Prólogo

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Establecer una rutina es algo complicado cuando recién obtienes una nueva responsabilidad y debes añadirla a dichos hábitos. Freen tenía tres nuevas responsabilidades. Tres cachorras pequeñitos, tiernos y llorones que... bueno, no entienden mucho de costumbres diarias, como levantarse después de las ocho de la mañana y no a las cinco como ellos suelen hacerlo.

El primer mes fue el más ligero de llevar puesto que los bebés no parecían querer complicarles las cosas a sus madres primerizas y su comportamiento fue el más tranquilo y lindo de todos. Los trillizas eran bolitas adorables de sollozos y risas, durmiendo ininterrumpidamente hasta que Freen los sacaba de las cunas para darles de comer. Por el día se dedicaban exclusivamente a mantener los ojitos abiertos mientras Becky los meneaba de un lado a otro en el departamento, llevándolos al baño y al salón, pasando por la habitación y entreteniéndolos en la cocina mientras cocinaba. Entre tanto Freen los iba turnando para darles de comer de su pecho, quejándose una y otra vez por el nuevo dolor en sus pezones cuando los menores comenzaban a jalar.

Pero ahora los trillizas contaban con un par de meses más y empezaban a desarrollar sus personalidades, alguno había aprendido a ponerse de pie con ayuda de muebles cercanos y uno de ellos comenzaba a balbucear. También habían modificado sus horarios a la hora de dormir, descansar y comer. Rompieron la tranquilidad nocturna de sus madres e hicieron pedazos la hora de la comida, dándoles un dolor de cabeza cuando deciden que no es una buena idea dormir por las tardes y que estarán despiertos todo el día hasta que les llegue la noche.

Los meses de baja de maternidad no son suficientes para ambas madres y es por ello que piden un cambio para poder hacer lo mismo que hacían en la oficina pero desde casa. De esa manera las dos pueden estar presentes en los berrinches y locuras de sus tres niñas.

Y fue un fin de semana cuando Becky descubrió que su pareja había desbloqueado una nueva preocupación.

—M-Me duelen mucho... —Sollozó con una bolsa de hielo en una mano y un mordedor de bebés en la otra, de pie en la puerta del salón— Quiero morder algo más blandito y duro...

Becky frunció el ceño y entre bufidos se enfrascó en la cocina, buscando algo que le sirviera a su Omega para aliviar aquel dolor de encías que le provocaban los colmillos. Supo que algunos Omegas desarrollan los colmillos cuando son padres y necesitan defenderlos de alguna forma así que crecen de forma natural hasta que son capaces de retraerlos cuando no se sienten amenazados.

Freen recién se enteraba de que algo así pudiese pasar y la verdad es que la idea de tener colmillos no le gustaba. Imaginar que cada vez que se asuste aparecerán esos prominentes dientes para atacar.

—Becbec... —Le llamó suavecito al tiempo que abandonaba la bolsa de hielo y el juguete en la encimera de la cocina, su pareja estaba muy concentrada en palpar las verduras y frutas como para darse cuenta de la idea de Freen— ¿Me dejarías morderte?

—Claro, tengo que ir a comprar fresas, tal vez eso te ayude, espera... ¿qué? —Se giró a verle y la inocente tailandesa ya estaba mordisqueando sus labios, dejando ver los tiernos colmillos— ¿Quieres morderme?

La mirada de la otra pasó coqueta por sus brazos destapados y se dirigió mortalmente hacia sus hombros y cuello, hasta entonces Becky había reconsiderado la idea. Pero Freen bajó otra vez, bajó mucho para el gusto de la alfa.

—Será un poquito... —Balbuceó acercándose— Deja que yo...

Y sin más abrió sus labios para atrapar con su dentadura afilada el bíceps de Becky.

Podría haber sido una prueba para que Becky negase su petición, una oportunidad para detener aquello y tal vez poder buscar otras opciones para resolver su problema de encías y colmillos.

Pero Becky no le negó nada. No podía.

Jamás llegaría el día en el que Becky le dijera "no" a su novia, peor cuando la imagen de esos ojitos café oscuro combinados con la sensación de ser mordida se ilustraba ante ella de una manera linda y caliente.

—"Oh, Freenky... desearás no haberme permitido nada de esto..."

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Gracias a ifsvantaes por dejarnos adaptar su historia

Espero les gusten estos pequeños capitulos

The bunny bites ┊ Freenbecky omegaverse┊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora