-Cabezota, qué hiciste?
Ni siquiera le dió la bienvenida a sus hijos y estos ya le reclamaban.
-Cómo que te divorciaste de mamá?
-Ella me pidió el divorcio y yo acepté, fin.
-Pero por qué?
-Ella ya no me ama, Milenka. Tu madre volvió a Rusia ahora vivirá con tu tía Emma.
-Quiero trasladarme.
-Qué?
Milenka y Christopher miraron a Owen.
-Quiero trasladarme a la central Rusa. Quiero estar con mamá.
Christopher apretó los dientes y asintió.
-Bien, los trasladaré a Rusia.
Él sabía que si Owen se iba, Milenka también.
...
-Chris...
-Todos se fueron de mi lado, Gema.
-Los niños siempre son más apegados a sus mamás. Ellos no te aman menos que a ella.
-La prefieren a ella.
-No te entristezcas por eso.
-Entonces qué voy hacer? Mi ex esposa y mis hijos fueron a Rusia y yo me quedé en Londres con una inmensa y fría mansión.
-Tengo un apartamento excelente para ti, te va a encantar te lo aseguro.
Christopher la miró con aburrimiento.
-No pierdes el tiempo para vender algo.
-Soy una mujer de negocios. Y? Que dices?
-Estoy interesado.
-Sí!
Gema aplaudió.
...
-Dos habitaciones y una gran vista.
-Hm, esta bien. Lo quiero.
Christopher y Gema firmaron los papeles de la compra.
Desde ese momento él viviría ahí.
Todas sus pertenencias fueron mudadas a su nuevo hogar.
Vendió su antiguo penthouse y dejó su mansión para sus hijos. No quería esos lugares, no los necesitaba.
La primera noche escuchó ruidos afuera y fue a ver qué era.
-Señorita Charlotte?
La mujer se dió la vuelta y luego sonrió al reconocer al hombre.
-Señor Morgan. Eh...disculpe las molestias.
-Qué sucede?
-Se me rompió la llave.
Ella mostro su llave partida por la mitad.
-Ven, tengo una habitación aquí y está limpia.
-Gracias.
Ella se acercó con confianza e ingresó.
-Desde cuando vives aquí?
-Desde hoy.
-Seremos vecinos entonces.
Ella siguió a Christopher y entró a la habitación.
-De nuevo gracias, te debo una.
-No te preocupes, tu madre es una buena amiga mía.
Él dejó a la joven en la habitación y luego ingresó a la suya.