No hay nada como acabar juntos. [Deadpool & Wolverine]

Consecuencias.

James "Logan" Howlett. Él nunca conoció el amor verdadero, no tuvo ese famoso "romance adolescente" que muchos aclaman, ni en la juventud ni en la adultes o, al menos eso se hizo creer pues, el amor no le correspondió de manera agradable, no le dio lo que usualmente se ve en películas románticas y todas esas cosas cliché. Todas las eras en la historia de la humanidad marcaban el romance de manera similar, fue algo que nunca cambió hasta la fecha.

Entonces conoció a una mujer cuando estaba atravesando un mal momento y creyó que ella sería su salvación de todo el infierno que vivió, vivía en ese entonces y le faltaba por vivir aún. Se dejó caer en el romance, pensó que no se ahogaría pues ella sería su salvavidas. Pero aquella mujer solo jugó con él de manera vil y lamentablemente al final ella se marchó y él se ahogó. 

Nunca salió de la depresión, se amargó y jamás volvió a abrir su sentir de nada a nadie. Sufrió en silencio, alejó a todo aquel que de buena fé le ofreció su ayuda y compañía. Se volvió un hijo de puta. Quiso lastimar a todo aquel que se le atravesara. Su ira lo cegó y al final terminó siendo odiado e ignorado por mucha gente que solo quería ayudarle. Se volvió alcohólico, se quedó solo. Y estaba bien para él, su autocompasión le hizo creer que lo merecía. Grave error, ¿no?

Wade Wilson. Él simplemente hacía de su vida una comedia. Vivió una vida humana normal, todo era normal como le llamaban muchos en la actualidad: padres divorciados, infancia destruida, drogas, deudas, trabajo mal pagado, alquiler en basureros, malas decisiones, entre más cosas. Y así se sentía bien para él, solo de vez en cuando iba a liberarse de todo eso a algún bar, tomar mucho alcohol, consumir todo tipo de drogas, meterse en problemas, encontrar a alguien para tener sexo y después seguía con su vida normal. 

Fue entonces cuando en medio de su monotonía la vio a ella, una mujer audaz, atractiva quien le robó de inmediato el corazón. La vio como un sueño lejano, sin embargo, genuinamente tuvieron ese chispa que se encendió hasta aquel día.

Wade Wilson tenía cáncer y no había nada que hacer más que esperar su muerte. El mundo color de rosa se fue a la mierda en cuestión de días.

Desesperado por cambiar el rumbo de su destino se metió a un mundo en el que ni siquiera imaginaba que existía y que a pesar de tener muchas cosas a favor, lo único que le interesaba lo tenía en contra. Ahí comenzó su vida de mercenario, llena de altas y bajas, con pésimos chistes de por medio para drenar el inmenso dolor que sentía por estar ahí, respirando con ninguna partícula de cáncer y aún sintiéndose al borde de la muerte.

Sobre el sexo, bueno, aumentó exponencialmente aquel acto en el que silenciaba sus propios pensamientos en contra de él mismo y de alguna manera, por más burdo, también se hacía creer que la sentiría a ella, aunque como era de esperarse nunca encontró a nadie igual.

Y cuando por fin vio un poco de luz al final de aquel oscuro y tortuoso túnel y ella volvió a su lado, cuando intentaba recuperar un poco lo que era su vida antes de todo ese desastre, esa parte de la que él escapó, se la llevó a ella. La muerte.

Fue inevitable volver a caer, intentó suicidarse, por supuesto, muchas veces, pero su mutación lo volvía irónico. Él viviría por siempre. Desde entonces todo avanzó muy rápido e insípido en su vida, hacía las cosas con la mejor actitud, pero no las sentía.

El tiempo pasó y parecía que el destino volvía a ofrecerle una oportunidad a Wade. Sabía que no sería lo correcto y principalmente no sabía si funcionaría, pero peores cosas había hecho antes, ¿qué más daba una más?

No, no recuperó la vida como antes, pero al menos se sentía más tranquilo, ya no estaba solo como se había sentido, sintió que por fin encajaba aunque sea con aquel pequeño círculo que logró recuperar el cuál la incluyó a ella, no de la misma forma, pero con su presencia le bastaba.