Almas liberadas 2/2

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El cuerpo frágil y débil de Daniel, a sido llevado por las propias manos de Jay a un hermoso lugar, al lugar donde fueron a pasar el rato, en el capo.

Una montaña que esta repleto de flores, donde se puede ver el atardecer. En ese lugar en donde Jay quiere que descanse Daniel. Sus propias manos ya estaban ensagrentados por la sangre de Daniel que aun seguia derramando.

Pone con tanta delicadeza a Daniel en el suelo lleno de flores, lo mira culpandose asi mismo. Su vida, su razón de vivir, su razón de seguir adelante...acaba de fallecer delante de él.

Se acuesta al lado de él y mira el cielo azul, en sus labios se separan las lineas al ver que una mariposa se le posa en la nariz.

—¿Fuistes tu? ¿No?—posa su mano derecha en la mejilla de él acariciandolo con su pulgar

Los arboles que estaban a sus alrededores comenzaron a balancearse al rito del viento.

—Ya veo... no te preocupes, no estaras solo, yo estare contigo —Expuso para sonreir

Sus ojos se cerraron lentamente mientras miraba la imagen sereno de Daniel.

—¿Es esto lo que dice que recuerdas los momentos de tu vida?—unas pequeñas lágrimas derramó antes de cerrar los ojos y recordar sus momentos que tuvo con Daniel, los momentos donde lo hizo sufrir, llorar y hacerlo feliz en este poco tiempo que les quedo—Nos vemos en donde no sea el infierno ni el cielo—Termino con un ultimo suspiro pero antes de eso su mano estaba entrelazado con ll de Daniel

Dos horas atrás

—Vamos, Daniel, resiste—suplico conduciendo un auto

La velocidad en la que iban era peligrosa pero no le importo eso ahorita lo que queria era que viviera más, un poco más. Llego a un hospital y deja el auto parqueado para salir y sujetar a Daniel para entrar al hospital.

Su reparación estaba acelerado, mira a unos doctores y los llama para que vean el estado de Daniel.

—Joven, este muchacho ya no puede ser salvado, pierde sangre cada segundo, una operación lo llevara con la muerte en un instante—Replicó el doctor que se mostraba cansado

Jay se enojo a escuchar eso y se fue fuera del hospital, camino con Daniel y lo sube al auto, él también se sube y de nuevo arrancó el motor del auto para irse a otro lado.

Se mostraba su desesperación al conducir pero algo lo tomo por sorpresa que casi por no fijarse en la carretera, ya estarían chocados.

La mano de Daniel, esa mano fría pero suave sostuvo la mano de Jay.

—Jay...ya no sigas...yo...me quiero ir de este infierno—Finalizo para cerrar los ojos y que su mano se resbalaba por no ejercer ni una fuerza

El carro frena fuertemente y la bocina suena y suena tras los golpes de Jay.

—¿Por qué? ¿Por qué tuviste que hablarme? ¡¿Por qué, maldición?! Por q....—No siguió diciendo nada, sus ojos llorosos pudieron notar unas pastillas. Logra alcanzar el cartucho de pastilla y se toma 5–No te preocupes...yo te acompañare, no merezco el amor que me distes, no,no, eso no. No merecía estar contigo—Incluyo para arrancar de nuevo el motor y seguir la carretera que llevaba al campo donde estuvieron antes.

....

Una pareja de anciones recorrían las montañas. Uno de ellos vio en el campo de flores a dos personas.

—Mira, dos personas, vamos a saludarlas—Comentó y su esposa asintió

Caminaron y los vieron tranquilos, agarrados de las manos, el anciano los reconoció, eran esas parejas que se mudaron por unas semanas.

—Cariño...creo que no respiran—Dedujo la anciana—Él pelinegro esta con una herida en el pecho y el rubio....

No continuo y solo se tapo la boca, el anciano se quedo con la boca abierta pero no dijieron nada, solo se fueron de ese lugar.

Pasaron minutos y horas hasta que llegase el atardecer, a lo lejos llegaron un montón de campensinos con palas y una ataud grande.

Se detuvieron y miraron a los dos jovenes descansando. Algunos hombres de mediana edad excavaron dejando un gran hoyo donde procedieron meter el ataud.

Otras personas ayudaron a meter a los dos jovenes en ese ataud pero la anciana con ayuda de unas muchachas bajo y entrelazo las manos de ellos.

Fueron enterrado en el campo de las flores y le pusieron una tumba que dice

"Acabamos juntos y morimos juntos"

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Fin...



Amor obsesivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora