OO5. Lloren por mí

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Lalisa se desmayó. Literalmente se desmayó.

Esa mañana se había despertado con toda la ilusión de finalmente hablar con Rosé, pues durante la noche la rubia no respondió ninguno de sus mensajes.

Incluso le compró unas donas y café helado, algo que sabía que Rosé amaba.

Pero en cuanto tocaron a la puerta de la señora Park, esta salió llorando a enseñarles la nota que había dejado Roseanne.

Y al leerla, Lisa simplemente se desmayó.

Cuando despertó un minuto después, se sentía mareada y vio a Jennie llorar sin consuelo alguno en una esquina de la casa, mientras que la señora Park daba vueltas intranquila por toda la casa.

— Digan que todo lo soñé, por favor. — pidió con la voz rasposa, parándose con dificultad del sofá para dirigirse hacia Jennie, tambaleándose.

Jennie alzó la mirada, viéndola fijamente con sus ojos desbordando lágrimas y la nariz enrojecida.

— Es m-mi culpa... Pero n-nunca pensé que todo llegaría a este punto. — Jennie sollozó, temblando violentamente como si muriera de frío —. Joder, sólo quiero ver su carita y besarla.

A Lisa se le formó un nudo en la garganta.

— Yo también. — confesó Lisa con voz rota —. Lo arruinamos, Jennie. Nunca debimos tratar así a nuestro bebé.

Entonces ambas terminaron llorando.

Lisa empezando a dar vueltas por la casa con la misma impaciencia de la señora Park, que estaba tan estresada que ni siquiera prestaba atención a lo que hablaban las amigas de su hija.

Jennie se quedó abrazándose en su lugar.

— Ustedes son sus únicas amigas. Si no estaba con ustedes, ¿dónde pasó la noche? — la señora Park las miró angustiada —. Nunca debí decirle que me gustaba más de pelinegra, debí decirle que su nuevo color de cabello era perfecto. Estoy tan arrepentida.

Jennie inevitablemente se imaginó un montón de escenarios espantosos.

— ¡¿Y si le pasó algo?! ¡¿Y si está herida?! Nunca me voy a perdonar esto, mierda... — Jennie hizo una mueca llena de dolor, con el pecho oprimido —. Rosie, joder.

— Mi ardillita. — se lamentó Lisa en voz baja.

Las tres en aquella sala de estar se veían preocupadas a más no poder, pero entonces el hermano mayor de Rosé, Jimin, quién había sido llamado por la señora Park durante la madrugada cuando había encontrado la nota de su hijo, bajó las escaleras rápidamente al encuentro de su madre.

— Ya dejen de llorar. Sé el lugar donde se metió Roseanne toda la noche. — anunció, agitado —. Le voy a arrancar los cabellos a esa enana rubia.

— Primero te mato- ¡¿Qué?! ¡¿Cómo sabes dónde está?! ¡¿Me llevas?! — Lisa fue la primera en reaccionar, poniéndose alterada enseguida.

Eso hizo que Jennie y la señora Park reaccionaran igual.

— ¡Vamos! — sin perder tiempo, la señora Park fue por las llaves de su camioneta.

— N-No entiendo, pero por favor vamos a buscar a Rosie. — se limpió las lágrimas Jennie, dejando que Jimin la ayudara a pararse del suelo.

Las tres siguieron a Jimin hacia la puerta, teniendo lágrimas secas en las mejillas y el rostro hinchado. Eran un desastre a causa de Roseanne Park.

— Esa pequeña mierda no se fue a ninguna jodida parte, sólo está quedándose con mi amigo de la universidad. Todo porque quiere castigar a Jennie y Lisa por haberse "cansado" de ella. — le contó Jimin a su madre mientras se dirigían al vehículo de esta, lo que hizo que la mujer riera entre nuevas lágrimas, esta vez de felicidad.

Jennie y Lalisa abrieron los ojos como nunca antes, muy sorprendidas al escuchar eso.

— Yo nunca... Nunca me voy a cansar de Roseanne. — admitió Lisa en voz alta —. Y cuando se haga la dura, Jennie tampoco.

Jimin rió ante eso.

— Eso lo sé. Es como siempre digo, no importa cuánto quieras a Rosé, Jennie y Lisa siempre la van a querer más. — respondió Jimin, sonriendo hacia ambas para tranquilizarlas —. Mi hermanita es difícil de complacer, ya deberían saberlo. No es que ustedes no la quieran, así que no se culpen.

— Ahora la que la va a agarrar de los pelos soy yo. — soltó Jennie, bruscamente.

Lisa la miró enojada, con su mirada oscureciendo tanto que podía llegar a dar miedo.

— No, Jen. Sólo vamos a darle mimos en cuanto la veamos. — la reprendió.

Jennie se quejó en voz baja, pero desde ahí permaneció en silencio.

Habían llorado por Roseanne. Justo como ella lo había deseado.

Cry For Me | JenChaeLisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora