capitulo 23

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**Capítulo 23: Despedidas y Sombras**

El viento soplaba suavemente entre los altos edificios de Amegakure, mientras la ciudad recuperaba su ritmo tras la victoria en la guerra. En el cuartel general, el ambiente era de celebración, pero en los corazones de los principales protagonistas, se gestaban sentimientos más complejos.

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En uno de los salones principales, Sakura se encontraba rodeada de sus hermanos de armas y de corazón, Sai y Naruto. Era un momento agridulce, sabiendo que Naruto y Sai regresarían a Konoha para gestionar el nuevo imperio que ahora estaba bajo su control. Aunque la victoria era suya, las despedidas siempre dejaban un sabor agridulce.

Sakura, con una sonrisa cálida, abrazó a Naruto con fuerza.

—Cuídate, Naruto. Sabes que siempre estaré aquí para ti —dijo, apretando aún más su abrazo.

Naruto, con su habitual sonrisa despreocupada, la levantó del suelo, girándola un par de veces en el aire.

—¡Tú también, Sakura-chan! No te metas en demasiados problemas sin mí, ¿vale? —bromeó antes de dejarla en el suelo.

Sai, por su parte, observaba la escena con una leve sonrisa en sus labios. Cuando Sakura se volvió hacia él, sus ojos se encontraron en un momento de silencio compartido. Luego, Sai la abrazó con firmeza y calidez, un gesto que reflejaba la conexión profunda entre ellos.

—Te echaré de menos, hermana —dijo Sai, con una calidez inusual en su voz—. Recuerda que siempre estaremos conectados, sin importar la distancia.

Sakura asintió, sintiendo un nudo en la garganta mientras correspondía al abrazo.

—Yo también te extrañaré, Sai. Gracias por todo lo que has hecho por mí.

Cuando se separaron, Sai sacó discretamente una carta de su túnica y se la entregó a Sakura.

—Es algo personal. Léelo cuando estés sola —susurró con suavidad.

Sakura tomó la carta con curiosidad, pero antes de que pudiera guardarla, notó una sombra en la ventana del despacho de Sasuke. Al mirar, vio a Sasuke observándolos desde la distancia. Sus ojos oscuros no revelaban ninguna emoción, pero había algo en su expresión que hizo que el corazón de Sakura se acelerara.

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Una vez finalizadas las despedidas, Naruto y Sai partieron con sus tropas, dejando a Sakura y Sasuke a cargo de Amegakure. Naruto, montado en su bestia, observaba el horizonte mientras volvían a Konoha. Aunque estaba emocionado por su nuevo rol como gobernante, no podía evitar notar un ligero cambio en el comportamiento de Sasuke en las últimas semanas.

—Oye, Sai —comenzó Naruto mientras volaban—, ¿has notado algo raro en Sasuke últimamente? Parece que te mira de manera extraña cuando estás cerca de Sakura.

Sai, con su habitual calma, respondió sin titubear.

—Sasuke siempre ha sido reservado. Tal vez simplemente está preocupado por Sakura. Después de todo, ha sido un tiempo difícil para todos nosotros.

Naruto asintió, pero la duda seguía rondando en su mente. Sabía que Sasuke siempre había sido protector con Sakura, pero la intensidad en su mirada reciente parecía diferente, casi como si estuviera celoso o desconfiado. ¿Qué había pasado para que su Cuñado se sintiera así?

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Mientras tanto, en Konoha, Kakashi y Tsunade disfrutaban de una tarde tranquila en su hogar. Aunque la guerra había dejado cicatrices, también les había dado la oportunidad de reflexionar sobre su vida juntos y sobre sus "hijos", aquellos a quienes habían guiado en su camino.

Tsunade, sentada junto a Kakashi en un sofá cómodo, sonreía mientras ambos miraban un cuadro colgado en la pared. Era una pintura de su "familia", donde se veía a Naruto, Sai y Sakura en sus días más jóvenes, junto a Kakashi y Tsunade, representando una unidad que había superado tantas adversidades.

—¿Recuerdas cómo Naruto siempre se quejaba de que nunca lo dejábamos comer ramen antes de una misión? —dijo Tsunade, riendo suavemente.

Kakashi asintió con una sonrisa nostálgica bajo su máscara.

—Sí, y cómo Sai siempre intentaba dibujar retratos de nosotros, pero nunca lograba captar del todo nuestras expresiones, aunque mejoró con el tiempo.

Tsunade se apoyó en el hombro de Kakashi, dejando escapar un suspiro satisfecho.

—A veces, me pregunto si hicimos lo suficiente por ellos. Pero luego recuerdo cómo han crecido y en qué se han convertido. Son fuertes, valientes... y también muy testarudos.

Kakashi, con un brillo de orgullo en sus ojos, respondió.

—Lo son, Tsunade. Pero eso es lo que los hace especiales. Y aunque ahora sigan caminos diferentes, siempre tendrán parte de nosotros en ellos.

cuando Kakashi intentó darle un beso a Tsunade en la frente, pero ella, con su fuerza característica, lo apartó juguetonamente.

—¡No tan rápido, Hatake! —bromeó Tsunade, empujándolo suavemente antes de reír juntos.

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De vuelta en el viaje a Konoha, Naruto no podía dejar de pensar en Sakura y en cómo Sasuke la observaba últimamente. Sabía que algo estaba pasando, pero no podía precisar qué. Además, el comportamiento bondadoso de Sai con Sakura solo aumentaba las dudas en su mente.

Mientras caminaban sobre los campos, Naruto se volvió hacia Sai, más serio de lo habitual.

—Sai, prometes que cuidarás de Sakura, ¿verdad? Ella es nuestra hermana, y no quiero que nada le pase.

Sai, con su tranquila compostura, asintió.

—Por supuesto, Naruto. Siempre he cuidado de ella, y lo seguiré haciendo. Pero también debes confiar en ella. Sakura es fuerte y capaz de tomar sus propias decisiones.

Naruto asintió, pero no pudo evitar sentir un peso en su pecho. ¿Estaba Sakura realmente bien? ¿O había algo que no estaba viendo?

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Naruto sumido en sus pensamientos, preocupado por su hermana y el extraño comportamiento de Sasuke.

Mientras tanto, en Amegakure, Sasuke contempla desde su despacho, viendo la figura de Sakura y Sai abrazándose en la distancia,Ese recuerdo amargo aun seguia en su mente,mientras la sombra de la duda sigue creciendo en su corazón.


La emperatriz de AmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora