Todo el mundo pensaba que la boda del siglo, o al menos así la catalogó el nuevo rey ante todos los medios de comunicación, sería en cuestión de meses y no de escasas semanas. Sólo así demostró qué tanta era su inexplicable prisa en contraer nupcias con la princesa viuda consorte. Él estaba feliz, pero ella no.
Su rostro demostraba qué tan grande era su infelicidad y, diariamente, no podía verse al espejo mientras corregían detalles en su vestido de novia, el cual no había elegido. Las costureras trataban de terminarlo a tiempo y cumpliendo las exigencias del rey. Lo mismo sucedía con cada preparativo de la boda. Todo eso le recordaba a un poco más de un año y su actualidad no era ni la sombra de eso.
Algunas joyas de los Barnes fueron guardadas y, para Wanda, sólo comenzó una explosión de recuerdos. El brazalete que usaría era de Winnie al igual que el collar, y los aretes eran de Rebecca. Se preguntaba dónde estarían ellas, si en el exilio u ocultas en alguna parte del reino. Al bajar la vista a su mano, vio los dos anillos aún adornando su dedo... Sabía que tenía que deshacerse de ellos en cuanto llegara al altar, pero no quería hacerlo, porque era de las pocas cosas que aún conservaba del amor de su vida.
Gabriel entró inesperadamente para saber cómo iba el vestido de su futura esposa y quedó complacido, aunque a ella la vio muy concentrada observando sus dos anillos que representaban la relación con James Barnes. Le molestó que les diera más importancia y aprecio que a la suya.
-Esos anillos ya no son importantes- le dijo en un intento para que apartara su vista de ellos, pero fue ignorado- Si no dejas de verlos, ejecutaré hoy mismo a uno de tus hermanos.
Instintivamente, Wanda se enderezó y escondió su mano tras su espalda. El pelirrojo se acercó a ella y tomó su brazo con fuerza para tomar los anillos y arrojarlos al otro lado de la habitación. Los ojos de la chica estaban abiertos de par en par, tratando de ver en dónde habían caído, pero él tomó su otra mano y se la dobló para que ella viera el anillo de él.
-Este es el único que importa- le sentenció antes de irse, aunque la chica fue a buscarlos en cuanto la puerta se cerró.
§
Jean Grey no podía creer lo que escuchaba de propia voz de Paul y Samuel. Tuvo que parpadear varias veces antes de siquiera pensar en qué decir. Los dos hombres estuvieron emocionados de comunicarle que James estaba decidido a regresar y que esa misma mañana se comunicaría con ella y los líderes de la rebelión. Cuando lo hizo, sintió que la tacharon de loca dentro del salón de reuniones, pero al escuchar la voz del verdadero rey, vieron que la marquesa no mentía.
-...¿Wakanda?- preguntó Fury- ¿Está seguro, majestad, en que se podrá hacer un golpe de Estado?
Sólo escucharon cómo dejó salir una bocanada de aire.
-Sé que muchos esperan que recupere el reino y el trono, pero se sacrificarían vidas para hacerlo y sin una garantía de éxito. Mi propuesta es un plan de rescate.
-¿Rescatar a Wanda y a los Maximoff?- cuestionó Jean.
-Sí- respondió Bucky.
-Pero, majestad. Hemos esperado este día desde que el ex gobernador se autoproclamó rey. No estamos mejor que cuando era su mandato, todo lo contrario- dijo Marc.
-No soy digno de esa corona, a pesar de que me prepararon casi toda mi vida para ello. Cuando era rey, pude haber mejorado todo, pero tenía una bomba de tiempo que en cualquier momento estallaría. Hay muchos en mi contra y otros, como ustedes, que quieren que me mantenga en el poder. Por ahora, no está entre mis planes recuperar el reino.