**Capítulo 8: Revelaciones y Decisiones**

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**Capítulo 8: Revelaciones y Decisiones**

Kara salió de la sala de ultrasonido con el corazón latiendo con fuerza. La imagen del pequeño embrión había sido impactante, y el latido del corazón había llenado su ser de una mezcla de alegría y temor. Sin embargo, la confusión sobre el futuro de su relación con Lena y el futuro del bebé seguía acechando su mente.

Mientras caminaba hacia la salida, vio a Lena y Andrea salir de la sala de ultrasonido, sus rostros iluminados por una felicidad radiante. Andrea sonreía, con los ojos llenos de lágrimas de alegría, mientras Lena la abrazaba, compartiendo ese momento tan especial. Kara sintió un nudo en el estómago al ver la conexión entre ellas.

—¡Kara! —exclamó Andrea, notando su presencia—. ¡Tienes que ver la imagen! Es increíble.

Kara forzó una sonrisa, tratando de ocultar la tormenta de emociones que la invadía. —Sí, lo vi... Felicitaciones, de verdad. Es un momento increíble.

Lena se giró hacia Kara, sus ojos reflejando una mezcla de sorpresa y tristeza. —¿Cómo te fue? —preguntó, intentando mantener la conversación ligera, pero el peso de la situación era evidente.

Kara se encogió de hombros. —Todo bien, solo un chequeo. —Su voz sonó más distante de lo que pretendía.

Andrea, sin percatarse de la tensión, las miró a ambas. —Deberíamos celebrar. ¡Estamos a punto de ser madres!

Lena sonrió a Andrea, pero su mirada se desvió hacia Kara. Había tanto sin decir entre ellas, tanto que había quedado sin resolver. —Sí, sería genial. —respondió Lena, sintiendo que su corazón se dividía entre las emociones que la unían a Andrea y el amor no resuelto que sentía por Kara.

Mientras se dirigían a la salida, Kara sintió que la presión se acumulaba en su pecho. Sabía que debía hablar con Lena, pero el momento nunca parecía el adecuado. La verdad sobre su bebé y la posible conexión con Lena seguía siendo un peso que no podía cargar sola.

Esa noche, Lena se encontró en casa, rodeada de la calidez que había construido con Andrea. Sin embargo, su mente divagaba hacia Kara. Mientras Andrea preparaba la cena, Lena no podía dejar de pensar en cómo su vida había cambiado tan drásticamente en tan poco tiempo.

—¿Estás bien? —preguntó Andrea, notando la mirada perdida de Lena.

—Sí, solo... reflexionando sobre todo esto. —respondió Lena, tratando de sonreír.

—Es un gran paso para nosotras. Tener un bebé, formar una familia. —Andrea sonrió, pero Lena sintió que había algo más en juego.

—Lo sé, es emocionante. —dijo Lena, pero su voz no reflejaba la misma alegría.

Mientras tanto, Kara se encontraba en su casa, mirando por la ventana con el corazón pesado. La imagen del ultrasonido seguía presente en su mente, y la idea de que el bebé podría ser de Lena la atormentaba. ¿Debería decirle la verdad? ¿Y si eso arruinaba la felicidad de Lena con Andrea?

Con el tiempo, la decisión se volvió más apremiante. Kara sabía que no podía seguir viviendo en la incertidumbre. Decidió que debía hablar con Lena, y que esa conversación debía suceder pronto.

Al día siguiente, se armó de valor y se dirigió al "Claro de Luna". El bar estaba lleno de clientes, pero su mente estaba enfocada en Lena. Cuando la vio detrás de la barra, sirviendo bebidas con una sonrisa, sintió que su corazón se aceleraba.

—Lena. —dijo Kara, acercándose.

Lena se giró, y su sonrisa se desvaneció al ver la seriedad en el rostro de Kara. —¿Kara? ¿Todo bien?

—Necesito hablar contigo. —dijo Kara, sintiendo que la voz le temblaba—. Es importante.

Lena sintió una punzada de ansiedad. —Claro, vamos a la oficina.

Ambas se dirigieron a la oficina del bar, y cuando la puerta se cerró, el silencio se volvió abrumador. Kara tomó un respiro profundo, sintiendo que era el momento de ser honesta.

—Lena, hay algo que necesito que sepas. —comenzó Kara, su voz temblando—. Estoy embarazada.

Lena sintió que su corazón se detenía. —Lo sé. —dijo, sintiendo que la confusión la envolvía—. Estoy feliz por ti, realmente lo estoy.

Kara sintió que la carga se hacía aún más pesada. —Pero hay algo más. —dijo, mirando a Lena a los ojos—. No estoy segura de que el bebé sea solo mío.

Las palabras flotaron en el aire, y Lena sintió que el mundo se desmoronaba a su alrededor. —¿Qué quieres decir?

Kara tragó con dificultad. —Lo que quiero decir es que... hay una posibilidad de que sea tuyo también.

El silencio se instaló entre ellas, y la realidad de la situación comenzó a calar hondo. Lena sintió que la confusión se mezclaba con la tristeza y la ira. —¿Por qué no me lo dijiste antes? ¿Por qué ahora?

—Porque no sabía cómo. —Kara sintió las lágrimas amenazando con brotar—. Tenía miedo de perderte, pero no puedo seguir ocultando esto.

Lena sintió que su corazón se rompía en mil pedazos. La verdad que había estado evitando se había hecho presente, y el peso de la decisión se volvía abrumador. —No sé qué hacer, Kara. Esto es todo tan complicado.

—Lo sé. —Kara se sintió vulnerable—. Pero quiero que sepas que estoy aquí para ti, sin importar lo que decidas.

Ambas se miraron, sintiendo la conexión que había entre ellas, pero también el abismo que se había abierto. La decisión que debían tomar estaba a la vista, y el futuro que cada una había imaginado estaba en juego.

Mientras el tiempo avanzaba y el destino se entrelazaba, las dos mujeres sabían que su historia estaba lejos de haber terminado. En medio de la confusión y el amor, el camino hacia la verdad y la aceptación apenas comenzaba a revelarse.

**Título: Un bebé para la CEO** Donde viven las historias. Descúbrelo ahora