ℬ𝒫 | "No nacen siendo villanos, los hacen."
Realmente no necesitas a nadie que te complete. Solo necesitas a alguien que te acepte completamente.
No todos los tesoros son de oro y plata.
❥ Libro 1/2.
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LA NOCHE ERA LLUVIOSA Y HUMEDA, LAS GOTAS DE AGUA RESONABAN AL CAER EN EL SUELO CON INTENSIDAD. Uliana había llamado a Garfio, por una única y sola razón. El día de hoy iban a buscar el libro encantado de Merlin, de donde iban a sacar las recetas para los pastelillos magicos que iban a preparar.
—¿Para que me llamaste? —Garfio hablo sin interés.
Uliana elevo sus cejas completamente sorprendida por el desinterés que Garfio estaba demostrando.
—Iremos a buscar el libro de recetas de Merlin —aviso.
—¿Que quieres que haga ahora?
—Que distraigas a la princesa, no será tan complicado para ti.
Garfio respiro hondo, estaba harto y cansado de seguir sosteniendo una farsa que la misma Uliana estaba dirigiendo. Estaba agobiado de seguir recibiendo órdenes de Uliana y el tener que acatarlas al pie de la letra.
—Claro —respondió seco, Uliana parecía querer decir algo más pero Garfio ya se había marchado.
A medida que Garfio caminaba recordaba aquel beso que había sido un sello de un amor, un amor que era una farsa. Garfio verdaderamente estaba comenzando a desarrollar sentimientos inexplicables por Zel. Pero también, una pregunta estaba ahí molestando, ¿acaso Rapunzel sentia lo mismo que el?, la respuesta no estaba del todo clara, pero le causaba inquietud saberlo.
James anhelaba poder disfrutar aquellos momentos que pasaba al lado de la princesa el resto de sus dias sin necesidad de tener un plan detrás. La confianza que le tenía a Uliana comenzaba a desvanecerse con el aire, dudaba si seguir con el plan, recordaba la noche anterior como algo palpable en el, como algo imborrable en su corazón. Recordaba las caricias y el roce de sus labios estando juntos bajo la luz de la luna y las estrellas.
El sonido de la lluvia era relajante pero a la vez provocaba que su piel se estremeciera al pensar en que sucedería si dejaba el plan y Uliana se enterara.
Mientras tanto, Rapunzel estaba enredada en la misma situación. Divagaba sobre sus sentimientos hacia Garfio, que la tenían pensando todo el día sin poder despegar sus pensamientos de únicamente el. Rapunzel miró por su ventana, estaba lloviendo y por fortuna era de sus climas favoritos. Se vio a la obligación de salir, no se preparo con ropa para la lluvia, solo salio, la ropa se secaba. Y quizás, así podría despejar su mente de esos pensamientos intrusivos.
Salió de la Academia al exterior, donde su ropa poco a poco comenzaba a mojarse por las gotas de la lluvia. El agua estaba fría, pero no lo suficiente como para perderse de la diversión que se le aproximaba. Comenzó a caminar sin un rumbo estimado, solo caminaba para sentir las gotas de la lluvia caer sobre su cuerpo cada vez con más frecuencia.
El viento y los relámpagos hacían que el ambiente le resultará más relajante, ¿a quien no le gustaba la lluvia?, era un clima capaz de emanar tranquilidad y relajación, pero cada quien lo disfrutaba a su manera. La princesa seguía caminando, hasta que se detuvo frente a un árbol algo grande, había algo extraño en el. Había una persona sentada con una rama de hojas cubriendo su rostro, como un camuflaje.
