Sticks and Stones (may break my bones)

Capítulo 5

Había sido una cena espectacular con un asado de cerdo con rollos de levadura, y una tarta de manzana de postre. Harry se levantó de la mesa, lleno a rebosar. Había sido un día relajante. Había dormido una siesta, le habían enseñado el lugar, le habían contado historias de los desastres que habían provocado Louis y Deuce en su juventud, y había ido al pueblo para conseguir provisiones para la excursión.

Louis le prometió que le enseñaría el pueblo más adelante, y Harry lo esperaba con ansia. No había vuelto a ver a los padres de Louis. Mara se había pasado el día cocinando varios platos para que se llevaran a la montaña y Earl había vuelto a ir a las minas.

Louis evitó cuidadosamente cualquier cosa relacionada con las minas o acompañar a su padre. Harry no le culpaba. Se sentaron en el porche principal y se relajaron el resto del día, sin hablar mucho mientras cada uno intentaba aceptar sus obligadas vacaciones.

Una vez acabó la cena y estaban sentados en la mesa disfrutando la última taza de café de la noche, Mara se levantó y acarició a Louis en la cabeza.

—Ven a ayudarme a montar el sofá —le pidió.

Louis la miró con enfado.

—¿Tengo que dormir en el sofá? —preguntó incrédulo— ¡He dormido en rocas más cómodas que ese trasto!

—Pues ve fuera a encontrar una roca si te vas a sentir mejor —sugirió Mara.

—¿Sofá? —preguntó Harry en voz baja mientras se inclinaba hacia Earl.

Earl estaba sonriendo ampliamente y asintió cuando Harry le miró.

—Mi esposa ha preparado el viejo dormitorio de Louis para ti —le informó en voz baja mientras Louis y Mara discutían los méritos del sofá contra las rocas en el jardín de atrás.

—Oh Dios —rio Harry, echándose atrás en la silla—. No me dejará olvidarlo. Perder su cama por mí.

—Bueno —dijo Earl con un suspiro—. Es eso o discutir con su madre por ello. —Miró a Louis y Mara por un momento, sorbiendo su café tranquilamente—. Ninguno de nosotros ha ganado jamás esa pelea —le explicó a Harry.

—Harry y yo podemos compartir cama —discutía Louis.

Mara se rio de él.

—Ustedes dos no cabrían en una cama individual más de lo que yo cabría en mi vestido de novia —se mofó.

—Pero...

—Sé que Harry acabaría en el suelo cuando acabaras con él —continuó Mara—. Y no permitiré que un invitado en esta casa duerma en la alfombra, así que ven a ayudarme a montar el sofá.

Louis miró a Harry, sus labios se curvaron ante la ironía de lo que su madre había dicho. Cabrían en una cama individual perfectamente, pero solo porque tenían mucha práctica ocupando el mismo espacio estando en posición horizontal.

—Me haré una cama en el suelo, mamá —aseguró Louis. Esta lo miró dudosa, pero él solo le sonrió inocentemente—. Para mí —añadió.

Mara puso los ojos en blanco, sonriendo mientras se daba la vuelta.

—De acuerdo —accedió—. Mientras no sea él quien acabe en el suelo — advirtió.

—No como mañana por la noche, cuando acabaremos todos en el suelo —refunfuñó Deuce.

—Fuera en el frío —añadió Earl desde detrás de su taza.

—Con las rocas —concluyó Louis mientras miraba de reojo a su madre y sonrió.

—Atajo de idiotas —murmuró Chester mientras se levantaba y salía de la habitación.

—Fuera de mi cocina, todos ustedes —ordenó Mara con un gesto irritado de su mano.