Capitulo 16: El regreso del amado

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Alaric se arrodillaba en el suelo frío y desgastado por la batalla, su aliento salía jadeando y su cuerpo temblando de agotamiento. El peso de la Piedra del Corazón colgaba pesado alrededor de su cuello, su brillo una vez brillante ahora se atenúa como si su poder se estuviera retirando a las profundidades de su núcleo. Por encima de él, el cielo se agitaba en nubes de oscuridad, reflejando la tensión en su corazón. El silencio que cayó sobre el campo de batalla fue asfixiante, roto solo por el traqueteo lejano de pasos en retirada y el espeluznante zumbido de magia oscura que persece en el aire.

Cerró los ojos, tratando de recuperar el aliento, tratando de reunir la fuerza para levantarse de nuevo, pero se sentía como si sus extremidades estuvieran encerradas en piedra. La oscuridad parecía presionarlo, susurrando la inutilidad de todo. Su mente se aceleró con los ecos de la batalla, el recuerdo de la amenazante figura de Kael que se cierne sobre él todavía fresco en su mente. Apenas había sobrevivido.

Luego, a través de la asfixiante tranquilidad, lo escuchó, desmayado al principio, como una suave brisa que agitaba las hojas del bosque. Una voz. Pero no cualquier voz.

"Alaric..."

Su corazón se saltó un latido. La voz era familiar, dolorosamente. Lentamente, levantó la cabeza, con los ojos abiertos mientras luchaba por creer lo que había oído. Se dio la vuelta, su cuerpo se movía casi con lenta como si tuviera miedo de lo que pudiera ver. Su mirada escaneó los bordes del campo de batalla, buscando, esperando en contra de la esperanza.

Allí, de pie en el borde de los árboles, iluminado por el suave brillo de la luz de la luna, había una figura que pensaba que nunca volvería a ver. Su corazón se detuvo, la incredulidad lavándose sobre él como una ola.

Era su tío, Thane.

Thane, que había muerto en ese fatídico día, sacrificándose por Alaric y sus amigos. Thane, cuyo cuerpo había sido quemado en una pira en honor a su valentía. Y, sin embargo, aquí estaba, tan sólido y real como la tierra bajo sus pies.

"¿Tío...?" Alaric susurró, su voz apenas audible.

Thane se adelantó, su cara suave pero decidida, su armadura brillando como si estuviera recién forjada. Pero había algo etéreo en él, como si la esencia misma del bosque en sí se aferrara a su forma, y detrás de sus ojos hubiera una sabiduría mucho mayor que antes. Las marcas de la antigua magia del bosque estaban grabadas en sus brazos y rostro, brillando débilmente en el crepúsculo.

"Sí, soy yo, Alaric", dijo Thane, con su voz fuerte y llena de un calor que Alaric casi había olvidado. "La magia del bosque es poderosa. Me ha traído de vuelta... pero no como era. Ahora estoy obligado a la voluntad del bosque".

Mientras Alaric parpadeaba de asombro, los árboles detrás de Thane comenzaron a agitarse. De las sombras del bosque, surgió una gran cantidad de figuras, sus formas se mezclan con la noche. Primero vinieron los elfos, sus formas delgadas envasadas de verde brillante y dorado. Sus ojos brillaban con feroz determinación, y sus arcos fueron dibujados, las flechas listas para volar. Entre ellos estaba el pariente de Selene, dirigido por la sabia y antigua reina, Elandra. Su cabello plateado fluía como un río, y sus ojos brillaban con el conocimiento antiguo. Ella asintió solemnemente a Alaric.

Luego vinieron los magos: figuras envestidas con túnicas azules y moradas, sus bastos bresplandecen con poder arcano. Se movían como sombras, su presencia a la vez reconfortante y temible. Eldrin estaba entre ellos, su cara seria, pero sus ojos brillando de esperanza mientras miraba a Alaric. Los magos estaban listos, con sus labios susurrando hechizos bajo su aliento, preparándose para liberar su poder en un momento.

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⏰ Last updated: Aug 15, 2024 ⏰

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La leyenda de EryndorWhere stories live. Discover now