Me devolvía a mi habitación con un sonrojo tenue en mis mejillas y miles de pensamientos sin respuesta.
¿Mi sangre es así de buena? ¿Por qué reaccionó así? ¿Yo, perfecta? Sé que soy preciosa, inteligente, buena persona, hasta cierto punto pero, ¿Perfecta? Y esa mirada... Demonios
El recordar como agarró mis muñecas, se acercó y succionó mi sangre con tanta devoción con la que un religioso le reza a su dios para luego mirarme tan maravillado, eso concentró aún más la sangre en mis mejillas.
De repente escucho unos gritos por parte de Ayato.
— ¡Oye, ¿Me estás escuchando?! — El grito de Ayato fue tan fuerte que resonó hasta dónde yo estaba, ubicada a casi tres puertas de distancia del origen del sonido.
— Ayato-kun, e-espere — El comentario de Yui fue con nervios y miedo, lo suficiente para envalentonarse para entrar a la habitación pero, antes de entrar noté la presencia de la persona que menos quería ver ahora: Reiji.
— ¿Entrarás? — Me preguntó antes de entrar. Le asentí segura, recibiendo una minúscula sonrisa de su parte, me abre la puerta para pasar, hago una leve reverencia en agradecimiento.
— ¡Yui, ¿Qué pasa?! — La agarré en busca de alguna herida, hallando dos pares de huecos en su cuello y moretones en proceso de recuperación. Mi mirada se gira a Ayato desconfiada y enojada.
— Ni me mires odiosa, el culpable es el maldito de Shuu. Tú... ¡Te reto a jugar dardos conmigo! — Él me rebate, no aceptando ser el culpable de la reciente mordida en Yui.
¿Pero quién me asegura que no hizo los moretones y que no la mordió, si ya lo hizo una vez?
— Me da pereza — El comentario de Shuu me saca una leve sonrisa, el estar tan tranquilo, o más bien aburrido, es lo que más saca de casillas, a " Su Majestad" .
Unos aplausos suenan por toda la sala de juegos. Era Laito, a quién miré rápidamente.
— ¡Perfecto, y el premio será Bitch-chan! ¿O la tigresa, también? — Me miró de arriba a abajo.
— ¿Disculpa? — Lo miré incrédula.
¿Soy un premio o qué?
— ¿Cuál es el alboroto? — Reiji-san hace acto de presencia, cruzamos miradas pero yo desvié la mía rápido para no sonrojarme.
— Ninguna de ellas me importa así que déjenme dormir — Shuu respondió.
— Eres tan predecible, sabía que dirías eso. Vacilas en cuánto te proponen competir. No cabe duda de que eres la personificación de la cobardía — Lo miré sorprendida, primero por tanto veneno suelto en menos de un minuto y segundo, por lo efectivo que fue su comentario porque no pasaron más de cinco segundos para que Shuu se levantara, efectivamente, molesto y con el ceño fruncido mirando a Reiji-san.
— Bien, competiré contigo, Ayato. Pero no la quiero a ella, sino a ella — Los largos y finos, a simple vista, dedos de Shuu me señalan, causando mi sorpresa.
¿¡Por qué esto a mí!?
Y sin notarlo la confundida guerrera, las celosas enredaderas que poseía el corazón del científico se aferraban a él mientras el dulce pero perezoso Ririe había movido una de sus piezas en el tablero de ajedrez con una impetuosa seguridad.
— ¡Esperen! Quiero proponer algo, déjenme jugar, si logro vencerlos, seré libre y mi hermana igual, si no... Estaré con Shuu-san por un día — Propuse expectante, recibí la sonrisa asombrada pero divertida de Laito, la mirada analítica de Reiji, la mirada de reojo de Ayato, una leve sonrisa ladina de Shuu-san, quién se paró para agarrar los dardos que estaban atrás mío, en la mesa de billar.
— Que gane el mejor, ¿No? — Susurró en mi oído, tensándome en el proceso
[...]
Había pasado el tiempo, Ayato, Shuu y yo estábamos en empate. ¿Cómo lo logré? Mera suerte, y al verlos, más que nada a Shuu-san, se nota que él sabía demasiado del tema.
Que suerte que aprendo rápido
— Que interesante, los tres están empatados, si Shuu acierta, la tigresa es de él, pero todo depende de Ayato-kun y ella. —
— Nerea... — Yui me observaba preocupada.
— ¿Qué te digo siempre, Yui? —
— Quién vive de sus temores no encuentra la libertad — Me respondió, un poco más tranquila, me volteé para guiñar el ojo a su dirección.
Todo irá bien... Lo hará
— Que linda, motivando a Bitch-chan — Me observa mientras sujeta a Yui de los hombros, impidiendo que se vaya.
— Siempre, es mi deber como hermana mayor — Lo miré seria, su sonrisa decayó por un instante pero surgió tan rápido como un rayo.
Él creyendo que no lo ví pero si lo hice
Shuu-san apuntó y disparó, quedando en primer lugar, Ayato volvió a disparar pero, perdió, solo quedé yo y mi oportunidad de ser libre. Miré el dardo que me quedaba, suspiré y centré mi mirada hacia mi objetivo: el puntaje más alto. Moví lentamente mi mano hacia atrás y con la velocidad adecuada le gané a Shuu-san y Ayato, una risa sale de mi sin evitarlo, aliviada y feliz de ganarle a dos vampiros en algo.
— ¿Qué te dije? Dime, tu hermana nunca te decepcionará, mi bella hermana — La agarré por la cintura y le dí dos vueltas consiguiendo su leve risa también contagiada por mi victoria.
— Estoy feliz por ti, Ner — Me miró alegre.
— Bueno mis queridos vampiros, cómo pueden observar, he ganado y, por ende, recibimos nuestra libertad así que con su debido permiso, nos retiramos— Le tendí mi brazo a Yui en broma, ella aceptó divertida y nos fuimos.
Nuestra guerrera salió victoriosa esta vez, ha llamado la atención del científico, Ririe y la despampanante luz. Esperen, acaso eso es... ¿una rosa blanca?
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Guerrera | Diabolik Lovers
Vampiro"Nerea, solo Nerea" eso decía ella cada que preguntaban por su nombre completo. Nerea siempre fue alguien cordial, amable, hasta cierto punto, con un corazón dulce como la miel. E incluso siendo así, siempre fue vista con malos ojos en la iglesia d...