Capítulo 11

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Louis rodó sobre su costado en cuanto empezó el tiroteo, tirándose al suelo y cubriéndose, y luego rodó para ponerse de cuclillas con la pistola de Chaqueta, preparado para devolver el fuego. Se encontró a sí mismo con el arma apuntando a Harry, su dedo en el gatillo, listo para apretar. Harry estaba arrodillado, habiéndose dado la vuelta para apuntar a Orejeras, que parecía haberse quedado helado, con el arma colgando de su mano, mientras miraba el cadáver sangrante de Palillo.

—Ponla en el suelo o te reunirás con él —dijo Harry al hombre, con el brazo extendido sin vacilar mientras sostenía el arma delante suyo.

Louis jadeó, con el corazón a mil por hora, mientras dejaba de apuntar a Harry. Volvió la cabeza para mirar al hombre muerto en el suelo. Estaba de espaldas, sangrando por tres agujeros de bala.

Harry le había matado sin siquiera parpadear. Louis se había vuelto loco buscando una solución que no requiriera derramar sangre, y Harry simplemente le había disparado. Aunque sabía que Harry era capaz de matar, Louis nunca le había visto hacerlo. No de esa manera. Ahora que lo pensaba, nunca le había visto matar a nadie.

Los disparos habían provocado que todo se detuviera el tiempo suficiente para que Earl se librara de sus ataduras. Estaba cortando las de Deuce con un cuchillo que había agarrado de algún sitio. Louis sabía que debería ayudar, pero todo lo que podía hacer era permanecer de rodillas y mirar en silencio a su compañero, atónito. Sabía que Harry había matado a Tim Henninger porque había leído los informes de lo que había pasado en Nueva York. Nunca le había preguntado a Harry sobre ello, y de alguna manera, nunca había creído que Harry pudiera quitar una vida tan fácilmente.

Louis se sacudió y miró hacia el cuerpo del hombre. Tenía que haber estado justo detrás de él, con la pistola levantada y lista para disparar. Pero Harry se le había adelantado.

Orejeras estaba tan aturdido que no se había movido. Harry se puso en pie, se le acercó y le arrancó el arma de las manos.

—¿Están todos bien? —preguntó Harry con la voz ronca. Ni siquiera se había vuelto a mirar al hombre que acababa de matar, y lo ignoró mientras todos le miraban, asombrados.

Louis no se movió más que para bajar el arma. Deuce se derrumbó en el suelo y movió la cabeza en negación sin contestar.

Earl miró de Harry al cuerpo y de vuelta a Harry.

—Buen disparo —dijo finalmente, aún jadeando.

Los ojos verdes de Harry se movieron al cuerpo antes de guardarse el arma y acercarse a Deuce, agachándose a su lado, murmurando y poniendo una mano con cuidado en la pierna extendida de este.

Louis se encontró a sí mismo mirando a Harry. Cuando se dio cuenta de que tenía la boca abierta, la cerró. Sacudió la cabeza para despejar el sentimiento, y se obligó a levantarse. Miró a Chaqueta, que aún estaba inconsciente. No despertaría hasta dentro de unos minutos.

Louis miró a Orejeras, y le hizo un gesto hacia el suelo con la culata de su pistola.

—La cara en el suelo —ordenó casi sin voz. El hombre obedeció sin protestar. Louis se giró hacia su padre y estaba sorprendido de ver que este le miraba. Louis tragó saliva—. ¿Estás bien? —preguntó.

—Tengo una costilla o dos tocadas —contestó su padre—. Estaré bien —añadió mientras levantaba el arma y la giraba para dársela a Louis, con la culata por delante.

—Es de Styles —le dijo Louis en voz baja moviendo la cabeza hacia su compañero. Se preguntó lo que debía estar pensando su padre. La manera en la que estaba mirando a Louis era la misma manera en que Louis imaginaba estar mirando a Harry. Como si nunca lo hubiera visto antes.

Sticks and Stones (may break my bones)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora