La luz del Árbol de la Luz continuó palpitando con un suave brillo, lanzando una luminiscencia serena sobre el Bosque Sagrado. El aire alrededor de Alaric se sentía cargado de magia, más potente que cualquier cosa que haya experimentado. A medida que su comprensión del liderazgo se estableció en su corazón, no pudo evitar sentir que el Árbol aún no había terminado con él.Como si respondiera a sus pensamientos, la luz suave y dorada comenzó a intensificarse, envolviéndolo en un cálido abrazo. El mundo parecía desvanecerse una vez más, pero esta vez, la transición fue suave, como caer en un sueño.
Alaric se encontró de pie en un vasto y etéreo paisaje, diferente a todo lo que había visto. El cielo sobre él brillaba con colores cambiantes, y el suelo debajo de sus pies estaba cubierto de musgo suave y brillante. Todo se sentía tranquilo, pacífico, un marcado contraste con las batallas y dificultades a las que se había enfrentado.
A lo lejos, vio que dos figuras se acercaban, sus formas se aclaraban gradualmente a medida que se acercaban. Su corazón comenzó a acelerarse cuando los reconoció: a sus padres. Eran exactamente como él los recordaba, sus caras amables y llenas de amor. El cabello de su madre fluía como un río de plata, y los ojos de su padre tenían la misma fuerza y sabiduría que Alaric siempre había admirado.
"¿Madre? ¿Padre?" La voz de Alaric tembló de emoción mientras daba un paso hacia ellos. "¿De verdad eres tú?"
Su madre sonrió, su voz suave y melodiosa mientras hablaba. "Sí, Alaric. Hemos venido a verte, nuestro amado hijo".
Las lágrimas se levantaron en los ojos de Alaric mientras cerraba la distancia entre ellos, cayendo de rodillas ante ellos. "Os he echado mucho de menos a los dos. Hay tantas cosas que desearía poder decirte... tantas cosas que desearía poder preguntar".
Su padre se arrodillló a su lado, poniendo una mano en el hombro de Alaric. "Siempre hemos estado contigo, Alaric. Incluso en tus momentos más oscuros, nuestros espíritus te han vigilado. Estamos muy orgullosos del hombre en el que te has convertido".
Alaric los miró, su corazón lleno de alegría y dolor. "He me esforzado tanto por estar a la altura de tu legado, para hacerte sentir orgulloso. Pero he cometido tantos errores, y he perdido mucho".
Su madre levantó suavemente su barbilla, sus ojos llenos de calor. "Todo el mundo comete errores, hijo mío. Es a través de nuestros errores que aprendemos y crecemos. Lo que importa es que siempre has tratado de hacer lo correcto, para proteger a tus seres amados. Esa es la marca de un verdadero líder".
El padre de Alaric asintió de acuerdo. "Te has enfrentado a desafíos que habrían roto a muchos otros, pero has perseverado. No solo has sobrevivido, sino que también te has convertido en un faro de esperanza para los demás. Ese es un legado mucho mayor que cualquier título o poder".
Alaric sintió una profunda sensación de paz sobre él mientras escuchaba sus palabras. Las dudas y los miedos que lo habían plagado durante tanto tiempo comenzaron a desvanecerse, reemplazados por un renovado sentido de propósito. Se dio cuenta de que había estado llevando su memoria como una carga, tratando de estar a la altura de un nivel imposible. Pero ahora, entendió que sus padres nunca quisieron que fuera perfecto, simplemente querían que fuera fiel a sí mismo.
"No sé si estoy listo para lo que está por venir", admitió Alaric, con su voz temblando. "La oscuridad está creciendo, y me temo que no podré proteger a las personas que me importan".
YOU ARE READING
La leyenda de Eryndor
Historical FictionLa leyenda de Eryndor sigue el viaje épico de Alaric, un joven elfo cuyos padres son trágicamente asesinados por el hechicero oscuro Malgor. Criado por su tío guerrero Thane, Alaric se embarca en una búsqueda para evitar que Malgor obtenga el Crista...