Ed, Edd y Eddy son propiedad de Danny Antonicci
Nathan Kedd Goldberg es propiedad de c2ndy2cld
Sólo los tomo prestados para este fanfic
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Han sido muchas las veces en que me han insultado, me han herido, me han lastimado, me han golpeado, abofeteado y pateado, me han hecho sangrar, me han hecho moretones, incluso un par de cicatrices, pero creo que jamas en mi vida me habían avergonzado de esta manera a tal grado de dolerme, e irónicamente no es un dolor físico, es un dolor dentro de mi pecho que me penetra el corazón y rasga mi alma, sinceramente no se asemeja a aquella noche del accidente pero era bastante parecido. No lo soporto, quiero que se vaya, quiero que desaparezca, ya no quiero llorar mas, ya no quiero sufrir mas.
Me duele.
No encontré otro lugar para esconderme, no quiero que nadie me vea en este estado así que corrí al único lugar al que nadie vendría durante el receso, la biblioteca. Afortunadamente hay un rincón oscuro y apartado que ni si quiera las parejitas conocen, y justo a esta hora la bibliotecaria sale a almorzar así que me encuentro completamente solo, llorando mientras abrazo mis piernas en el suelo del lugar.
Me duele mucho.
–––––––––– momentos antes –––––––––––
-Perfecto, entonces te veo en clases después del receso, ¿vale? Tengo que hablar con el entrenador en un minuto –fueron las ultimas palabras de Kevin.
-C-claro... t-t-te veo luego... –ni si quiera pude caminar bien a la salida, ¿que había sido todo eso? Dijo que quería pasar toda su vida conmigo, dijo que quiere halagarme mas, dijo que quiere estar a mi lado, ¡me tomo de la mano otra vez! No comprendo nada, ¿Ed tiene razón? ¿Será que en verdad le gusto?...
-¡Oh Eddward que bien que te encuentro! –escuche la voz de una mujer hablándome en el pasillo, pero al alzar mi vista solo logre ver muchos papeles y carpetas en una gran pila frente a mi, y unas delgadas piernas debajo de ella.
-¿Profesora Octavia? –pregunte desconcertado, a lo que ella asomo su cabeza hacia un lado.
-Si querido, en verdad lamento interrumpirte en tu hora de descanso, pero debo llevar casi todos estos papeles a la sala de maestros ya qué hay una reunion muy importante, pero acabo de recordar que no cerré el laboratorio con llave, por favor sé un angel y ciérralo por mi –sin siquiera esperar mi respuesta, soltó una mano y entre tambaleos me entrego la llave y una gran cantidad de hojas y carpetas –y por favor deja estos papeles en mi escritorio.
Por supuesto que no iba a negarme, esta mujer es de las mejores y mas amables maestras del lugar, ayudarla me es un placer.
Camine tranquilamente al laboratorio, y cuando llegue me sorprendió encontrarlo cerrado, pobre profesora debió olvidar que si le puso llave, aun así debo dejar los papeles en el escritorio por lo que necesitaba abrir.
Todo fue cuestión de segundos pero se sintieron como horas, la puerta se abrió frente a mi, una voz grito "si quiero ser tu novia", y mi amor platónico besando a Nazz. No se cuanto tiempo me quede en shock completamente paralizado por la situación, mi corazón comenzó a latir fuertemente, en mi garganta se formo un nudo que me impedía respirar, de mis ojos brotaban lagrimas otra vez.
Cuando recobre la conciencia solo pude disculparme, tomar del suelo la papelería que cayo de mis brazos y salir corriendo, no permitiría que se burlaran mas de mi.
–––––––––––– presente –––––––––––––
Lo que vi fue suficiente para volver a quebrarme en llanto, no se si es justificación el hecho que me han herido tanto en esta vida para tener la excusa de llorar, y odio ser egoísta, se qué hay personas que sufren mas que yo, pero no puedo evitar sentirme mal, sentirme como basura, nuevamente me jugaron una mala broma, nuevamente fui humillado y lastimado, pero ¿por que?, simple, porque soy un idiota.
Sabia que no debía hacerme ilusiones.
-¡Edd! –escuche sus gritos desde fuera de la biblioteca, aun entre lagrimas abrace mas mis piernas obligando a mi cuerpo a camuflajearse con las paredes. Rogaba que no me encontrara, por eso mismo había apagado las luces y cerré las persianas apenas llegue aquí, para que quien entrara pensara que estaba cerrado, pero poco le importo y entro por las puertas dejando pasar a la luz de los pasillos, podia verlo a través de algunos estantes desde mi escondite –¡Edd se que estás aquí! ¡Déjame explicarte!
Tapaba mi boca con tanta fuerza para evitar hacer ruidos, como aun no paraba de llorar no quería hacer ningún tipo de quejido que me delatara. Comenzó a buscar con su mano el interruptor de la Luz sin éxito, ya que este se encontraba mas hacia adentro del lugar, y abrir las persianas era un trabajo para ambas manos, así que definitivamente le costaría encontrarme y eso me daría tiempo de huir.
-Maldición –dijo después de varios intentos fallidos de encontrar el interruptor –Edd... –hablo mas tranquilamente, dejo una de sus muletas en la entrada y cerro las puertas detrás suyo, encendiendo la linterna de su celular –por favor escúchame, no te hare daño lo juro... –comenzó a pasearse lentamente, era evidente que estaba batallando para moverse –no me ire hasta encontrarte –caminaba hilera tras hilera alumbrándolas en mi búsqueda, y conforme mas se acercaba a mi mas me escabullía, estaba a pocos pasos de las puertas pero yo no podia ver nada aun y conociendo el lugar al pie de la letra, logre abrir las puertas y la luz volvió a entrar –¡espera! –me grito.
Salí apresurado cayendo frente a mi su muleta, comencé a correr lo mas rápido que pude pero un estruendo me hizo detenerme, di vuelta y lo vi ahi tendido en el suelo, había tropezado con la muleta de antes y cayó, fue entonces cuando una imagen fugaz aparecía en mi cabeza, pues estaba en la misma posición en la que lo encontré la noche de su accidente, y era esa misma imagen la que me invadió, lo tenia frente a mi de nueva cuenta mal herido, pero esta vez era culpa mía.
-¡Kevin! –grite desesperado corriendo ahora de regreso a la biblioteca, ya estando a su lado me arrodille y lo ayude a darse vuelta, la diferencia es que esta vez si esta consciente –oh Dios mío – dije al ver que su mejilla sangraba pues sus puntos se habían roto, saque un pañuelo de mi bolsillo y lo coloque en la herida para detener la hemorragia, las lagrimas de mis ojos salían como cascadas, los recuerdos de esa noche me rompían por dentro –¡perdóname, lo siento tanto!
-Tra-Tranquilo –logro sentarse mejor en el suelo, tomando el pañuelo y dejándolo reposar un par de segundos hasta que el sangrado se detuvo –estoy bien, ¿okey? –me sorprendió lo rápido que fue para cerrar las puertas poniendo el seguro con un solo brazo, para después tomar mi muñeca con un poco de fuerza, pues parecía que no me dejaría huir –necesito que me escuches.
-No tengo nada que escuchar –limpie mis lagrimas e intente soltarme de su agarre y ponerme de pie, pero el no me lo permitía –¡déjame ir por favor! ¿Que mas quieres de mi?
-¡Tengo que explicarte! ¡Lo que viste no es lo que crees! –ahora me tomo de ambas muñecas, impidiéndome salir corriendo.
-¡No tienes que explicarme nada! ¡Si tu y Nazz se hicieron novios no es de mi incumbencia! –forcejeaba lo mas que podia pero obviamente el es mas fuerte que yo.
-¡Nazz y yo no somos novios, ella me beso pero yo no quería! ¡Ella no me gusta! –no me estaba lastimando con sus agarres, pero cada vez mas quería salir de ahi, no quería seguir oyendo mentiras.
-¡No me importa! ¿¡Por que crees que yo necesite saber eso!?
-¡Porque estoy enamorado de ti!
"Que?..." pensé. Fue suficiente, ya no dejare que se burle mas de mi.
-No, Kevin, no te atrevas a jugar así conmigo...
-No estoy jugando, te lo juro, créeme por favor...
-¿Creerte? ¡Lo único que creo es que soy un completo idiota! ¿Como piensas que voy a creer que el primero en hacerme bullying después que se revelara mi homosexualidad va a estar enamorado de mi? –jamas en mi vida le había gritado así a nadie, de hecho creo que jamas me había enojado tanto con nadie –tu enamorado de mi, ¡no me hagas reír! El chico mas heterosexual de este lugar, el seductor de chicas, el mas popular, enamorado de un nerd y aparte ¡hombre! Estoy harto que todos piensen en mi como un payaso, un saco de boxeo, un iluso al que pueden hacerle bromas, ¡pues no dejare que me sigan lastimando!
–Edd... –me miraba directamente a los ojos, su tono de voz y su rostro mostraban pena, ya no quería que me tuvieran pena.
–No me mires así, no intentes fingir compasión, no intentes fingir que te agrado como lo has hecho este ultimo año. En verdad creí que habías cambiado, creí que podíamos ser amigos, en verdad creí que podia ignorar que me enamore de ti, pero eras tan amable, tan dulce... –quería limpiar mis lagrimas pero no podia, solo podia ver sus ojos, esos que tanto amaba pero que ahora me lastiman al verme –y todo fue un engaño, una broma pesada para restregarme en la cara como te harías novio de ella.
–Tu estas... ¿enamorado de mi?
–¿¡Si y que!? ¿¡Es lo que querías no!? ¡Felicidades! ¡Ganaste! ¡Me humillaste! ¿¡Ya me puedes dejar solo!? –baje la mirada y cerré los ojos dejando que las lagrimas cayeran al suelo, pude sentir como me soltó de su fuerte agarre, pensé que se iría, pero jamas imagine lo que sucedió después.
Mi mentón sintió un cálido toque, era su mano la cual elevo mi rostro para hacer que lo vieran nuevamente, acaricio mi mejilla y con un solo movimiento suave me jalo y el se acerco, uniendo nuestros labios en un beso. Todo a mi alrededor desapareció, los libros, los estantes, la biblioteca, la escuela entera, solo éramos el y yo, en lo que parecía ser un sueño, un contacto que imagine y desee tantas veces, se estaba haciendo realidad, y era mejor de como lo imagine.
No pude evitar disfrutarlo, sus labios eran tan suaves y dulces, su mano soltó mi mentón y me tomo de la cintura apegándome mas a su cuerpo, mis temblorosas manos lo tomaban del pecho y mi corazón volaba por los aires, pero tuve que separarme primero por la falta de aire, entonces nos miramos fijamente, sus ojos penetrando mi alma y mis ojos penetrando la suya, mientras nuestros pechos subían y bajaban por la euforia.
Seguido, me apego de nueva cuenta a su cuerpo ahora en un abrazo –jamas te dejare solo –comenzó a hablar –cree en mi por favor, me gustas, estoy perdidamente enamorado de ti.
Mis brazos lo rodearon con timidez, abrazándolo fuertemente hundiendo mi rostro en su cuello –y-yo también estoy enamorado de ti –reafirme.
Fueron aproximadamente dos minutos en los cuales no dijimos nada mas, solo nos mantuvimos ahi en el suelo, abrazados, yo aun llorando, disfrutando de nuestra compañía y el contacto mas puro y bello en el que nos demostrábamos nuestros sentimientos. Después de esos minutos, me puse de pie ayudándolo a hacer lo mismo y a sentarse en uno de los sillones del lugar, encendí las luces y abrí las persianas dejando entrar la luz, para seguido ir a su lado sentandome junto a el, dispuesto a escuchar su explicación.
-Cuando recién entramos a este instituto hace un par de años, Nazz aun seguía siendo la chica dulce, inteligente y amable que todos conocíamos –inició contando, haciéndome recordar cada detalle –pero conforme nuestra popularidad aumentaba y mas chicos la idolatraban, su actitud comenzó a cambiar, me imagino que lo habrás notado –asentí –pienso que, como todos los del vecindario moríamos por ella, al llegar aquí y notar que mas se sumaron a la contienda, el poder se le subió a la cabeza. Comenzó a usar su belleza como un arma, consiguiendo lo que quería y como lo quería a cambio de su atención e inclusive a cambio de su cuerpo, y cada cosa mala que hacia me la confiaba a mi, pensando que me enorgullecería de ella, cuando realmente me causaba mucha incomodidad y pena por las personas a las que utilizaba o hacia daño.
Hace mas de un año que se completo su cambio, fue el momento en que confirme que mis sentimientos amorosos se esfumaron por completo, los amigables disminuían, y después...
Hizo una pausa –después, ¿que? –pregunte.
-Después comenzaste a gustarme tu... –ya se había confesado minutos atrás, pero el escucharlo tan directamente hizo que me sonrojara de nuevo, y por lo que vi, el también estaba muy avergonzado –p-pero bueno, poco a poco me gustabas mas y mas y dejaba de prestarle atención a ella por enfocarla en ti, no dudo que eso le haya molestado así que su coqueteo igual aumento, hacia afirmaciones como que nos casaríamos y tendríamos hijos aunque yo le dijera de frente que nada de eso iba a suceder, y la ultima vez que me visito en el hospital y menciono algo parecido, fue la gota que derramo el vaso, decidí que le pondría fin hoy. La cite en el laboratorio para charlar tranquilamente y rechazarla con educación, pero como siempre, no me dejo hablar, mal interpreto las cosas y creyó que la cite para pedirle que fuera mi novia, se me abalanzo y me beso, y fue cuando tu entraste...
Pase de verlo a el a voltear mi vista hacia la nada, completamente estático por lo que acababa de escuchar, subí mis piernas al sillón, las abrace, y escondí mi rostro en mis rodillas, había malinterpretado todo. Quería morir de la vergüenza, todo lo que vi, todo lo que hice y dije meramente por una estupida confusión, ¡me había confesado! ¡Le grite y reclame! ¿Por que todo tuvo que resultar así?
-Me quiero morir –dije en un tono serio pero bromeando, causando que el riera. Separe mi rostro de mis rodillas y volví a verlo –y pensar que salí corriendo como una niñita por un malentendido...
-Si somos sinceros, siempre que corres pareces una niñita –no pude evitar reír ahora con pequeñas carcajadas, al igual que el lo hacia, a fin de cuentas era verdad. Pero después tomo una de mis manos separándola de mi pierna, y fue ahi cuando pare de reír, poniéndome nervioso al instante, sobre todo por ver esa suave sonrisa pintada en sus labios –tal vez no es la forma en que deseaba declararme, pero estoy feliz por al fin haberlo hecho.
Jamás pensé ver en su rostro un sonrojo, pero tenerlo frente a mi así, me hacía pensar que cualquier cosa era posible –no se si alguna vez yo tendría el valor de declararme, de hecho la situación es tan irreal que siento que estoy soñando, pero si, definitivamente hubiera preferido que las circunstancias fueran diferentes.
–Edd... –dijo mi nombre al mismo tiempo que acercaba mas su cuerpo hacia mi, tomando nuevamente mi rostro con su mano –lo que dije antes, que jamas te dejare solo, sera verdad si así me lo permites, quisiera poder protegerte, ayudarte, quererte, alegrarte, escucharte. Tienes razón, cuando se descubrió que eres gay fui el primero en burlarme de ti, y no sabes cuanto me arrepiento de ello. Dijiste que todos piensan en ti como un payaso, un saco de boxeo, alguien a quien pueden hacerle bromas, he tratado de evitar todo eso por mucho tiempo pero al parecer no lo suficiente, de ahora en adelante estaré para cuidarte... ¿me darías ese honor?
Era todo tan irreal, nunca quise ilusionarme, me mantenía al margen de una amistad, de un crush secreto, de un sueño que jamas se haría realidad, y ahora estoy aquí, frente a el, escuchando las palabras mas dulces y románticas que siempre anhele escuchar, mientras me toma tan fragilmente como si yo fuera un jarrón de porcelana y desborda su cariño hacia mi persona, no tengo idea de como esto es posible, pero no me queda mas que agradecer en lugar de cuestionar.
Incline mi cabeza hacia su mano para sentir mas su calidez, posando la mía sobre esta y la acaricie removiendo mi rostro en ella –claro que si –una ultima lagrima rodó por mi mejilla, mojando sus dedos, mientras mis labios formaban la mas grande y genuina sonrisa que podia brindar –todo lo que tu quieras.
Lentamente se inclino hacia mi, los nervios me invadieron pero igualmente yo comencé a acercarme a el, iba a pasar de nuevo, íbamos a besarnos, si este era un sueño ruego no despertar nunca. Nuestros labios estaban a un par de centímetros, y entonces...
RIIIIIIIIING
La estupida campana sonó indicando que el receso había concluido, arruinando nuestro momento. Ambos nos alejamos con tanta velocidad muy avergonzados por lo que estábamos apunto de hacer.
-Creo que debemos regresar al salon –menciono, pero sinceramente no podia mirarlo a la cara... ¡Su cara! ¡Su punto abierto! Ya no sangraba pero no debía quedarse así.
-¡No! Tenemos que ir a la enfermería, deben cerrar otra vez el punto de su mejilla o sangrara otra vez –me puse de pie yo primero dirigiéndome hacia la entrada dónde se encontraban las muletas que lo ayudaban a caminar –en verdad perdóname, si no hubiera dejado caer tu muleta no habrías tropezado con ella.
-Oh, no te preocupes por esto, de hecho fue Nazz quien lo causó... puede ser posible que le haya dicho una que otra de sus verdades, y me dio una bofetada...
Es impresionante como esa mujer podia incluso golpear a un lesionado –no importa ya como paso, vamos, te llevo –le extendí ambas muletas, y lo ayude a ponerse de pie.
-¿Que hay de tu asistencia perfecta?...
-Al diablo con la maldita asistencia, esto es mas importante.
Salimos de la biblioteca y nuevamente cuidaba paso por paso que daba el mas alto, pero algo no era normal, ya había sonado la campana y no habían muchas personas dirigiéndose a a sus salones, era evidente que gran parte de los alumnos no estaban. Y conforme nos acercábamos a la enfermería, logramos escuchar demasiado bullicio por los pasillos, ya hasta que estuvimos frente a aquel lugar notamos a todas las personas que estaban cubriendo la puerta, haciendo escándalo y tratando de ver hacia el interior de este cuarto.
-¿¡Hermano donde diablos estabas!? –frente a nosotros pasando por la multitud apareció Nathan, visiblemente preocupado.
-Hombre ¿que rayos esta pasando? ¿Por que tanto alboroto? –preguntó el pelinaranja.
De repente el peliacua lo tomo de los hombros, su rostro reflejaba miedo en su mayor esplendor –¿¡que-mierda-le dijiste-a Nazz!? ¡Esta completamente histérica! ¡Apareció llorando y gritando por los pasillos como una maniaca! ¡La tuvieron que arrastrar a la enfermería y desde que entro parece que esta rompiendo todo adentro!
Trague saliva con mucha fuerza, escuchar lo que el contrario decía al mismo tiempo que dentro de la enfermería parecía haber una avalancha, no hizo mas que ponerme demasiado asustado al punto de hacerme temblar. Sino hasta que sentí como el mayor a mi lado me tomaba de la mano, pues noto mi estado actual.
-Es una larga historia.... –respondió sin dejar de verme a mi.
El otro muchacho vio a su amigo, luego me vio a mi, luego vio nuestras manos, luego a su amigo, luego a mi, luego las manos, a su amigo, a mi, nuestras manos, amigo, a mi, manos, así por unos diez segundos hasta que en sus labios se formo una sonrisa tan pero tan grande como la del mismísimo Grinch.
-Vaya vaya vaya... cumpliste la parte del trato ¿eh?
-¿Trato? –pregunte desconcertado –¿que trato?
-Bueno, ya no hay nada que ocultar así que a la mierda. Nath y yo hicimos un trato que consistía que, si yo me declaraba ti, el tendrá que declararse a Eddy.
-Broooo no era necesario decir su nombreeee, ¡sobre todo a su mejor amigo! –ahora parecía completamente nervioso, acercándose a mi con ambas manos unidas suplicante –lindura por favor no le digas nada ¿okey? Si me gusta muchísimo pero aun no quiero decirle porqueyomepongomuynerviosoynoquieroquelosepaporalguienquenoseayoy... –en algún punto comenzó a hablar tan rápido que deje de entenderle.
-Nath, tranquilízate por favor –lo interrumpí y lo hice callar –yo ya lo sabia.
Me miro perplejo –¿y-ya lo sabias?... ¿quien te dijo?
-No necesite que nadie me lo dijera, eres bastante obvio.
-Y... ¿Yo le gusto?
-Ni idea –mentí, no arruinaría lo que podría ser un romántico momento entre dos –Eddy nunca habla de esas cosas ni si quiera conmigo. Tendrás que averiguarlo ti mismo.
Suspiro derrotado, y antes de decir cualquier otra cosa, la puerta de la enfermería se abrió y se cerro, pero por tanta gente que había no pudimos ver quien era, solo vimos que tras esa persona se iban todos y cada uno de ellos detrás siguiéndola. Nath se puso de frente a nosotros con ambos brazos extendidos de lado a lado, intentando cubrirnos con su cuerpo por si miraba en nuestra dirección.
-No hay moros en la costa –confirmo, tomando una postura menos defensiva y volteando a nosotros –ya pueden ir a la enfermería, tórtolos, y antes del entrenamiento quiero que me cuenten todito todito a detalle –nos guiño a ambos un ojo, y se fue jugueteando como un ninja por los pasillos, haciéndome reír.
En el momento que entramos a la enfermería, no nos cabía en la comprensión como una sola chica tan delgada y pequeña podría haber hecho tal magnitud de destrucción, había frascos de vidrio rotos en el suelo, la camilla estaba completamente rasgada con su felpudo saliendo por todas partes, la cortinilla fue arrancada del techo, cajas y cajas de guantes y jeringas en el suelo junto sus productos dispersados. Todo el lugar era un caos.
La pobre enfermera limpiaba el desastre tan rápido como podía, al vernos decidió atender rápidamente a Kevin e inclusive intentó convencerlo de ir al hospital pero al ser un solo punto el chico prefirió mantenerlo tranquilo. Fue cuestión de colocar un anestésico local en la zona y en menos de dos minutos la herida ya estaba cerrada otra vez, mientras tanto yo me ofrecí a limpiar el lugar ocupándome sin problemas en levantar los vidrios rotos para evitar accidentes, le coloco un parche en el area para evitar infecciones, nos hizo una nota a ambos para entregar a nuestro profesor y nos envió a clases, a fin de cuentas Kevin ya está bajo medicación prescrita, no necesitaba mas.
Temerosos volvimos al salón, y para nuestra fortuna la rubia no se encontraba ahí, así que las próximas horas se fueron tranquilamente, no sin evitar intercambiar miradas casi constantemente, yo estaba literalmente en el cielo.
Cuando el timbre sonó indicando el fin de las clases, vi en la puerta del salón a mi par de amigos que me esperaban para platicar sobre la histeria de la chica rubia, pues los rumores sobre el rechazo de Kevin se esparcieron por la escuela tan rápido como la peste negra, el mencionado y yo nos acercamos a ambos lo cual no se esperaban, intercambiaron miradas cómplices y nos sonrieron.
-No se atrevan a decirlo –dije yo primero, pero no pude evitar nada.
-¡Te lo dijimos! –gritaron ambos al unison, abrazándome.
Todos fuimos juntos a la cancha de futbol para reunirnos antes del entrenamiento, Ed, Eddy y Nathan se sentaron los tres en una grada superior, y Kevin y yo nos sentamos uno alado del otro en un grada inferior, tomándonos de la mano. Comenzó a contar a detalle su encuentro con la chica, fue ahí que me enteré de lo que sucedió después que salí corriendo del laboratorio, efectivamente se había pasado un poco de la raya con las cosas que le dijo, aunque no fueran mentira, y por milésima vez enrojecí al escuchar las palabras que utilizo para rechazarla.
Los tres tontorrones frente a nosotros solo pudieron decir al mismo tiempo "uuuuuuuhhh" en un tono cantado típico cuando quieren avergonzar a una parejita, y fue ahí que muy apenado les conté ahora mi parte de la historia, incluyendo cómo huí, me escondí en la biblioteca, me encontró, se cayo, discutimos y...
-Se me declaro... y yo igual –termine de contar, viendo a otra parte que no fuesen sus rostros.
-¡Oh vamos! –grito Eddy –¡no pudo haber sido todo!
-¡Exacto! –continuó Nathan –¿ni si quiera un besito?
El chico que me tommaba de la mano y yo nos miramos por un par de segundos en los que nuestros rostros se transformaban en tomates, para seguido mirar en direcciones contrarias completamente sonrojados y nerviosos.
-¡Si se besaron! –grito Ed, entusiasmando a los otros dos que entre todos comenzaron a grita y celebrar como si acabaran de presenciar un touchdown frente a ellos.
-Por favor cállense –suplico Kevin –ya hubo demasiado drama el día de hoy, si no les molesta quiero un minuto de paz.
-Pero entonces ¿ya son novios? –sinceramente no supe que responder ante aquella pregunta hecha por el mas chaparro de los cinco, mientras los otros dos nos miraban esperando respuesta.
-No –contestó Kevin –aun no. Esa mujer arruinó mi declaración, pero ahora que se que no seré rechazado –volteo a verme con una sonrisa –planearé la mas perfecta propuesta que pueda existir –a este hombre no le importaba un bledo nada, ¿como podían salirle tan naturalmente las palabras sin vergüenza alguna? Me iba a volver loco sin su pudor.
-Lamento arruinar su ilusión –continuó el más grandulón –amo esto, en verdad, estuve esperando este momento desde hace mucho pero Edd era demasiado terco... mi punto es que jamás pensé en algo muy importante: en base a la reacción que tuvo Nazz hoy, definitivamente están en muchos problemas.
Eddy concordó –Ed tiene razón, esa zorra tiene mucha popularidad y poder en esta prision, una sola mentira y están fuera...
El peliaqua interrumpió –¡pues quiero ver que lo intente! Ustedes olvidan algo importante, Kevin y yo también tenemos mucho poder y popularidad, somos dos contra una, si quiere guerra, ¡guerra tendrá! –mientras hablaba se levantó y coloco una pierna en una grada superior, una mano sujetando su cintura y la otra elevaba el puño en el aire, inflando el pecho, una pose similar a la de un héroe de caricatura.
Todos reímos y continuamos charlando unos cuantos minutos después, no fue hasta que el silbato del entrenador llamó nuestra atención, era hora para que Nathan se fuera a vestir con su equipo. Mis amigos se fueron dejándonos a solas, bajamos de las gradas con cuidado y nos sentamos mas cerca de todo los chicos, charlando mientras él los observaba e intercambiaba palabras con el entrenador.
Al finalizar, Nathan se ofreció a llevarnos a casa en su lujoso auto, a fin de cuentas sería él quien haría la función de chofer mientras su mejor amigo se recuperaba. Nos llevó al Cul De Sac, ayudo a bajar las muletas del contrario y se despidió de mi con un lindo sobrenombre antes de volver a subir a su coche y retirarse, su mansión quedaba a pocos metros de la vecindad, sobre una colina, ahí vive con su padre (madre) y sus numerosos hermanos. Nos había dejado completamente solos en la calle a mitad de nuestras casas pues como he mencionado antes, vivimos uno frente al otro en aquella calle cerrada.
-Tenemos buenos amigos –afirmé yo.
-Muy irritantes los tres, pero no cambiaria a ese pelo de escoba por nada –confirmó –nos veremos mañana, ¿cierto? –su pregunta fue extraña, tal vez cree que no iré por miedo al que dirán.
-Por supuesto, ya no seguiré huyendo, si se van a burlar de mi, que lo hagan, ya no me importa –esta vez yo tome la iniciativa, me acerque y deposite un beso en su mejilla sana –solo me importa que tu estes bien.
Evidentemente mi movimiento lo sorprendió, pues quedó inmóvil por un par de segundos –Hey eso es trampa, me tomaste desprevenido –antes que me pudiera alejar, me acerco desde mi cintura y me robó un beso fugaz en los labios –así está mejor.
No podía verme a mi mismo, pero estoy seguro que sonreí como un bobo enamorado, básicamente ese era mi estado actual –que descanses.
-Igual tu.
Nos tomamos de la mano por ultima vez, y cada quien dimos la vuelta para entrar en nuestro hogar, cada paso que yo daba miraba hacia atrás para poder verificar que no se lastimara en el camino, y cuando por fin estábamos en nuestras puertas, nos despedimos con un movimiento de manos y una sonrisa.
No quería ir a dormir jamás, tenía miedo de despertar y que todo fuese un sueño, al fin pude decirle mis sentimientos, y la mejor parte es que es mutuo, no podía estar mas feliz.... y mas preocupado, Nazz es una mujer que no se rinde fácilmente, pero tranquilo, Kevin, así como tú estás dispuesto a cuidarme, yo también de ahora en adelante estaré para cuidarte.
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Tu y yo (KevEdd) (remasterizada)
FanfictionKevin Greells y Edward Marion son dos adolescentes de la típica historia cliche en la que el bravucón superpopular capitán del equipo de fútbol se enamora de el nerd marginado, pero en gay. Después de mucho tiempo escondiendo sus emociones ambos dec...