Capítulo 10 🌿

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Es molesto.

La cama de Sanji está vibrando. Ni siquiera sabía que lo hacía, pero ahora lo hace. Sanji retrocede, tratando de alejarse de donde sea que provenga la vibración. Y luego se detiene. Gracias a Dios que lo hizo o de lo contrario podría terminar matando la fuente. Sanji está flotando nuevamente al borde del sueño cuando ¡bzzzt !, ¡vuelve a vibrar! Y Sanji, por falta de paciencia, abre sus ojos aturdidos con ira, con las palmas de las manos buscando la causa. Centímetro a centímetro, se acerca al objeto vibrante en su cama.

Mientras pasa del sueño al estado de vigilia, por fin consigue hacerse con el objeto temido: el teléfono móvil, que suena en silencio y vibra sin rumbo. Lo agarra y, de un golpe, responde con voz baja e irritada: "¿Qué?".

Un grito resuena en su oído para el que Sanji no está preparado: "¿DÓNDE DIABLOS ESTÁS?". Es más bien el grito de una chica. Sanji gruñe y aleja el teléfono de su oído ensangrentado. La última vez que lo comprobó, nada lo justificaba por ese tipo de gritos. Luego lee el identificador de llamadas y, levantando una ceja, se pregunta: "¿Nami?".

Nami. Nami. ¿ De dónde demonios ha salido ese nombre? Hasta donde recuerda, no ha conocido a nadie que se llame Nami. Está seguro de que no conoce a esa persona, después de todo, a juzgar por la voz de la chica del otro lado de la línea, no se atrevería a olvidar el nombre de ninguna soltera. Se enorgullece de ello.

Después de hurgar un poco en su cerebro recién despertado, parece que no recuerda el nombre de la mujer. Entonces empieza a decir: "Lo siento, pero creo que te has equivocado de número" y vuelve a comprobar si ha leído correctamente el identificador de llamadas. Y ahí es cuando se da cuenta. El teléfono que tiene en la mano ni siquiera es suyo. ¡Eso significa que...! ¡Ese inútil de Marimo acaba de dejar sus cosas en la cama de Sanji!

Sanji se vuelve a poner el teléfono en la oreja y se disculpa en voz baja. "Lo siento, pero contesté el teléfono de un..." ¿Marimo? ¿Acosador? ¿Amigo? No, "un conocido. Debe haberlo dejado en mi, uh, casa".

Hubo un breve silencio en la otra línea antes de que la voz lo rompiera: "Ah, está bien. Pensamos que tal vez estaba en medio de la nada... otra vez". Al final, escucha con una pequeña risita. "No sabíamos que se estaba quedando con alguien, han pasado días desde la última vez que supimos de él. De todos modos, ¿no sé tu nombre?"

-Ah, es Sanji.

"Bien. Sanji, dile a Zoro que llamé. ¡Gracias! ¡Y espero que nos veamos pronto!" Y mientras Sanji también se despide, la llamada se corta.

Sanji arroja suavemente el teléfono sobre el cajón de su mesita de noche y luego se deja caer de nuevo en su cama. Se lleva las palmas de las manos a la cara y se frota vigorosamente el resto del estado de sueño. Luego se estira el cuerpo antes de finalmente salir de la cama. Como siempre, se dirige a la cocina para comenzar a prepararse para el desayuno. Saca los huevos del refrigerador, escucha un movimiento detrás de él y ve en su vista periférica que alguien se acerca a él. En defensa, arroja uno de los huevos a su atacante antes de patearlo directamente en el estómago. Sanji frunce el ceño cuando nota que el otro atrapa su pie, no lo suficientemente rápido pero lo suficientemente bien, y luego cambia a una sonrisa con dientes cuando lo escucha gemir de dolor.

"¿Qué demonios sigues haciendo aquí?", le pregunta Sanji a su ya conocido intruso de pelo verde. Sanji deja caer su patada mientras el marimo humano se endereza.

"Que se jodan las mañanas", responde Zoro.

—Vete a la mierda tú también. —Sanji sonríe y luego se da la vuelta para seguir preparando el desayuno—. Limpia ese huevo que está en el suelo.

"¿¡EH!? ¡Fuiste tú quien...!"

"Los gorrones no deberían contestar demasiado", le recuerda y Zoro va al fregadero a buscar un trapo de tela.

Marcado Y Reclamado 💛(Zosan)💚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora