ACTO UNO: Corazones rotos tras sonrisas brillantes

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Los niños siempre me consideraron extraña, no sé si era por mi personalidad, mi físico o mis gusto por el océano y cómo no me disgustaba estar alrededor de los peces.

Yui y Seiji fueron los únicos que me recibieron y adoraron en aquella Iglesia que decía ser inclusiva y amorosa pero no era más que el mismo infierno que trataba de ignorar con fervor.

La noticia de estar lejos de aquel tormentoso lugar me hizo bailar de la alegría, además dijeron que era una mansión grande y habrían personas nuevas.

Pero... ¿Por qué tienen colmillos?, ¿Por qué sus ojos son rojos?, ¿Por qué me miran con tanta devoción?

Guerrera | Diabolik LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora