Capítulo 13: Primeros amaneceres

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Esa noche, Rune estaba tan agotado que apenas bajó a cenar los minutos justos antes de volver a su habitación

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Esa noche, Rune estaba tan agotado que apenas bajó a cenar los minutos justos antes de volver a su habitación. Sentía que la cabeza le daba vueltas, aunque al menos estaba contento de poder decir que la poción antiagujetas había surtido efecto: su dolor muscular se había quedado reducido casi a cero.

Su cuarto estaba vacío y en silencio, oscuro salvo por una pequeña vela encendida en su mesilla de noche que iluminaba ligeramente la estancia y reflejaba enormes sombras en las paredes.

Se sentía cansado, daba la impresión de que las sábanas de su cama estaban más suaves de lo normal y la almohada de repente era la cosa más cómoda del mundo. Cerró los ojos y, poco a poco, sintió cómo caía en un nuevo sueño o, más bien, en un viejo recuerdo.


De repente, Rune de Sombras Profundas había vuelto a aquel día en el que había besado por primera vez a Ossian. Seguía haciendo calor, pero en su interior, Rune no sentía más que miedo mientras caminaba por el bosque con Ossian a su lado, cogiéndole de la mano, y su madre delante de ellos, dando un paso detrás de otro mientras la ira bullía en su interior.

Pronto, hubieron llegado al claro donde la caravana se encontraba, sola y con el mismo aspecto de siempre. Rune notó que le temblaban un poco las piernas cuando Morana se giró hacia ellos, con la mandíbula tensa. Hizo un gesto con la cabeza hacia la caravana.

—Ossian —sentenció con voz estricta y seria en una clara indirecta para que el chico se metiera dentro y los dejara a Rune y a ella solos. El joven le dirigió una mirada a Ossian, que parecía preocupado y se había puesto en marcha sin más opción que esa. En parte, Rune no había querido que se marchara, pero sabía que en realidad era lo que tenía que hacer, al menos por su bien.

En cuanto la puerta se cerró, Morana agarró con fuerza a Rune del brazo y se lo llevó a un lado de la caravana, entre ella y los arbustos donde el bosque comenzaba de nuevo. Rune tragó saliva, asustado, cuando la mujer giró bruscamente hacia él, deteniéndose con aspecto amenazador.

—¿A ti qué te pasa? —inquirió Morana. Rune se había puesto rojo hasta la médula, casi temblando mientras notaba la mano de su madre apretar su brazo con fuerza, demostrando así su enfado—. ¿Te dejo cuidando el claro y tú te vas por ahí a besarte con ese chico? ¿Pero en qué estabas pensando?

—Lo siento... —Rune intentó disculparse, pero no le salió más que un hilo de voz agudo y Morana hizo más fuerza sobre su hijo casi de forma inconsciente. Por otro lado, le hería que se refiriera a Ossian de esa forma. Era como si no lo conociera, como si no supiera que era la persona más importante en la vida de su hijo. En los ojos morados de Morana bailaba la ira.

—¿Te gustan los hombres, Rune de Sombras Profundas?

Fue como una paliza para Rune, que notó que se le cortaba la respiración y un relámpago le recorría el cuerpo de pies a cabeza. Tragó saliva al mismo tiempo que las palabras de su madre resonaban en su cabeza una y otra vez. Pudo ver la casi decepción de Morana de Sombras Profundas en su expresión incluso antes de que él respondiera, prácticamente aterrado.

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⏰ Última actualización: Nov 02 ⏰

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