Capítulo 1

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—Seguro que esto es riesgo de incendio —se quejó Louis Tomlinson con voz forzada, apoyando el hombro en un lado de la mesa de billar mientras la arrastraban con esfuerzo por el estropeado suelo de madera.

Harry Styles gruñó mientras empujaba la mesa con el culo apoyado al final de esta.

—¿Quieres parar con los riesgos de incendio? —exclamó, molesto—. Esto no es lo que tenía en mente cuando dije que deberíamos tomarnos algo de tiempo libre, y hacer algo —refunfuñó.

—Tú eres el que rechazó mis orquídeas del mercado negro —le recordó Louis.
Miró hacia arriba para ver si habían empujado la mesa lo suficientemente lejos y paró con un bufido. Se dio la vuelta y buscó un taburete, lo puso encima de la mesa y se subió en él, maldiciendo cuando se tambaleó bajo sus pies. Empujó el panel de acceso del techo, experimentando. No se movió. Lo golpeó con la palma de la mano y tembló, pero no se abrió.

—Debe ser lo único en este lugar que está bien construido —murmuró mientras miraba alrededor buscando algo que poder utilizar. No había nada en la sala vacía, aparte de la mesa de billar y una mesa con dos taburetes. Ni siquiera había palos de billar.

Renegó en voz baja y golpeó el panel de acceso, provocando que este se partiera por la mitad. Con su movimiento, el taburete se tambaleó peligrosamente bajo sus pies, y abrió los brazos hacia los lados para intentar recuperar el equilibrio. El taburete paró de moverse enseguida y, al mirar hacia abajo, vio que Harry lo había agarrado con las dos manos para mantenerlo firme.

—Cuidado, pies brillantes —dijo Harry con una media sonrisa.

—Gracias —le respondió Louis mientras estrechaba su mano—. Ya era hora de que hicieras algo útil. Cuidado ahora —advirtió mientras empujaba las piezas del panel, que cayeron a la mesa de billar con un ruido sordo. Miró de nuevo a Harry—. Ponte aquí para que pueda subirme a tu cabeza —dijo con una ligera sonrisa.

Harry bufó mientras se subía a la mesa al lado del taburete.

—Solo me quieres por mi cuerpo —dijo mientras se ponía de pie, con los hombros a la altura de la cintura de Louis.

Louis le acarició la cabeza con una mano enguantada, y se metió por el hueco a través del grueso techo, puso su pistola en el tejado del edificio, y se agarró a los bordes para impulsarse hacia arriba. Gruñó irritado mientras colgaba, casi atascado en el hueco debido a la abultada protección pectoral que entorpecía su progreso. Consiguió pasar resoplando mientras arañaba su camino por la abertura, y se arrastró para estirarse sobre el tejado. Se arrancó el casco y lo tiró lejos, respirando el aire frío con alivio.

Volvió a meter la cabeza en el borde y dejó caer los brazos, ofreciendo una mano a Harry con un poco de miedo. Últimamente nunca sabía si Harry aceptaría su ayuda o si se enfadaría por ofrecérsela. Los repentinos cambios de humor y otros problemas que Harry estaba teniendo desde la aparición del asesino en serie de los tres estados eran la razón por la que estaban haciendo trabajos de ese tipo en vez de trabajar en la oficina.

Pero Harry aún gozaba del buen humor que había mostrado hasta ahora, porque aceptó la mano de Louis sin comentarios mientras se subía al taburete para seguirlo. Justo cuando se impulsó con sus largas piernas hubo un fuerte golpe en la puerta.

Louis vio cómo la puerta temblaba y tiró de Harry con toda la fuerza que pudo reunir estirado boca abajo.

—Es un ariete —advirtió con voz ronca.

Harry resopló y se impulsó hacia arriba con la ayuda de Louis, gruñendo tan pronto sus pies pasaron por el boquete abierto.

—Despejado —dijo en voz baja. Un segundo después un fuerte ruido en la habitación de la mesa de billar debajo de ellos indicó que la puerta había cedido.

Sticks and Stones (may break my bones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora