El día había comenzado bastante mal.
La pareja no durmió bien por el ajetreo de lloriqueos de sus tres niñas, quienes al parecer no comparten un gusto positivo por las temporadas lluviosas del año así que los truenos los sacaban de sus tiernos sueños para atraerles al llanto desesperado. Freen pilló a dos de ellas, una en cada pecho para que se calmaran a la vez, mientras que la vampiresa se paseaba por toda la casa con la cachorrita restante mientras musitaba entre murmullos una suave nana de cuna.
Y no les sirvió por mucho, duraba lo mismo que tardaba un trueno en estremecerlos en sus cunas.
No encontraron una solución perfecta esa noche así que Freen salió a pasearlas desde muy temprano por la mañana, arrastrando sus piernas entre bufidos y quejas. El aire fresco que dejó la tormenta y el cielo abrumado de nubes grises era el clima perfecto para ellas, teniendo en cuenta que son muy sensibles a la exposición solar y que el calor irrita sus mejillas muy rápido, llevarlas al parque con esa temperatura era lo mejor.
Becky en cambio se quedó en casa trabajando, no tenía mejor aguante que Freen pero al menos adelantaría las tareas en casa una vez terminase sus pendientes desde el ordenador del despacho. Normalmente se repartían el trabajo de esa manera, aunque terminasen haciéndolo ambas. Aun así, Freen siempre se encargaba de sacar a las cachorras a pasear; ya sea al parque o a casa de sus amigos, quienes a su vez, tenían hijos de edades tiernas como las suyas, algunas veces simplemente las dejaba en el carrito en el centro del parque.
Para el regreso de la omega, un poco más tarde de lo esperado, las cosas en su hogar se habían estabilizado una vez más. Las montañas de decenas de juguetes se habían esfumado, en el sillón ya se podían distinguir los espacios individuales porque ya no estaban los montones de mantas que ambas utilizaban, las cunas y cama estaban perfectamente ordenadas. Un rico aroma se expandía suavemente por los pasillos de la casa y Freen estaba lista para sentarse a almorzar en compañía de su esposa.
Pero ese día todo se iba torciendo cada vez que las cosas iban bien, o al menos parecían ir bien. Se asomó por el marco de la puerta con una mueca de Omega mimada y, en este caso, muy hambrienta porque dio de comer a las tres pequeñas antes de subir a casa y aquello llegaba a agotarle. Rebecca estaba sentada en una de las banquetas de la isla de la cocina, bastante sumida en su portátil como para notar la carita de indignación de su esposa.
—¿Ocupada? —Inquirió cruzando ambos brazos por encima del pecho, alzó una ceja cuando la alfa asintió sin más, dándole poca atención.
Freen no solía ser muy complicada como Omega y a Rebecca le resultaba más sencillo hacer lo que le parecía correcto la mayoría de las veces, pero esa táctica empezaba a tener fallos y más ahora que la omega estaba en una fase complicada. Necesitaba atención y mucha, quiere que Becky no se despegue de ella en ningún momento y que al menos muestre interés cuando regresa después de un rato estando fuera de casa.
—¿Quieres que te sirva? —La pregunta de la vampiresa llegó a molestar un poco más a la otra, que para entonces estaba decidiendo en si regresar a la habitación con sus cachorras o armar huelga de hambre y permanecer sentada en el sillón como alma en pena— Como no llegabas, me adelanté...
—Oh... —con sus labios entreabiertos dejó salir la corta exclamación y un segundo después su Omega no se quedó callada— No, gracias, iré a comer con Billy y Babe, ellos sí me esperan para comer.
Entonces Becky lo supo.
—Amor...
—Gracias por preparar la comida, pero no me apetece comer sola.
Vio cómo la alfa se apresuraba a cerrar el portátil y se deslizaba del taburete, pero eso no le impidió darse la vuelta e irse dando pisotones para llegar a su habitación. Sus cachorras estaban dormidas en sus respectivas cunas en una habitación aparte, por lo que no llegarían a despertarse si en un caso discutía con la alfa. No lo hacían muy a menudo y mucho menos en presencia de sus tres bebitas, pero algunas veces se daba el caso.
—Estabas tardando mucho y-y no me cogías el teléfono... —Intentó excusarse la alfa siguiendo a su pequeña Omega por los pasillos, no lograba alcanzarle.
—Uhm, entonces la culpa es mía por dar de comer a mis cachorras antes de subir a casa... —Murmuró entrando en la habitación, lanzándose después al colchón— Adelántate y cena, tampoco te cogeré el teléfono si me llamas, estaré muy ocupada amamantando.
—Me distraje ordenando e hice la comida más tarde, yo... —Llegó a entrar en la habitación pero se quedó de pie a unos metros de la cama, donde su testaruda y berrinchuda Omega se había tirado— Estuve buscando información sobre... bueno... —Algo tímido bajó la mirada al suelo y un tierno color carmín comenzó a adornar sus mejillas, su nariz se arrugó al decir lo último— Encontré soluciones para tu dolor de colmillos...
La tailandesa alzó una ceja esta vez curioso, su expresión molesta y tosca de antes se disipó con la imagen adorable de su Alfa diciendo aquello.
—¿Sí? ¿Y qué encontraste? —Le preguntó interesada y de pronto ya no sentía hambre ni enojo, simplemente había encontrado algo en su Alfa que hizo que olvidase todo lo demás.
Tal vez era por la parte no humana de Becky, esos extraños trucos que tiene escondidos y que logran volver loca a la omega. Algunas veces piensa que su mente es como un juguete para la vampiresa, que puede entrar un millón de veces para asesorarse de lo que está pensando. O como cuando enferma y Becky hace diferentes remedios caseros que no parecen ser comunes, o al menos eso parece cuando se los da.
Puede que sea un remedio de esos lo que esté ocultando.
—Bueno... ¿te desvistes? —Se dio la vuelta y cerró la puerta despacito, para después ir al baño de la habitación sin voltear a ver al chica en el colchón— Necesito condones...
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The bunny bites ┊ Freenbecky omegaverse┊
FanfictionDespués del nacimiento de sus tres cachorras, la omega obtiene prominentes pechos llenos de leche para amamantarlos. Del mismo modo, ve un cambio en sus colmillos. Pequeñitas perlas filosas que duelen en su boca y necesita algo para morder y, ¿qué e...