseta de Error, atrayéndolo hacia él hasta estar cara a cara. Este comenzó a glitchearse-. Así que, será mejor que no te metas con mi familia -advirtió, elevando su voz mientras liberaba una gran cantidad de su energía en dirección al Destructor-. Tú y yo queremos lo mejor para Ink. No querrás iniciar una nueva guerra conmigo.

Con un movimiento ágil, Dream retiró su lanza de la camiseta de Error y le dedicó una sonrisa desafiante. Su magia finalmente había logrado calmar a Error un poco más, pero algo en la actitud de Dream le reveló un lado que no le agradaba del todo. Ambos se quedaron en silencio, sabiendo que compartirían una alianza, aunque frágil, por el bien del guardián.

El Destructor finalmente soltó un suspiro pesado y se dejó caer en su asiento, permitiendo que el portal se cerrara tras él.

-Y bien, ¿cuál es tu plan? -preguntó, con un tono que delataba su agotamiento.

Dream, con una sonrisa triunfante, tomó asiento junto a Error y comenzó a esbozar su estrategia. Sabía que necesitarían ayuda, y en su mente ya tenía claro a quién recurrir. Así, pasaron el resto del día organizando los detalles de su plan, mientras Error escuchaba atento. Al final de la jornada, el Destructor estaba aún más agotado que antes, y en cuanto regresó a su hogar, cayó rendido en la cama, sumido en un sueño profundo.

A la mañana siguiente, Error despertó y, casi de manera instintiva, estiró una mano hacia el rincón vacío de la cama. Extrañaba a Ink. Siempre despertaba con el guardián a su lado, observándolo en silencio y con una sonrisa que, aunque a veces le resultaba escalofriante, también le parecía enternecedora. Ink solía decirle que disfrutaba de mirar sus rasgos y las peculiares marcas que se extendían desde sus cuencas por sus mejillas. Para Error, aquellas marcas eran simplemente eso, pero para Ink tenían una belleza especial, incluso los colores que teñían sus dedos le resultaban fascinantes.

Con el tiempo, Ink había adoptado la costumbre de besar la palma de la mano del Destructor, un gesto que siempre lograba ponerlo nervioso. El guardián podía mostrarse inesperadamente seductor y caballeroso, algo que hacía sin ninguna razón aparente, solo porque sentía el impulso de hacerlo. Y disfrutaba enormemente de las reacciones de Error; sus nervios le parecían adorables y no perdía oportunidad de burlarse ligeramente de él cada vez que se mostraba tímido. Aquellos momentos terminaban en pequeños pleitos, que en realidad no eran más que juegos sin un verdadero ganador, pero que añadían un toque especial a su relación.

Error permaneció unos minutos más en la cama, abrazando las sábanas contra su pecho. Estas aún conservaban el dulce aroma de Ink, ese aroma que tenía el poder de envolver su alma y reconfortarla. Con un murmullo casi inaudible, dejó escapar sus pensamientos:

-Él es quien me necesita ahora.

Con una determinación renovada, se levantó de la cama rápidamente. Sabía que ese sería el día en que rescataría al guardián, y estaba dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo, sin importar cuán difícil o peligroso fuera. Haría cualquier cosa por él, incluso dar su propia vida.

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⏰ Última actualización: Oct 30 ⏰

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