Capítulo 3

1 1 0
                                    

-Que, ¿Tu sabías en lo que estaban metidos mis padres y no me dijiste nada?- dige alterada.

No me podía creer que mi amigo de toda la vida me haya ocultado algo tan grande como eso.

-Se nota que es de fiar.- dice Matteo mirándole con cierta molestia.

-Lana de verdad, siempre te lo quise decir pero me ordenaron estrictamente que no te dijese nada.

-¿Quién?

-Tus padres

Lo mire incrédula.

¿Todo el mundo sabía a qué se dedicaban mis padres menos yo?

Parece ser que si.

Pues que bien.

-Oye de verdad, si te lo hubiese podido decir te lo habría dicho, perdoname.

Me gire para mirarlo, se le veía arrepentido.

-Sea lo que sea que vayas a decidir, decide lo ya Petrova, no tenemos todo el día.- Dice Matteo mirando la escena.

Que pesado.

Menos mal que está bueno.

-Te perdono, pero ningún secreto más.

Mik sonrió y me abrazo.

-Te lo juro, no más mentiras.

Así nos fuimos los tres en busca de un lugar donde dormir.

Llegamos a una casa(si se le puede llamar así) abandonada, nos metimos y buscamos telas, pero encontramos algo mejor, un colchón.

-Hemos llegado al paraíso en este infierno-dije tirándome al colchón.

-Si, pero haz hueco, tenemos que dormir todos no sólo tu Petrova.-Dijo Matteo mientras se sentaba en el colchón.

-Buenas noches a los dos.-Dijo Mik mientras me abrazaba por la espalda.

Matteo le miró con asco.

-Spero che ti soffocerai con la saliva.-dijo Matteo mirándolo fijamente.

-¿Qué?-dijo Mik.

-Que buenas noches a ti también.-Dijo cerrando los ojos.

Cerré los ojos y esta noche, caí profunda.

Noto que me ahogo, me falta es aire. Abro los ojos y veo a Mikhail ahoracandome. Yo lo miro con confusión.

-Lo siento-dice él entre lágrimas.

Me giro como puedo a ver a Matteo, esta dormidisimo.

Joder cuando se le necesita no está en condiciones.

Intento moverme para que se despierte, pero lo único que recibo a cambio es un gruñido de su parte.

Genial.

Ya me pesan los ojos, siento como si el alma se me fuese del cuerpo, asique como último acto, decido pegar lo más fuerte posible para que Matteo despierte, luego ya veo borroso.

Matteo:

Noto como algo como algo me molesta mientras duermo y gruño.

Se que es Lana, ayer me di cuenta que se mueve cuando se duerme.

Me acomodo otra vez para volver a pillar el sueño, pero noto otro golpe, esta vez bastante más fuerte.

Me giro y veo al amiguito de Lana ahorcandola.

Menos mal que era de fiar, no lo llega a ser que sería de nosotros.

La herencia malditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora