No hay nada como acabar juntos. [Deadpool & Wolverine]

Descanso.

La oscuridad fuera de la Honda era abismal, solo una delgada línea en el horizonte era la que indicaba un pronto amanecer.

Se encontraban agotados física y mentalmente. Sabían que debían descansar para volver a la misión.

Logan fue el primero en removerse después de unos minutos aún besándose, si seguían así el poco tiempo de descanso que podrían tener se iría al carajo, se estaban poniendo duros y por más que su instinto lo quisiese, tenía que hacer lo más sensato.

Wade jadeó al sentir como las grandes manos del contrario lo alejaban de sí.

– Hey, vístete – dijo con voz ronca – tenemos que dormir.

– ¿A caso ya se cansó mi pequeño cachorrito? – jugueteó con su voz haciendo movimientos exagerados con su cuerpo. Dio un paso hacia atrás dejándose caer en el asiento. Su pierna aún derramaba pequeñas gotas de sangre y le dolía – ¡auch! – expresó obviando la herida.

Logan rió por lo bajo – ¿A caso te duele mi pequeña princesa? – arremedó burlón el tono de voz del contrario.

Bien ganado.

Sin decir nada más buscaron sus prendas, se limpiaron un poco como pudieron y se vistieron. Ya dentro del vehículo nuevamente se acostaron lado a lado, uno en cada asiento a lo largo. El mayor pensó que era un milagro que Wade estuviera tan callado.

– Sip, es un hecho.

Logan volteó a mirarlo curioso, ¿qué mierda era un hecho? Más sin embargo Wade no completó su frase por lo que el de traje amarillo se puso ansioso pero su necedad y orgullo no le permitieron preguntar nada. Se acomodó y cerró sus ojos, estaba realmente cansado. Esta vez se excedió con el esfuerzo físico.

– Es un hecho que no me voy a poder sentar bien por un par de semanas. Me rompiste el culo muy sabroso – vociferó rompiendo el silencio.

Abrió los ojos de golpe, lo miró con una mueca de burla. No sabía realmente qué expresión tenía el contrario, pues su máscara roja cubría toda la piel que miró y tocó hace a penas algunos minutos, sin embargo sus palabras le hicieron sentirse autosuficiente.

El silencio volvió a reinar. Ya no se sentía el ambiente como al comienzo, las incesantes ganas de Wolverine de querer golpear a Wade y de este de querer hacerlo encabronar se habían mezclado con un sentimiento que no cuadraba en ese algoritmo.

Era extraño, sin embargo se sentía bien.

Un lazo que todavía no se podía explicar se formó entre ellos y con eso bastaba por el momento para ser un buen equipo y salir de ese lugar. Después descubrirían qué hacer con aquello.

O simplemente lo dejarían pasar.

– ¿Sabes? No quiero adelantarme a nada, sé que a pesar de este revolcón es probable que nada haya cambiado entre nosotros. Pero...

Wolverine gruñó en respuesta, al parecer su milagro ya no era más eso.

– Pero me caes bien, digo, no sé si sea apropiado decir que te quiero. Tú ni siquiera hablas conmigo sin enterrarme tus putas garras en el proceso y gruñirme como perro.

Logan se levantó en silencio de su lugar, al parecer Wade tenía sus ojos cerrados ya que mantuvo inmóvil su cabeza, no parecía tener expresión debajo de la tela roja más que el movimiento de sus labios.

– Pero voy a atribuirlo a las versiones que he conocido de ti en los otros universos y todas las putas bromas que he hecho durante toda esta franquicia sobre que me gustas...

¿Franquicia? ¿Qué mierda era eso? Estaba harto de las referencias estúpidas que salían de su boca.

– Es verdad, he tenido la fijación por ti desde el comienzo, casi supliqué de rodillas y se la mamé a alguien para traerte y hacer todo este desmadre. Y ahora ya no lo puedo controlar después de la puta cogida que me acabas de...

Logan victorioso sonrió al escuchar las palabras del de máscara roja cesar por completo de una vez, había logrado fijar uno de los cinturones de seguridad en su cabeza, asegurándose de que se mantuviera su mandíbula bien cerrada y no le permitiera hablar, después tomó un par de trozos de los demás cinturones sueltos, uniéndonos y amarrando el resto del cuerpo de Wade. Así quedaría inmóvil y no trataría de hacer más cosas estúpidas, al menos por un par de horas.

– ¿Sabes? Ojalá pudiera mantenerte así siempre – miró nuevamente su obra de arte, apreciando el silencio y su espacio personal hasta donde él quisiese. Sabía que Wade lo escuchaba, no estaba seguro si lo miraba también pero eso no era algo que lo atormentara por el momento, apreciaría enormemente la ocasión.

Volvió al lugar que ocupó antes, dejándose caer a lo largo por aquel mullido asiento – Descansa Wade.

Sus últimos pensamientos se centraron en el hombre acostado junto a él, en qué pasaría después y no se refería precisamente a la pelea que tendrían para intentar salir de ese lugar.