Capítulo 4

2 1 0
                                    

Una semana después...

Solo llevamos una semana y han habido 120 muertos de los cuales 3 los he matado yo y 7 Matteo.

10 muertes en una semana.

Joder cuando acaba esto.

Ahora mis solo pienso en comer algo, me muero de hambre. Me dirijo hasta el almacén de comida(en esta semana me he dado cuenta que todas las cabañas tienen almacén de comida para años.)para comer algo, pero en el camino veo un chica en el suelo y ha Matteo lleno de sangre.

Ya son 8.

Le miro con confusión evitando mirar a la chica.

-Se había colado sin que nos deseamos cuenta, así que tuve que matarla.

Un día normal con Matteo.

No digo nada y me dirijo al almacén a coger comida, veo unas galletas y me las llevo para comer.

-No te acomodes mucho, tenemos que empezar a salir.-Dijo Matteo cogiendo armas.

-¿Salir a donde?-dige comiéndome una galleta.

-Al centro del exterminio.

Lo mire confusa,¿Como lo sabía todo?

-¿Exactamente donde estamos? ¿Que es este lugar?.

-Estamos en Pyramiden, Noruega, es una ciudad abandonada, la han aprovechado para meternos aquí hasta matarnos, por todo el alrededor de la ciudad hay un muro enorme para que no podamos salir.

-¿¡Noruega!? Estoy a 6937 km de mi casa.

-¿Donde vives?

-En Atlanta, Georgia, ¿Por qué?

-Pensaba que vivías en Rusia.

-Me mude cuando era pequeña, pero ese no es el tema, estamos muy lejos de casa.-digo irritada.

-Si a la princesa no le gusta la localización donde va a morir, no se preocupe, la cambiamos por que tú lo has dicho.-dice con burla.

Este hombre nunca madurara.

-Idiota.

-Vamos al centro ya antes de que sea de noche.

-¿Qué hay en el centro?

-Duelos a muerte. Allí encontraremos a los demás participantes.

-No voy.

-Si vas.

-No

-Si

-No tengo tiempo para esto.-se acerca a mi se agacha y me coge de las piernas poniendo mi abdmone en su hombro, dándome vistas a su espalda.

-¡Ey! ¡Sueltame!

-No.-dice cortante mientras empieza a caminar.

-Matteoo.-digo con ganas de que me suelte.

-Lanaa.-imitó mi tono.

-No me imites y sueltame.

Él parece pensarlo y sonríe.

-Vale, como usted ordene.-dice con una sonrisa perversa.

Matteo me sueta de golpe y me caigo al suelo.

-¡Serás bestia!-digo desde el suelo quejándome mientras veo a Matteo descojonandose.

Capullo.

-¿No querías que te soltara? Pues te suelto.-dice riéndose de mi.

-Si quería, pero que me bajaras más normal, no que me tirases.

La herencia malditaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora