El despertar

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Cuando comence a editar este capitulo moria de risa y mis ojos me dolian, era espantoso, y muy corto. Aun es corto pero al menos ya se ve mejor.

Ed, Edd y Eddy son propiedad de Danny Antonici

Sólo los tomo prestados para este fanfic

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Al principio todo era oscuridad, una que jamás había experimentado, pues era diferente a estar en una habitación sin luz o a simplemente cerrar los ojos, emanaba un sentimiento solitario, frío, era difícil de explicar. No sabia como había llegado a aquel lugar, poco recordaba de minutos anteriores, si acaso lo único que viene a mi mente son dos luces, rápidas y brillantes dirigiéndose hacia mi en lo que pareció ser solo un segundo, y pasado este, aparecí aquí.

El no ver ni si quiera mis propias manos me aturdía, era una desesperación aterradora el no saber siquiera a donde me dirigía, si caería o si tropezaría. Pensé en tranquilizarme, concentrarme en algo que me ayudara a relajar, y la primera imagen que se proyectó en mi mente fueron unos ojos, unos ojos con el iris mas azul que alguna vez haya visto, tan hermosos que el mismo cielo tendria celos de su existencia.

Y el nombre de su dueño – Eddward.

El simple hecho de tranquilizarme con su mirada ya era una mera confusión para mi razonamiento, he intentado descifrar mis sentimientos, y mi única conclusión ha sido que estoy enamorado.

Eddward Marion Masllow, ese es su nombre, es un chico escuálido, débil, sabelotodo, ratón de biblioteca, y aun así logro cautivarme. Lo conozco desde hace mas de una década pues se mudo a la ciudad cuando aún éramos unos niños y dio a parar a mi vecindario, incluso me apena decir que yo acostumbraba a ser un bravucón con el y sus amigos, los insultaba, ofendía, retaba, e incluso lo golpeaba, no me siento nada orgulloso de esto.

Sin embargo mis sentimientos por él no se convirtieron en lo que son ahora sino hasta hace un año, pues como era de esperarse, entramos todo el vecindario al mismo instituto; rápidamente me convertí en el capitan del equipo de futbol americano de la escuela, y el como me enamore de este chico fue algo tan tonto que vergüenza me da recordarlo. Comenzó con un partido, un partido que lamentablemente estaba arrasando con nuestro equipo, y si lo perdíamos nos costaría el campeonato, todo parecía perdido hasta que de las gradas apareció él, se acerco al entrenador y con temas matemáticos y razonamiento logro formular una jugada la cual él juraba que nos garantizaba la victoria, y así fue.

Gracias a aquel plan logre dirigir al equipo de mejor manera y ganamos el partido, yo estaba muy sorprendido, no por sus habilidades matemáticas ya que todos sabían que era un cerebrito, sino porque aun después de tantos años de acoso de mi parte, inclusive despues de haber tenido el peor de nuestros encuentros hace pocos días, aun así decidió ayudarme. A partir de ese momento supe lo que era la verdadera bondad, y me jure nunca mas tratarlo mal, y ese juramento incluyo a sus otros dos amigos.

Estaba tan inmerso pensando en Edd que una luz me aturdió con su brillo tan repentino, cubrí mis ojos con mi brazo y cuando pude enfocar la vista me percate que iluminaba, era un sendero que concluía en lo que parecía una puerta, por lo que comencé a avanzar hacia ella para ver a donde me llevaría. Logre solo dar unos cuantos pasos hasta que la escuche...

- Kevin... –ese era mi nombre, dicho por una angelical voz.

Habían pasado ya años desde la ultima vez que la escuche, era la voz de mi madre, quien había fallecido por enfermedad. Desesperado comencé a buscarla con la mirada, cubriéndome de aquella luz que no me permitía ver con claridad, y entonces apareció frente a mi, tenia un bello vestido blanco, y era más hermosa de como la recordaba. Su hermoso cabello anaranjado como el mío, sus ojos verdes esmeralda como los míos, y su voz , su hermosa voz que me cantaba cuando era niño, era ella sin duda alguna.

Tu y yo (KevEdd) (remasterizada)Where stories live. Discover now