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Meses después

Hinata se encontraba en su habitación, sentada frente a la ventana con la luz de la mañana filtrándose suavemente. Miraba el jardín que había florecido a su alrededor, y una sonrisa ligera se dibujaba en su rostro. Los últimos meses habían sido un período de gran transformación para ella. La voz extraña que había atormentado su mente finalmente parecía haberse desvanecido, y el diálogo con Matatabi le había dado la claridad necesaria para comprender que ese tormento había quedado atrás.

- Nunca imaginé que volvería a sentirme tan en paz - murmuró Hinata para sí misma, con una mezcla de alivio y esperanza en sus palabras. - Todo lo que viví me enseñó que el poder no es sinónimo de frialdad, y que el amor no es una debilidad.

Los recuerdos de sus citas con Naruto y las salidas con sus amigas llenaron su mente. Había disfrutado cada momento, cada risa compartida y cada conversación sincera. Sus interacciones con su padre y su hermana habían cambiado por completo, y la conexión que había perdido con ellos se había renovado con una fuerza nueva.

- Mi relación con todos ha mejorado tanto. Es como si finalmente estuviera encontrando mi lugar de nuevo - pensó, sintiendo una profunda gratitud. - entrenar y cuidar a Mirai junto con Shikamaru ha sido una experiencia grandiosa. Verla crecer y aprender es como ver un reflejo de lo que yo misma he experimentado.

Matatabi y Kurama también habían encontrado un equilibrio, las discusiones entre ellos se habían vuelto menos frecuentes, y aunque su relación seguía siendo complicada, el respeto mutuo era evidente. Hinata había aprendido a apreciar estos momentos de calma y a valorar la estabilidad que había encontrado en su vida.

- Quizás ahora sí estoy encontrando mi camino - reflexionó Hinata, sintiendo una calidez en su pecho. - Todo parece estar encajando de nuevo, como si las piezas del rompecabezas finalmente se hubieran colocado en su lugar.

La luz del sol brillaba a través de la ventana, y Hinata sintió una renovada sensación de paz y optimismo. Estaba lista para enfrentar el futuro con una nueva perspectiva, sabiendo que, aunque el camino no siempre había sido fácil, había encontrado una fuerza interior que le permitía seguir adelante con esperanza y determinación.

Aun así, el tema de Naruto seguía en su mente. Aunque sus encuentros y citas habían sido una fuente de alegría y redescubrimiento, Hinata no podía evitar sentirse cautelosa. Sabía que él había cambiado, que sus sentimientos hacia ella eran genuinos, pero el miedo y la incertidumbre todavía estaban presentes.

- Con Naruto, todavía no estoy completamente segura de entregarle mi corazón nuevamente - reflexionó. - Puedo ver que ha cambiado, que realmente me ama. Pero esa parte de mí que fue herida no puede simplemente olvidarlo todo de un momento a otro. Mi corazón aún guarda cicatrices, y necesito tiempo para sanar completamente.

A pesar de su incertidumbre, no podía ignorar el hecho de que Naruto había demostrado un compromiso sincero con ella. Sus acciones, su dedicación y su amor eran evidentes. Hinata sabía que su corazón aún estaba en proceso de sanar, y que el tiempo ayudaría a curar las heridas del pasado.

Mientras contemplaba el jardín, Hinata sintió una oleada de gratitud por el viaje que había recorrido. Cada desafío, cada victoria y cada lección habían contribuido a su crecimiento personal. Aunque su futuro con Naruto aún estaba en el aire, sabía que estaba en el camino correcto para encontrar su propio equilibrio y felicidad.

- Lo que más importa es que estoy en paz conmigo misma y con mi vida - concluyó Hinata, sintiendo una sonrisa ligera en sus labios. - Con el tiempo, las respuestas vendrán, y cuando esté lista, sabré qué hacer. Por ahora, estoy agradecida por el amor que tengo y por las oportunidades que el futuro me depara.

Luz y sombras: NaruhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora