Las manos ágiles de la omega cumplieron lo que Freen había estado diciendo todos esos días, sus dedos se hundían poco a poco en los muslos duros y fuertes de su Alfa, masajeaba suavemente con una idea vaga de cómo sería morder la zona, vengarse de su vampiresa y colocar allí una linda mordida.
La situación no era tan usual como la de hace unos días, no se encontraban en la privacidad de su habitación tumbadas en su cama, ahora estaban en el trabajo de Becky. La oficina a la que acudía algunas veces era realmente grande y moderna, altos ventanales perfectamente limpios hacían relucir el paisaje infestado de rascacielos cristalinos, calles pequeñas se veían desde la altura del edificio en el que estaban y Freen se divertía como un cachorra viendo las nubes en lo alto del cielo azul.
Becky era reportera pero después de decir que padecía una extraña enfermedad en la que salía afectado si recibía luz solar por poco tiempo, sus jefes movieron todos los puestos disponibles y ocupados con tal de tenerle en el noticiero, así que se le permitía trabajar desde casa y desde dicha oficina.
Los encargados de cámara estaban frente al escritorio, algunos del guion patrullaban y supervisaban lo demás, había mucha gente en la sala, pero ninguno de ellos notó a la omega debajo de la mesa.
Freen mantenía unos luceros peligrosamente atentos en las acciones lentas de Becky mientras tenía entre sus dedos largos la cremallera del pantalón de tela, jugando a tentar. La voz de la alfa comenzaba a vacilar ante la resequedad, tenía las mejillas ardiendo y con sus ojitos tornándose del color de la sangre fue a advertir a su pareja entre sus piernas, inocentes orbes pecadores le veían. Una suave y hermosa sonrisita se dibujaba en sus labios y tras darle un vistazo entendió que no se detendría.
Seguía diciendo las noticias pero su mente había seccionado el noticiero y la excitación, una parte de Rebecca estaba concentrada en decir sus cinco minutos de guión y la parte restante había dado rienda suelta a sus instintos, logrando que Freen tuviese en su mano el miembro erecto de la alfa.
—... tras el hallazgo de dos cuerpos femeninos y uno masculino, los equipos de rescate y búsqueda planean expandir los sectores de búsqueda a lo largo del derrumbamiento pues se estima un aproximado de diez fallecidos. —Una de sus manos se escondió debajo del escritorio, a ojos de los espectadores y de sus compañeros de trabajo no era nada anormal, pero Freen se mofó divertida cuando Becky acarició el lóbulo de su oreja— Por el momento, se prohíbe el paso de residentes a los pisos cercanos para evitar otra catástrofe en caso de un nuevo deslizamiento de tierra.
Becky mantuvo su postura un par de segundos hasta que la luz verde se volvió roja, dando por acabado su turno.
—Buen trabajo, nos vemos mañana. —Murmuró con los labios temblando.
Freen estaba investigando. Nunca le había hecho un oral a Becky. La había masturbado muchas veces, ese número aumentó mucho en su embarazo, cuando sus cachorritas prohibían las relaciones sexuales entre ambas y la única solución era aquella. Pero tenía curiosidad por atreverse a hacer lo mismo que la vampiresa había hecho con ella.
Nadie se había movido de sus sitios, recogían despacio mientras comentaban temas triviales y relacionados con las recientes noticias, ajenos a la omega que ya había introducido el glande a su boca.
Becky soltó un sonoro suspiro.
—¿Todo bien? —Cuestionaron frente a ella.
La alfa tragó con dificultad e intentó asentir, decirle que todo iba perfectamente y fingir interés en sus papeles, pero Freen no se quedó en la punta. Empujó su cabeza hacia el fondo, lo máximo que pudo.
Becky blanqueó los ojos.
—¿Quieres un vaso de agua? —Alguien más inquirió.
Y no tuvo más remedio que asentir.
La omega retrocedió y sin sacarlo volvió a engullir.
Becky hizo una mueca y no aguantó mucho más, retuvo a la omega en aquella posición tras tomarle de la nuca.
—¿Te ocurre algo?
—E-Esto de... hablar de muertos y accidentes... —Balbuceó recibido el vaso de agua— me revuelve el estómago...
Freen apretó los muslos de la vampiresa hasta clavar sus uñas con fuerza, se estaba quedando sin aire. La punta del pene en su boca estaba haciéndole cosquillas en la garganta, sentía las palpitaciones, el líquido preseminal se había mezclado con su saliva y era la misma sustancia espesa que se desbordaba por las comisuras de sus labios alrededor del miembro.
Justo antes de mandar a la mierda la discreción, Becky le liberó. Tuvo que coger aire en bocanadas silenciosas y cortas para no delatarse, aun así la sed de volver a tragar el miembro de su pareja pudo más con la necesidad de oxígeno.
Así que repitió lo anterior. Fue introduciendo poco a poco el pene, jugando su lengua en el glande, rodeó con su mano la base y con cuidado gimió. Las vibraciones hicieron que Becky volviese a perder los estribos.
—A-ah...
Tres pares de ojos se pararon en ella.
—¿Estás llorando? —La chica que controlaba las cámaras esta vez se preocupó al ver tomar su rostro en la mano que aún mostraba, pero antes de que pudiese llegar al escritorio Becky la vio asustada.
—¡No! —Gritó y la muchacha frenó en seco. Freen saboreó divertida— Perdón... y-yo... sí, estoy bien. Es solo que...
La omega no resistió.
—¡Ah!
Los colmillos chiquitos y adorables de la omega chocaron en la punta del miembro de Becky y un dolor mortal recorrió tres veces seguidas la columna vertebral de la alfa, provocándole un ataque de temblores agudos que se extendieron en ondas por el resto de su pene. Si no se agachaba a comprobar, Becky podía jurar que Freen le había arrancado parte de su masculinidad.
—Becky, es mejor que te marches a casa... estás muy roja y haces cosas extrañas, ¿te dio el sol al venir hasta aquí?
No le había dado el sol, le habían mordido el pene.
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The bunny bites ┊ Freenbecky omegaverse┊
FanficDespués del nacimiento de sus tres cachorras, la omega obtiene prominentes pechos llenos de leche para amamantarlos. Del mismo modo, ve un cambio en sus colmillos. Pequeñitas perlas filosas que duelen en su boca y necesita algo para morder y, ¿qué e...