Capítulo 5: La revelación

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A medida que los reinos comenzaron a sanar y reconstruirse, los líderes aliados tomaron medidas para solidificar su nueva paz. El Bosque de Heartwood, que una vez fue un santuario oculto, se convirtió en un centro de diplomacia y cooperación. Eldrin, Alaric, Thane y los otros líderes trabajaron incansablemente para garantizar que los lazos forjados en la batalla perduraran en tiempos de paz.

Una mañana, cuando la niebla del amanecer se asentó sobre el bosque, Alaric fue despertado por un suave golpe en la puerta de su cámara. Fue Elara, la vidente elfa, su expresión llena de una mezcla de urgencia y preocupación.

"Alaric", dijo, "he tenido otra visión. Es imperativo que usted y los otros líderes lo escuchen de inmediato".

Reuniendo a Eldrin, Thane y los reyes de Serenthia y Drakholm, Alaric los llevó a la cámara donde Elara esperaba. Sus visiones los habían guiado a través de muchas pruebas, y sabían que debían tener en cuenta sus palabras.

Elara se puso de pie ante ellos, con los ojos brillando con la luz de la profecía. "El Corazón de Eryndor ha sido asegurado, pero los hilos del destino aún no están completamente entretejidos. En mi visión, vi una verdad oculta, una revelación que lo cambia todo".

Ella hizo una pausa, permitiendo que sus palabras se hundieran. "El corazón de Eryndor es parte de un todo mayor. Es uno de los tres artefactos antiguos, cada uno imbuido de un inmenso poder. Juntos, forman la Tríada de la Luz, una fuerza capaz de sellar la oscuridad por toda la eternidad".

Los ojos de Eldrin se ensancharon con el reconocimiento. "La Tríada de la Luz... Lo he leído en textos antiguos, pero se pensaba que era una leyenda. Si lo que dices es cierto, debemos encontrar los otros dos artefactos".

Elara asintió. "Los otros artefactos son la Estrella de Serafines, una joya del poder celestial, y la Corona de Thalorien, un antiguo símbolo de liderazgo y unidad. La visión los mostró escondidos en lugares de gran peligro, custodiados por una poderosa magia y seres antiguos".

Los líderes intercambiaron miradas, entendiendo la gravedad de esta revelación. Su búsqueda estaba lejos de terminar. Para garantizar una paz duradera, tendrían que localizar y unir a la Tríada de la Luz.

El rey Cedric habló primero. "Tenemos que dividir nuestros esfuerzos. Cada reino puede enviar lo mejor para buscar estos artefactos. Se dice que la Estrella de Serafines se encuentra en los Picos Celestiales, un lugar de leyenda en nuestras tierras".

El rey Borin añadió: "Se cree que la Corona de Thalorien está escondida en las profundidades de Underdark, un reino de sombra y peligro debajo de Drakholm. Te guiaremos a través de sus caminos traicioneros".

Alaric, siempre el estratega, comenzó a esborzar su nueva búsqueda. "Debemos actuar con rapidez y propósito. Thane y yo dirigiremos la expedición a los Picos Celestiales. Eldrin, deberías acompañar a las fuerzas del rey Borin a Underdark. Elara, tus visiones serán cruciales para guiarnos".

Con el plan establecido, los líderes se prepararon para su nuevo viaje. El sentido de urgencia era palpable, pero también lo era la esperanza de que la unión de la Tríada de la Luz traería una paz verdadera y duradera a Eryndor.

A medida que Alaric y Thane lideraban a su grupo hacia los Picos Celestiales, el camino se volvió cada vez más desafiante. Las montañas estaban envueltas en niebla y misterio, sus senderos traicioneros y empinados. Sin embargo, la determinación del grupo nunca vaciló.

La leyenda de EryndorWhere stories live. Discover now