Árboles, miedo y fiebre.

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-Murata, espacio personal- pidió Yushiro.

-Perdón.

Algunos estaban arriba de un árbol, otros debajo de unas rocas apiladas, tanto así que parecía una cueva, pero todos escondidos en distintos lados.

-¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí?- preguntó Senjuro.

-Creo que hasta que esos zombis nos dejen en paz- respondió Genya, ambos encima de unos árboles.

Había tres zombis abajo, tratando de alcanzarlos, pero en vano.

Mientras estaban corriendo, se separaron, y quedaron en pequeños grupos, Genya, Senjuro, Murata y Yushiro, no sabían a dónde habían ido los demás.

-Espero que los otros estén bien- murmuró Senjuro.

-Lo estarán, no te preocupes, con o sin katanas, son pilares, y un cazador- añadió Genya, calmando a Senjuro, y sonrió.

Yushiro fue el más rápido en subirse al árbol cuando tuvieron que hacerlo, y ayudó a Murata a subir a ese mismo, ya que un zombi casi lo atrapaba.

-Mejor estemos callados, podrían venir más- propuso Senjuro.

Estuvieron de acuerdo, y poco después comenzó a llover levemente. Los zombis seguían gruñendo y moviéndose de forma extraña. Al poco rato, escucharon como una puerta metálica se cerraba, y varios zombis fueron corriendo, ya sin hacer caso a los cuatro muchachos.

Murata miraba a los zombis con mirada asustada y a la vez retadora, hizo un movimiento en falso y resbaló, jalando de la mano a Yushiro por accidente. Murata se golpeó la cabeza con una piedra, y soltó un quejido por lo bajo.

Yushiro obtuvo unos rasguños en la mano y brazo, no graves, claro está, pero sí ardían y sangraban.

-Perdón- se disculpó Murata, incorporándose mientras tocaba la parte golpeada de su cabeza.

-No importa- dijo él, checando las superficiales heridas.

Genya y Senjuro se disponían a bajar a ayudarlos, pero los zombis comenzaban a regresar.

-¡Quédense ahí!- exclamó Yushiro, tiró del brazo de Murata y comenzaron a correr, mientras zombis ya iban tras ellos.

Genya y Senjuro se miraron, ambos con la misma pregunta en la cabeza, ¿Qué harían ahora?

Murata estaba aturdido del dolor por el golpe en su cabeza, y le dolía más mientras corría. Por un momento lograron perder de vista a las criaturas, y Yushiro logró que Murata subiera a otro árbol.

Los zombis llegaron al árbol donde estaban, siguieron gruñendo y tratando de subir.

-Ven- Yushiro revisó la cabeza de Murata, que estaba sangrando.

Por la velocidad de la caída y el impacto, la herida era un poco grave, y por su aspecto, la piedra con la que había impactado era muy rocosa.

-Tienes suerte de no haber muerto- le dijo.

-Vaya consuelo- respondió Murata, Yushiro rio por el comentario.

-Hay que buscar una venda o algo para curarte, no te puedes quedar así.

A su alrededor seguía habiendo árboles y zombis por todas partes, Yushiro comenzaba a creer que ese tal ''laboratorio'' no era tan legal, aunque ya no importaba, todo se había ido al caño con esa infección.

-Debo buscar algo- dijo Yushiro, mirando a su alrededor. Murata palidecía poco a poco, y se esforzaba por no desmayarse.

Debía buscar lo que sea para evitar que la herida siguiera sangrando, y era verdad que el joven cazador tenía demasiada suerte de no haber muerto en el impacto, pero tampoco podía dejarlo ahí, si se desmayaba y lo dejaba ahí podría resbalar de nuevo y esta vez no tendría la misma suerte.

KNY In a Zombie Apocalypse... |De Cyn_1704|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora