Capítulo V

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Al día siguiente estoy caminando por los pasillos de la mansión, vestida desde hace una hora con el uniforme de la escuela y en busca de mi hermana, quería hablar con ella de lo que me pasó. Mientras llego a mi destino, pienso en lo que sucedió en mi sueño, lo que recuerdo vívidamente.

El hombre de armadura se presentó y resulta que es un personaje de Caballeros del Zodiaco o alguien en quién se inspiraron para hacer ese personaje porque parece no conocer el anime, me hizo saber que soy una especie de diosa, información que no sabía como empezar a usar puesto que desconozco si tengo poderes o no, si son de defensa u ofensa, para qué o cómo sirven pero espero aprender en el camino, rápidamente y, por último, me enseñó que debo fortalecerme mental y físicamente, mi pregunta es: ¿Cómo?

Llego donde mi hermana y toco su puerta, espero unos segundos y veo a mi hermana asomarse levemente, con nervios y el uniforme a medio poner. Al ver que soy yo se calma y me jala dentro de su cuarto.

Un poco de amabilidad con mi pobre brazo

— Nerea, no esperaba verte aquí. No hemos podido convivir mucho — Me siento en su cama mientras ella termina de abotonarse la camisa.

— Lo sé, no es como que quisiese estar lejos tuyo, me hiciste falta — Susurré tímida puesto que me avergonzaba sonar tan cursi. Sin embargo, eran esas muestras de cariño las que enternecen siempre a Yui Komori. Ella se acerca a mí y me acaricia las mejillas con sus suaves manos.

— Tu igual, ¿Qué me cuentas? — Inclinó su cabeza curiosa, por encima del cuello de la camisa logré ver unos moretones casi invisibles, sentí la molestia venir a mi al verla así.

Sin duda debo volverme fuerte rápido para poder defenderla

— Tuve un sueño pero... Promete no decir nada hasta el final, y no dejes de vestirte — Le advertí porque le faltaban las medias, los zapatos y la chaqueta. Ella me hizo un puchero y me asintió. Suspiré y empecé a relatarle todo mi sueño hasta que terminó de alistarse.

Cabe recalcar que con códigos de por medio, sé que son vampiros así que tengo mis métodos. Lo mejor que existen son las verdades a medias: nunca sabes que es verdad y que no

— Así que tienes un protector, eres un ser sobrenatural con poderes que estás descubriendo y yo soy el abominable hombre de las nieves — La miré mal por su broma.

— Es enserio, Yui —

— Es solo que... Todos acá son más fuertes que yo y ahora tú igual y yo soy tan débil, trato de defenderme desde niña para no ser una carga para tí y aún así, no logro nada. Quiero poder decir que sé defenderme por mi cuenta, que te sientas orgullosa de mí y que no me vean tan... Inútil — Me levanto preocupada para quitar las lágrimas que escurren por sus mejillas.

— Jamás serás una carga para mí, Yui. Las veces que te he defendido, nunca fueron por lástima ni nada. Eres mi hermana, aunque no lleves mi sangre, eres esa misma niña de ojos rositas y de venado que me recibió con un abrazo en la Iglesia, la única que me vió por lo que era, que me comprendió al ver que era diferente a los demás y que siempre estuvo para apoyarme y cuidarme de la manera que solo una hermana sabe hacer. Dulce Yui, te prometo que juntas, seremos fuertes y en un futuro, más juntas de lo que somos ahora. Siempre estuve orgullosa de ti y lo estoy ahora, ¿Sabes lo que es que te chupen la sangre seis vampiros y seguir de pie? A mí no me lo han hecho seguido pero se qué duele horrible pero tu, Yui... Eres una guerrera. Seguir de pie después de tanto, es admirable — La agarré por las mejillas haciendo que me viese a los ojos, esos dulces ojos que me recordaban a un algodón de azúcar o a un dulce venado, ojos que estaban llenos de agua, ansiosos de salir del lugar donde estaban retenidos.

Guerrera | Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora