Capítulo 02: Un sello naranja

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A: Rune de Sombras Profundas

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A: Rune de Sombras Profundas

De: Amanda Hawnstar y cuerpo educativo de la Academia del Crepúsculo

Estimado señor:

Nos complace informarle de que, tal y como se especificó en nuestra última carta, ha sido aceptado en la Academia del Crepúsculo.

El primer curso dará comienzo el último día de otoño de este mismo año, coincidiendo con el Día de las Brujas. Al amanecer, el alumno deberá tener todo su equipaje preparado y su montura a punto para acudir a Puerto Dorado, desde donde se emprenderá el viaje hacia la Isla Ocaso. (Detalles sobre el material necesario para el curso más abajo).

Ante cualquier duda, percance o inconveniente, por favor no dude en comunicarlo.

Atentamente,

Amanda Hawnstar, directora de la Academia del Crepúsculo, Isla Ocaso.

Al final se incluía una gran lista con todo tipo de cosas supuestamente necesarias para el curso, pero Rune estaba demasiado nervioso como para prestarle atención.

No era ninguna novedad para él la noticia de que iba a pasar los siguientes tres años en la Academia del Crepúsculo, pues hacía casi un año que su madre le había comunicado la voluntad de meterlo allí y varios meses que les había llegado la carta de Admisión; sin embargo, no había parecido tan real hasta ahora. Rune suponía que, en el fondo, siempre había esperado de alguna manera que de pronto le anunciaran que era mentira, que no iba a acudir a aquel lugar y que iba a cursar el siguiente curso en su colegio de siempre, con sus pocos amigos de siempre.

Además, recientemente su dragón había muerto y en la Academia del Crepúsculo el vuelo sobre estas criaturas era de las cosas más importantes, no se podía creer que su madre no hubiera enviado ninguna carta al respecto o que, peor aún, fuese a dejar que asistiera de todos modos.

Se tomó unos minutos para pensar y para asimilarlo todo, aún sentado sobre su cama con el sobre y las cartas a un lado. De pronto, su corazón empezó a darle martillazos en el pecho. Le quedaban escasas dos semanas antes de tener que marcharse. Su primera idea (aunque muy tonta) había sido escaparse. Ahora que Morana no estaba, podía irse lejos de allí; sin embargo, su madre era mucho más poderosa que cualquier bruja normal y sería cuestión de horas que le encontrara dondequiera que estuviera.

No tenía más remedio que afrontar la situación y prepararse para cuando llegara el momento.

Sin embargo y por ahora, solo quería echarse a dormir.

. . .

Morana no volvió a la mañana siguiente. Rune lo supo en cuanto abrió los ojos de golpe y se dio cuenta de que la caravana estaba en silencio y exactamente como la había dejado el día anterior. Había pasado el resto del día solo, curioseando algunos de los cajones que de normal no podía ni tocar. Después, al caer la noche, había vuelto a la cama con cansancio.

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