Capítulo 11.- Recuperación e interrogatorio.

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La recuperación de Evangeline fue más rápida de lo que ella había programado. O al menos, así lo vio la mujer, porque al parecer el resto parecía tratarla aún como si fuera a romperse. Había estado varios días en cama no tanto por la fiebre como por los problemas en sus rodillas y costillas.

Poco a poco, había ido levantándose de la cama con ayuda de Ada, Polly, Thomas y su madre, andando poco a poco en la habitación para ayudar a que los huesos soldaran bien. Las laceraciones fueron cicatrizando poco a poco y ya apenas le quedaba una marca débil en muñecas y tobillos.

Charlie había ido a verla uno de aquellos días. El niño estaba tan contento que no había querido separarse de ella, llegando a dormir esa noche en la habitación con la mujer. Thomas los había vigilado a ambos mientras dormían, a pesar de las insistencias de ella en que descansara, ya que estaba preocupada por los círculos que se formaron alrededor de los ojos del hombre.

John y Arthur habían ido a verla, aunque estaban centrados en encontrar a Smith, que parecía que se lo había tragado la tierra. Los irlandeses estaban ayudándoles.

Cuando ella se pudo levantar de la cama, lo que menos quería era un interrogatorio por parte de nadie. Así que estuvo acompañando a Thomas, quien no se había movido de su lado en apenas esos días y, si lo había hecho, había sido contra toda su voluntad. La complicidad entre ellos había aumentado e incluso, un día estando en el despacho de él, viéndolo trabajar, se permitió mirarlo más de la cuenta.

- Me estás mirando demasiado.

- ¿Eso te pone nervioso?

- Me pone, simplemente. – respondió con una sonrisa.

La risa nerviosa de ella fue lo único que necesito él para levantarse corriendo del escritorio y besarla otra vez. Era su tercer beso, pero aún no habían hablado en condiciones sobre todo lo sucedido entre ambos. Era una conversación pendiente que flotaba entre la pareja cada vez que estaban solos.

Aquella mañana Evangeline se había levantado con los primeros rayos del sol y, tras observar amanecer por la mañana, se había levantado para bañarse. Allí, apoyada contra la bañera, estaba pensando en esa conversación que estaba pendiente con Thomas. Necesitaba hablar con él, dejar en claro sus sentimientos y quien sabe qué más.

A pesar de todo lo que había pasado con ella, todavía esperaba ansiosa a aquel hombre y cada beso que le daba. Y cada vez que lo veía, su corazón se aceleraba a un ritmo inusual. No quería perder más el tiempo y, sobre todo, no quería que pasara algo y arrepentirse de no haber dicho lo que sentía.

Sus pensamientos se vieron interrumpidos por Ada, que entró corriendo al baño, donde ella terminaba de secarse, con la respiración entrecortada.

- Ev...

- ¿Qué ocurre Ada? ¿Es Charlie?

- No, es Thomas... Campbell lo ha llevado detenido... por la muerte de Logan.

La noticia fue un balde de agua fría para la mujer. Ada le instó a vestirse. - ¿Cómo ha pasado? ¿No habían tirado el cuerpo al río?

- Sí, pero salió a flote o un pescador lo encontró, no lo tengo claro. Solo sé que Campbell lo ha detenido esta mañana, mientras estaba en Birmingham. John me lo ha dicho y he venido a por ti.

- ¿Cuál es el plan?

- Hablad con Campbell. Iré yo.

- No, iremos las dos.

- Tú... No puedes, Thomas ha dejado claro.

- ¡No me importa lo que haya dicho! No voy a dejarlo con Campbell a solas. Vamos. – se vistió rápidamente, con un vestido ceñido de color crema. Se recogió el pelo en un moño bajo y cogió una estola, para protegerse del frío. En el pequeño bolso que llevaba, se había aprovisionado con una pistola pequeña, por si las cosas se ponían feas. Arthur las llevó en el coche hasta la prisión, señalándole a Evangeline que, tras aquello, la llevaría a un piso franco, mientras Ada iba a casa, por si acaso alguien los seguía.

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