Cap.4.

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-Cabezota, qué hiciste?

Ni siquiera le dió la bienvenida a sus hijos y estos ya le reclamaban.

-Cómo que te divorciaste de mamá?

-Ella me pidió el divorcio y yo acepté, fin.

-Pero por qué?

-Ella ya no me ama, Milenka. Tu madre volvió a Rusia ahora vivirá con tu tía Emma.

-Quiero trasladarme.

-Qué?

Milenka y Christopher miraron a Owen.

-Quiero trasladarme a la central Rusa. Quiero estar con mamá.

Christopher apretó los dientes y asintió.

-Bien, los trasladaré a Rusia.

Él sabía que si Owen se iba, Milenka también.

...

-Chris...

-Todos se fueron de mi lado, Gema.

-Los niños siempre son más apegados a sus mamás. Ellos no te aman menos que a ella.

-La prefieren a ella.

-No te entristezcas por eso.

-Entonces qué voy hacer? Mi ex esposa y mis hijos fueron a Rusia y yo me quedé en Londres con una inmensa y fría mansión.

-Tengo un apartamento excelente para ti, te va a encantar te lo aseguro.

Christopher la miró con aburrimiento.

-No pierdes el tiempo para vender algo.

-Soy una mujer de negocios. Y? Que dices?

-Estoy interesado.

-Sí!

Gema aplaudió.

...

-Dos habitaciones y una gran vista.

-Hm, esta bien. Lo quiero.

Christopher y Gema firmaron los papeles de la compra.

Desde ese momento él viviría ahí.

Todas sus pertenencias fueron mudadas a su nuevo hogar.

Vendió su antiguo penthouse y dejó su mansión para sus hijos. No quería esos lugares, no los necesitaba.

La primera noche escuchó ruidos afuera y fue a ver qué era.

-Señorita Charlotte?

La mujer se dió la vuelta y luego sonrió al reconocer al hombre.

-Señor Morgan. Eh...disculpe las molestias.

-Qué sucede?

-Se me rompió la llave.

Ella mostro su llave partida por la mitad.

-Ven, tengo una habitación aquí y está limpia.

-Gracias.

Ella se acercó con confianza e ingresó.

-Desde cuando vives aquí?

-Desde hoy.

-Seremos vecinos entonces.

Ella siguió a Christopher y entró a la habitación.

-De nuevo gracias, te debo una.

-No te preocupes, tu madre es una buena amiga mía.

Él dejó a la joven en la habitación y luego ingresó a la suya.

Sin título. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora