Lo que nos depara|Flores, amor y café|

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|Capítulo Final, Temporada 2|

Pov Narrativo

Había una enorme e incalculable destrucción, en el distrito donde la batalla inició y culminó. Todo estaba hecho cenizas y en escombros, además del nauseabundo olor de la carne quemándose lentamente. Miles de personas habían muerto, dejando un porcentaje bajo de heridos y mucho más bajo de sobrevivientes.

Las fuerzas armadas de la policía local, se presentó en sus motorizados vehículos con enormes ruedas. Aquellos hombrecillos de azul y blanco no tardaron en cercar el perímetro, colocando cinta policial para bloquear el acceso a cualquier persona promedio e ignorante a lo que allí sucedió. Y la importancia de lo sucedido. A quienes únicamente se le concedió paso fue a Seguridad Pública, presentándose para representar el grupo de cazadores, Kishibe. Y él era seguido por Aki Hayakawa e Himeno.

Kishibe: "Esto es una mierda, ¿No?"

Comentó Kishibe, tomando un cigarrillo del bolsillo interno de su largo abrigo negruzco. Lo encendió e inhaló una gran cantidad de humo, para posteriormente expulsarlo en una nube gris. Su mirada no se apartó de enfrente suyo, donde visualizaba con su inexpresiva mirada la destrucción provocada por el devastador combate.

Kishibe: "Odio el olor de la carne quemada. Me quita el apetito"

Prosiguió su enunciado, sin importarle que los dos devils hunters detrás suyo no se viesen cómodos a responderle. Kishibe frenó sus pasos, deteniéndose justo en medio de todo el caos, observando los grandes charcos de sangre que se deslizaban bajo sus pies, y por donde se reflejaba su ambigua expresión. Las cenizas de su cigarro se mezclaron con el carmín, generando un suave ruido de chapoteo.

Himeno: "Kishibe-..."

Kishibe: "Hay una historia que las madres en la URSS cuentan para castigar a sus hijos"

En el intento de la mujer de hebras verdes por hablar, titubeante, pero intentándolo. Pero fue interrumpida abruptamente por Kishibe, quien tras inhalar una última bocanada de humo y expulsarlo, empezó a relatar de tosca manera. Su mirada no cambió de objetivo, siguió viendo hacia enfrente mientras hablaba, pero consiguiendo que las miradas de Aki e Himeno girasen hasta él.

Kishibe: "Dicen que hay un cuarto secreto de munición militar. Repleto de niños. Y de que esos niños no tienen libertad jamás, ni son tratados como humanos. Ellos son sujetos de pruebas"

Otra bocanada, otra exhalación profunda. El humo se deslizaba amenamente por el aire, mezclándose y disolviéndose. Y el cigarro entre los dedos del devil hunter se consumía, lentamente. La conversación solo podía seguir adelante, a ese punto en el que Kishibe la guiaba, recibiendo una absoluta atención de sus oyentes.
Tensión y más tensión. Era lo único que podía percibirse del atmósfera, lo único que se inmiscuía inevitablemente.

Kishibe: "Pensé que solo era un cuento inventado, pero entonces un periódico publicó que el cuarto secreto era real. Causó revuelo entre periodistas americanos, las fotos de los niños fueron publicadas pero la historia pasó en silencio"

Con el avance dramático y lento de la conversación, en el cielo parsimoniosamente las nubes comenzaban a tomar forma, comenzaba a movilizarse e interceptar el gran cuerpo de fuego por encima de la ciudad. Con esa pausa hecha, Kishibe volvió a inhalar de su cigarrillo, mismo que se hallaba en sus últimos segundos de "vida". Y tras ello, continuó;

Kishibe: "La persona que atacó, una guerrera hecha para dedicarse a la Unión Soviética... La llaman Morumoto"

Y cuando el relato de Kishibe terminó, fue justo en el momento que su cigarrillo acabó por consumirse, extinguiéndose y dejando atrás sus restos inservibles. El devil hunter aventó la colilla al suelo, dejando que la sangre espesa se encargase de apaciguar la pequeña llama de fuego que desesperadamente se mantenía encendida. Él alzó su mirada, pasando a mirar de soslayo a sus dos acompañantes; Aki e Himeno. Y habló una última vez.

"view into the ɑbyss"-Chɑinsɑw Mɑn x M!ReɑderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora