**Título: Un bebé para la CEO**

**Capítulo 4: El Eco de los Sentimientos**

**Capítulo 4: El Eco de los Sentimientos**

El beso entre Kara y Lena se sintió como un destello de luz en la penumbra de sus vidas. Cuando finalmente se separaron, ambas se miraron, sus corazones latiendo al unísono, llenos de una mezcla de alegría y ansiedad.

—Wow —murmuró Kara, sintiendo cómo la calidez se extendía por su cuerpo—. Eso fue... inesperado.

—Sí, pero no de la mala manera —respondió Lena, sonriendo con una chispa en sus ojos—. Me alegra que lo hayamos hecho.

Un momento de silencio se instaló entre ellas, lleno de emociones y una nueva complicidad. Sin embargo, la realidad pronto comenzó a hacerse presente.

—¿Y ahora qué? —preguntó Kara, una mezcla de emoción y preocupación en su voz—. Esto es... complicado.

Lena asintió, mordiéndose el labio inferior. —Lo sé. Pero creo que vale la pena explorar esto. No quiero que lo que sentimos se quede solo en un instante.

Kara sintió un impulso de esperanza, pero también el peso de lo que eso significaba. —¿Cómo le dirás a Andrea? —preguntó, recordando el compromiso de Lena.

—No lo sé. —Lena miró hacia el suelo, como si el peso de su vida estuviera sobre sus hombros—. No quiero lastimarla, pero tampoco puedo seguir viviendo una mentira.

Kara se sintió impotente, deseando poder ofrecerle respuestas. —Tal vez podrías hablar con ella. Ser honesta sobre lo que sientes.

Lena asintió lentamente. —Tienes razón. Pero no quiero que esto afecte nuestra conexión. Quiero que podamos seguir explorando esto entre nosotras sin que se interpongan las circunstancias.

Ambas se miraron, sintiendo la presión del mundo exterior. El eco de sus sentimientos resonaba en sus corazones, y aunque el camino por delante era incierto, sabían que tenían que ser valientes.

—¿Te gustaría dar un paseo por la ciudad? —propuso Kara, tratando de aligerar un poco el ambiente—. Tal vez podamos distraernos un poco.

Lena sonrió, agradecida por el cambio de tema. —Me encantaría.

Mientras caminaban por las calles bulliciosas de Ciudad Nacional, las luces de las tiendas y la música de los artistas callejeros les daban un aire de magia. Se detuvieron en un pequeño puesto de helados, y Lena eligió un sabor exótico.

—¿Sabías que el helado de wasabi es una de las cosas más populares aquí? —preguntó Lena, mientras le daba un mordisco.

—Eso suena arriesgado. —Kara se rió—. Pero estoy dispuesta a probarlo.

Lena le ofreció un poco de su helado, y Kara lo probó, sorprendida por la combinación de sabores. —¡Es raro, pero delicioso! —exclamó, sonriendo.

Mientras compartían risas y sabores, Kara sintió que la tensión de la mañana se desvanecía. Era un momento simple, pero lleno de significado. Sin embargo, la sombra del futuro seguía rondando sus pensamientos.

—¿Cuándo piensas hablar con Andrea? —preguntó Kara, rompiendo el silencio.

Lena suspiró, mirando hacia el horizonte. —Tal vez la próxima semana. No quiero que esto se convierta en un secreto que nos consuma.

Kara asintió, sintiendo un nudo en su estómago. —Lo entiendo. Pero también me asusta lo que podría pasar.

—Tienes razón. Pero no quiero que el miedo nos detenga. —Lena se volvió hacia Kara, su mirada intensa—. Quiero que esto funcione, y estoy dispuesta a luchar por ello.

Kara sintió que su corazón se aceleraba. —Yo también quiero que funcione. Pero, ¿y si todo se complica?

—Las cosas complicadas suelen ser las más valiosas. —Lena tomó la mano de Kara, su toque era cálido y reconfortante—. Si estamos juntas en esto, podemos enfrentarlo.

Ambas se miraron, y en ese instante, la conexión entre ellas se sintió más fuerte que nunca. La incertidumbre del futuro seguía presente, pero la promesa de explorar sus sentimientos juntas les daba valor.

Mientras el sol comenzaba a ponerse, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dorados, Kara se sintió llena de esperanza. Estaba lista para enfrentar lo que viniera, sabiendo que no estaba sola.

Regresaron al "Claro de Luna", donde las luces empezaban a encenderse, creando un ambiente acogedor. Al entrar, Alex las miró con una sonrisa, notando la energía entre ambas.

—¿Cómo estuvo la mañana? —preguntó Alex, con una mirada perspicaz.

—Fue... increíble —respondió Kara, sin poder ocultar su emoción.

A medida que se preparaban para abrir el bar esa noche, Kara se dio cuenta de que estaba lista para afrontar cualquier desafío. Había algo especial entre ella y Lena, y, sin importar los obstáculos, estaba decidida a descubrirlo. La historia apenas comenzaba, y el eco de sus sentimientos resonaba con fuerza, prometiendo un camino lleno de descubrimientos y, sobre todo, amor.