𝐁𝐞𝐡𝐢𝐧𝐝 𝐓𝐡𝐞 𝐏𝐥𝐚𝐧. - James Hook. #𝟏

𝐄𝐍𝐃.

Guardaron el amor que les
Quedaba, por si algún día
se encontraban.

EL DIA DEL BAILE HABIA LLEGADO, EN CUANTO LA NOCHE CAYO, TODOS LOS ESTUDIANTES EMPEZABAN SU CAMINO AL CASTILLO REAL, PUES SERIA UNA NOCHE INOLVIDABLE PARA TODOS. Mientras tanto, Garfio se encontraba caminando a la habitación de la princesa, sus manos temblaban por lo nervios, sabía que esa noche no era como todos la esperarían, pero aún así tenía una pizca de esperanza que haría cambiar a Uliana de opinión.

Garfio sentia un nudo en su estómago a la par que se acercaba mas a la habitación de la princesa, sus nervios se apoderaban cada vez más de su cuerpo. Esa noche, solo podría tener dos posibles finales, el felices por siempre, y el de una historia incompleta la cual continuaría a la par de los años. Garfio se detuvo frente a la puerta de Zel, respiro hondo y agito sus manos y trono sus dedos tratando de dejar esa inquietud de lado, y así, elevo su mano y con sus nudillos toco la puerta.

Aquella princesa había abierto la puerta, Garfio quedó cautivado por como se veía Zel en esos momentos, sabía que con ella podría vivir el resto de su vida, su corazón se lo decía. La princesa portaba un bello vestido de noche largo color lila, con bellos encajes y algo brillante, unos guantes en sus manos a la altura de sus codos de la misma tonalidad del vestido, su cabello ondulado y rubio brillante callendo por sus hombros, y una linda corona de oro flores, pero sin duda, sus bellos ojos resaltaban en todo. Garfio estaba cautivado, admirando cada parte como si de un cuadro de arte se tratara.

Era realmente una princesa...

—¿Nos vamos? —Zel tenia una sonrisa llena de emoción en su rostro, era imborrable.

—Claro, princesa —extendio su mano a la princesa caballerosamente, a lo que rápidamente accedió.

Así, ambos tomados de la mano comenzaron a caminar al castillo real. Pero para Garfio, mirar la sonrisa de Rapunzel relucir, le carcomia el corazón de culpa, no quería entrar al baile porque estaba negado a lo que podría pasar, entrar ahí podría ser su propio martirio. Ambos entraron, admirando la bella decoración y música relajante que resonaba en cada rincón, miraban tanto a princesas y príncipes bailar juntos entre ellos, todo era alegría y felicidad.

Pero Garfio al entrar solo sintió la mirada intimidante de Uliana por un rincón oscuro, se veia a la obligación de ir y darle fin a su plan maligno.

—Encanto, espérame aquí unos segundos —aviso marchándose enseguida.

A medida que caminaba apresurado, miraba a Morgie arrasar con los bocadillos probando cada uno de ellos. Al llegar, Garfio se detuvo frente a Uliana, que ahora lo miraba con malicia.

—No es muy caballeroso dejar a tu princesa sola —dijo Uliana chasqueando la lengua— Por fin, Garfio! Llego el día.

Garfio no dijo ni expresó absolutamente nada.