Latidos desiguales (carre angie)

Beso-6

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Sentí los brazos de Carre rodeando mi cintura, y un escalofrío recorrió mi piel. Instintivamente, lo abracé de nuevo, buscando consuelo en su cercanía. Pero de repente, la imagen de él besándose con otra chica cruzó mi mente, y una punzada de culpa me atravesó. Me aparté de él, sintiendo la distancia crecer entre nosotros, tanto física como emocionalmente. Carre también se levantó, confuso.

—¿Qué pasa, Angie? —preguntó con suavidad, la preocupación reflejada en sus ojos.

Me cubrí el rostro con las manos, sintiendo el peso de la situación sobre mis hombros.

—Esto está mal —murmuré, dejando escapar un suspiro cargado de estrés.

Carre se acercó a mí, su curiosidad palpable.

—¿Por qué? —inquirió, intentando comprender.

Tragué saliva, sintiendo un nudo formarse en mi garganta antes de encontrar el valor para responder.

—Tienes novia —dije en voz baja, temiendo su reacción.

—No sé de qué me hablas —respondió Carre, desconcertado.

Lo miré a los ojos, buscando alguna señal de engaño, pero solo encontré genuina confusión.

—Te vi besándote con una chica ayer por la tarde —revelé, dando un paso hacia atrás, queriendo distanciarme tanto del recuerdo como de él.

Carre intentó acercarse de nuevo, su expresión cambiando a una mezcla de desesperación y tristeza.

—Déjame explicarte, por favor —pidió, su voz casi un ruego—. Esa chica siempre ha estado enamorada de mí, y aprovechó el momento para besarme porque sabía que nunca tendría otra oportunidad. Yo nunca le di pie a nada.

Sentí una oleada de emociones contradictorias, entre la comprensión y la desconfianza.

—¿Y aún así la llevaste a su casa? —pregunté, mi voz temblando mientras bajaba la cabeza.

Carre suspiró, acercándose lentamente, como si temiera que yo pudiera romperme en cualquier momento.

—La llevé porque no podía dejarla sola, y porque es mi mejor amiga. Pero quiero que sepas algo, Angie... —dijo, tomándome suavemente de la cintura y atrayéndome hacia él—. Yo solo te amo a ti.

Mi corazón dio un vuelco al escuchar esas palabras. Carre levantó mi rostro con ternura, haciendo que nuestras miradas se encontraran. Sentí su aliento cálido sobre mi piel, y antes de darme cuenta, sus labios estaban sobre los míos. El beso fue intenso, salvaje, como si ambos intentáramos transmitir todo lo que sentíamos en ese instante. Cada segundo parecía eterno, hasta que la falta de aire nos obligó a separarnos. Exhaustos y emocionalmente agotados, nos recostamos en la cama, abrazados, dejando que el sueño nos envolviera.

**Pov Carre**

Me desperté al amanecer, y lo primero que vi fue a Angie, profundamente dormida a mi lado. La paz en su rostro me hizo sonreír. Con cuidado, me levanté y fui a la cocina, donde ya estaban Lit y Spreen desayunando.

—Adivinen qué —dije, bajando las escaleras con una alegría que no podía disimular.

—¿Qué pasó? —preguntó Spreen, curioso.

—Anoche... me besé con Angie ya gane la apuesta, paguenme—anuncié, orgulloso.

—¡Buena! —exclamaron Lit y Spreen al unísono, dándole la plata a carre

Lo que no sabian era que Tuli estaba en la sala, escuchando cada palabra y enterándose de la apuesta.

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