capitulo 10

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**Capítulo 10: Celos y Conspiraciones**

Sasuke estaba en la sala del consejo, rodeado por un aire de tensión. Había pasado la mañana revisando informes y estrategias militares, pero no podía apartar de su mente la imagen de Sakura y Rock Lee caminando juntos el día anterior. La cercanía entre ellos lo carcomía por dentro, y aunque intentaba mantener la compostura, los celos hervían en su interior.

Karin, sentada a su lado, observaba con atención. Podía sentir la inquietud de Sasuke, y aunque su propio corazón latía por él, sabía que cualquier insinuación sobre Sakura podría agravar la situación. Sasuke siempre había sido dominante, posesivo, y cualquier amenaza a su control lo irritaba profundamente.

—Sasuke, ¿te encuentras bien? —preguntó Karin con un tono suave, intentando acercarse a él.

Sasuke levantó la mirada, sus ojos oscuros y penetrantes.

—Estoy bien, Karin. Solo estoy pensando en algunos asuntos del consejo —respondió Sasuke con un tono frío, manteniendo una distancia emocional.

Karin asintió, pero no se dejó engañar. Sabía que algo lo estaba molestando, y estaba casi segura de que tenía que ver con Sakura. Decidió no insistir, pero no podía evitar sentir una pizca de satisfacción al ver a Sasuke tan afectado.

La reunión del consejo comenzó poco después. Los miembros del consejo se reunieron alrededor de la gran mesa de madera, listos para discutir los temas más urgentes de Amegakure. Entre ellos estaban Neji, con su mirada analítica, Ino, con su aguda percepción, y otros miembros clave. Sakura entró en la sala con su porte de emperatriz, acompañada por Rock Lee, lo que no pasó desapercibido para Sasuke.

—Emperatriz Sakura, Vizconde Rock Lee, es un placer tenerlos aquí —dijo Neji con un leve gesto de respeto, dirigiéndose a Sakura con el título que correspondía.

Karin, en cambio, no se molestó en mostrar el mismo respeto.

—Sakura, qué bueno que hayas podido unirte a nosotros —dijo Karin, sonriendo con una familiaridad que rozaba la insolencia.

Sakura se detuvo un momento, observando a Karin con una mirada afilada. La falta de respeto de Karin no podía continuar. Aunque Sakura había intentado mantener una relación cordial, sabía que tenía que poner un alto ahora.

—Karin, creo que olvidaste el protocolo. Soy la Emperatriz de Amegakure, y espero que se me trate como tal —dijo Sakura, su voz firme y autoritaria.

La sala quedó en silencio por un momento. Karin apretó los labios, sintiéndose humillada ante todos, pero no se atrevió a desafiarla abiertamente.

—Mis disculpas, Emperatriz —dijo Karin finalmente, inclinando la cabeza ligeramente, aunque su tono dejaba claro que no se sentía en absoluto arrepentida.

Sasuke observó la interacción con interés. Aunque no lo demostró, sintió un leve alivio al ver que Sakura sabía defender su posición. Sin embargo, el hecho de que Rock Lee estuviera a su lado seguía molestándolo profundamente.

—Volviendo al tema principal, necesitamos discutir las amenazas que enfrenta Amegakure. Danzo ha estado movilizando recursos de manera sospechosa, y parece que su poder económico ha comenzado a disminuir. Esto podría indicar que está buscando nuevas formas de enriquecerse, quizás a expensas nuestras —dijo Neji, rompiendo la tensión y redirigiendo la atención al consejo.

—Danzo siempre ha sido una amenaza en las sombras, pero si su poder está disminuyendo, podría ser aún más peligroso. Un hombre acorralado es el más peligroso —añadió Ino, su voz clara y preocupada.

Sakura escuchó con atención, pero su mente estaba ocupada con otros pensamientos. Las cartas de Sai seguían llegando, y la última contenía información crucial sobre los movimientos de Danzo. Además, le daba instrucciones sobre cómo debilitar aún más a sus enemigos dentro de Amegakure, lo que comenzaba a seducir a Sakura con la promesa de poder absoluto.

—Necesitamos actuar rápido antes de que Danzo pueda reorganizarse. Debemos asegurarnos de que su influencia en el consejo sea mínima —dijo Sasuke, mirando a los presentes con su habitual intensidad.

Karin asintió enérgicamente, siempre dispuesta a apoyar a Sasuke, mientras que Rock Lee, aunque serio, parecía más preocupado por los efectos en los ciudadanos que por la política interna.

Al final de la reunión, cuando los miembros del consejo comenzaron a dispersarse, Sasuke se acercó a Sakura. Su rostro no mostraba más que frialdad, pero su interior estaba en llamas.

—Sakura, ¿puedo hablar contigo en privado? —preguntó Sasuke, su tono firme, casi una orden.

Sakura asintió y lo siguió fuera de la sala del consejo, dejando atrás a los demás. Una vez en un pasillo vacío, Sasuke se giró hacia ella, sus ojos oscuros fijos en los de ella.

—¿Qué sucede, Sasuke? —preguntó Sakura, aunque en el fondo ya sabía de qué se trataba.

—Los rumores sobre ti y Rock Lee están empezando a afectar a nuestra posición. No puedo permitir que esto continúe —dijo Sasuke, su voz baja pero cargada de una amenaza implícita.

Sakura cruzó los brazos, sintiendo cómo la tensión aumentaba entre ellos.

—¿Qué insinúas, Sasuke? —preguntó, con una mezcla de curiosidad y desafío en su tono.

—Insinúo que estás siendo imprudente. Tu relación con Rock Lee está causando problemas, y eso es algo que no puedo tolerar —respondió Sasuke, dando un paso más cerca, su mirada intensa y posesiva.

Sakura sintió una mezcla de emociones. Por un lado, la actitud dominante de Sasuke la enfurecía, pero por otro, algo en ella disfrutaba del poder que tenía sobre él, el control que su presencia podía ejercer sobre su comportamiento.

—Rock Lee es un amigo y un aliado, Sasuke. Nada más. No tienes razones para preocuparte por él —dijo Sakura, su voz firme, pero con un toque de dulzura que sabía podría calmarlo.

Sasuke la miró por un largo momento, como si estuviera decidiendo si creerle o no. Finalmente, asintió ligeramente, aunque la frialdad no abandonó sus ojos.

—Entonces, asegúrate de que esos rumores se detengan. No toleraré que nada ni nadie debilite nuestra posición —dijo Sasuke, antes de girarse para irse, su capa ondeando detrás de él.

Sakura lo observó mientras se alejaba, sintiendo un torbellino de emociones. La relación entre ellos era complicada, y ahora con Karin intentando manipular la situación, sabía que las cosas solo se volverían más difíciles.

Mientras Sasuke caminaba por los pasillos del castillo, Karin lo alcanzó. Ella siempre había tenido un lugar especial a su lado, habiendo crecido juntos, y aunque Sasuke la veía más como una hermana, los sentimientos de Karin eran claramente más profundos.

—Sasuke, sé que esto debe ser difícil para ti. Si necesitas hablar, estoy aquí —dijo Karin, intentando ser reconfortante.

Sasuke le lanzó una mirada que era mitad agradecimiento, mitad advertencia.

—No necesito hablar, Karin. Solo necesito que todo esté bajo control —dijo Sasuke, manteniendo su tono distante.

Karin asintió, aunque por dentro su corazón dolía. Sabía que nunca podría reemplazar a Sakura en el corazón de Sasuke, pero eso no significaba que dejaría de intentar ganarse su afecto.

Mientras tanto, Sakura regresó a su habitación, donde encontró otra carta de Sai esperándola. Al abrirla, leyó las instrucciones con cuidado. Sai le sugería un movimiento audaz: eliminar a los principales aliados de Danzo en Amegakure para asegurar el control total sobre la región. Era un plan arriesgado, pero si funcionaba, el poder que obtendría sería incalculable.

Sakura sabía que este sería un punto de no retorno. Si seguía adelante con esto, no habría vuelta atrás. Sin embargo, la ambición y el deseo de poder la impulsaban a considerar seriamente la propuesta.

Guardó la carta con cuidado, sus pensamientos girando en torno a las posibilidades. Sabía que para lograr lo que quería, tendría que ser despiadada, y poco a poco, esa idea comenzaba a no parecerle tan extraña.

El día terminó con un aire de incertidumbre. Los celos de Sasuke, la manipulación de Karin, y las oscuras sugerencias de Sai estaban llevando a Sakura por un camino del que podría no haber retorno. Sin embargo, en su corazón, todavía quedaba un pequeño resquicio de luz, una parte de ella que se resistía a convertirse en lo que estaba destinada a ser.

Pero con cada paso que daba, esa luz se desvanecía un poco más,

La emperatriz de AmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora