**Capítulo 3: Café y Confidencias**

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**Capítulo 3: Café y Confidencias**

El sol comenzaba a asomarse en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos anaranjados y rosados. Kara se despertó con una mezcla de nervios y emoción. Tenía una cita con Lena, y los recuerdos de la noche anterior seguían frescos en su mente. Se vistió con un vestido ligero y cómodo, sintiendo que cada prenda que se ponía era una mezcla de esperanza y ansiedad.

Cuando llegó al "Claro de Luna", el café ya estaba en plena actividad, preparándose para un nuevo día. Alex la observó desde detrás de la barra, con una ceja levantada.

—¿Lista para tu gran cita? —preguntó Alex, con una sonrisa burlona.

—Shhh, no es una cita. Es solo un café —respondió Kara, tratando de restarle importancia, aunque el rubor en sus mejillas la delataba.

—Claro, solo un café con la heredera Luthor. —Alex rió—. Solo asegúrate de no dejar que se te suba a la cabeza.

Kara rodó los ojos y se dirigió a la mesa donde había acordado encontrarse con Lena. La espera se le hizo eterna, pero cuando finalmente vio a Lena entrar, su corazón dio un vuelco. La CEO lucía radiante, con un atuendo casual que aún mantenía un aire de sofisticación.

—Hola, Kara. —Lena sonrió, y la calidez de su voz hizo que Kara se sintiera como en casa—. Espero no llegar tarde.

—No, para nada. —Kara se sonrojó mientras señalaba la silla frente a ella—. Me alegra que vinieras.

Ambas pidieron sus cafés y se sumergieron en una conversación que fluía con naturalidad. Hablaban de sus vidas, sus sueños y las expectativas que cada una sentía sobre sus respectivos caminos.

—Siempre he estado en la sombra de mi familia —confesó Lena, jugando con su taza—. La gente espera que sea perfecta, que siga el camino que han trazado para mí. Pero, a veces, solo quiero ser yo misma y hacer lo que realmente quiero.

—Eso suena difícil. —Kara la miró, sintiendo empatía—. Yo siento lo mismo a veces. Alex se preocupa mucho por mí, y a veces siento que no puedo ser auténtica.

Lena la miró fijamente, y en sus ojos había una chispa de comprensión. —¿Y qué es lo que realmente quieres, Kara?

Kara se mordió el labio, sintiendo el peso de la pregunta. —No lo sé. Tal vez... quiero ser feliz. Quiero hacer algo que me apasione, pero no estoy segura de qué es.

—A veces, la felicidad se encuentra en los lugares más inesperados. —Lena inclinó su cabeza, como si estuviera buscando algo en los ojos de Kara—. Tal vez deberías atreverte a explorar más.

En ese momento, el camarero trajo sus cafés, interrumpiendo la conversación. Kara tomó un sorbo, disfrutando del sabor reconfortante del café. Pero al mirar a Lena, se dio cuenta de que su corazón estaba dispuesto a arriesgarse.

—¿Te gustaría hacer algo después de esto? —preguntó Kara, sintiendo el impulso de seguir explorando su conexión—. Tal vez un paseo por el parque.

Lena sonrió, y esa sonrisa iluminó toda la habitación. —Me encantaría.

Mientras caminaban por el parque, la conversación se volvió más profunda. Hablaron de sus miedos, de sus aspiraciones y de cómo el amor a veces puede ser complicado. Kara sentía que cada palabra de Lena resonaba en su corazón, y esa conexión que habían forjado la noche anterior parecía fortalecerse.

—¿Alguna vez has estado enamorada? —preguntó Lena, mirando al frente mientras caminaban.

Kara dudó, sintiendo el peso de la pregunta. —No estoy segura. He tenido relaciones, pero nunca nada que me haya hecho sentir así. ¿Y tú?

—He estado comprometida, pero nunca he sentido esa chispa que debería haber. —Lena se detuvo y se volvió hacia Kara—. Creo que nunca he encontrado a la persona adecuada.

Kara sintió un escalofrío recorrer su espalda. La cercanía entre ellas era palpable, y el momento parecía perfecto para dar un paso hacia lo desconocido.

—Lena... —comenzó Kara, pero se detuvo, sintiendo una mezcla de miedo y emoción.

—¿Sí? —preguntó Lena, con una expresión de curiosidad.

—No sé dónde nos llevará esto, pero... siento que hay algo especial entre nosotras. —Kara se atrevió a mirarla a los ojos—. Quizás deberíamos explorar eso.

Lena sonrió, su mirada llena de comprensión. —Me encantaría.

Ambas se acercaron un poco más, sintiendo la energía entre ellas. En ese momento, el mundo a su alrededor se desvaneció una vez más. Sin pensarlo, se inclinaron la una hacia la otra, compartiendo un beso suave y lleno de promesas.

El parque parecía cobrar vida a su alrededor, y con cada latido de sus corazones, ambas sabían que estaban a punto de embarcarse en un viaje lleno de emociones, desafíos y un futuro incierto, pero emocionante. La historia apenas comenzaba, y el destino las esperaba con los brazos abiertos.

**Título: Un bebé para la CEO** Donde viven las historias. Descúbrelo ahora