capitulo 24

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**Capítulo 24: Semillas de Desconfianza**

El silencio en el despacho de Sasuke era ensordecedor. Desde la ventana, observaba cómo Sakura se alejaba junto a Rock Lee después de haberse despedido de Sai. La imagen del abrazo entre su esposa y Sai se repetía en su mente como una tortura constante. Algo en esa escena le parecía fuera de lugar, pero no podía precisar qué. ¿Por qué Sai le había entregado esa carta de manera tan reservada? ¿Qué contenía que era tan importante?

Mientras Sasuke daba vueltas en su despacho, sus pensamientos se volvían más oscuros, alimentados por las dudas y la incertidumbre que Danzo había sembrado con éxito.

Decidido a no dejarse vencer por la paranoia, Sasuke se dirigió a la mesa donde Sakura había dejado la carta de Sai. La tomó en sus manos y la abrió con cuidado. Lo que encontró en su interior no era lo que esperaba.

El contenido de la carta no era una declaración de amor, como sus celos le habían hecho imaginar, sino documentos estratégicos. Sai le pedía a Sakura que evaluara y considerara la eliminación de ciertas personas que representaban una amenaza para el futuro de Amegakure. Entre ellos, figuraban nombres de traidores potenciales y líderes de aldeas enemigas. La gravedad de la situación golpeó a Sasuke con fuerza.

—Sai... ¿Por qué te preocupas tanto? —murmuró Sasuke para sí mismo, sintiendo una mezcla de alivio y culpa por haber dudado de Sakura.

Pero las sombras de la duda no se desvanecían completamente. Aunque el contenido de la carta demostraba que Sai estaba actuando en interés de Amegakure, la cercanía entre él y Sakura seguía siendo una espina en el corazón de Sasuke. Decidió que tenía que ser más cuidadoso, no solo con sus sentimientos, sino también con los movimientos de aquellos a su alrededor. Después de todo, en un mundo donde la traición acechaba en cada esquina, confiar ciegamente podía ser un lujo peligroso.

El salón de reuniones del consejo estaba lleno. La atmósfera estaba cargada de tensión mientras los líderes de Amegakure debatían sobre las recientes pérdidas y las nuevas oportunidades de prosperidad tras la guerra.

—Es indiscutible que hemos perdido mucho en esta guerra —dijo Karin, con su tono siempre cargado de cizaña—. Pero no debemos olvidar que las pérdidas no solo son materiales. También hemos visto caer a algunos de nuestros mejores hombres.

Neji, siempre el estratega frío y calculador, asintió con seriedad.

—Es cierto, pero la guerra también ha abierto nuevas rutas comerciales y nos ha permitido establecer alianzas que antes eran impensables. La clave está en cómo gestionamos estos recursos para asegurar nuestra supremacía en el futuro.

Rock Lee, con su energía inagotable, golpeó la mesa con su puño.

—¡Debemos honrar a los caídos y asegurarnos de que su sacrificio no haya sido en vano! ¡La voluntad de fuego debe seguir ardiendo en Amegakure!

Ino, por su parte, se mantuvo en silencio, observando el debate con una expresión neutral. Sabía que sus palabras podían inclinar la balanza, pero también comprendía que cualquier movimiento en falso podría generar tensiones innecesarias.

Sasuke, sentado en su lugar habitual, escuchaba con atención mientras analizaba las posibles implicaciones de cada propuesta. Aunque sus pensamientos aún estaban en la carta de Sai, sabía que debía concentrarse en el presente. El futuro de Amegakure dependía de las decisiones que tomaran en ese salón.

—Debemos avanzar con cautela —intervino finalmente Sasuke, su voz firme y decisiva—. No podemos permitirnos más errores. Pero tampoco debemos dejar que el miedo nos paralice. Amegakure debe ser una fuerza imparable, y para lograrlo, necesitamos actuar como uno solo. Cualquier división será nuestra ruina.

El consejo asintió en silencio, reconociendo la verdad en las palabras de su líder. La reunión continuó, pero la semilla de la discordia había sido plantada, y Sasuke sabía que tendría que estar más alerta que nunca.

Más tarde, después de la reunión del consejo, Sakura decidió tomar un breve descanso y salir a caminar por los alrededores del castillo. Rock Lee, siempre dispuesto a protegerla, la acompañó en su paseo. Mientras caminaban por una calle concurrida, se toparon con una joven madre que sostenía a su bebé en brazos. El pequeño, con ojos curiosos, miraba a Sakura con una mezcla de asombro y alegría.

Sakura, incapaz de resistirse, se acercó al bebé y lo observó con ternura.

—¡Ay, qué monada! —exclamó, dejando escapar un suspiro de anhelo—. ¡Quiero uno! Pero... ¿cómo se hacen? —preguntó, sin pensar, mientras su rostro se sonrojaba intensamente al darse cuenta de lo que acababa de decir.

Rock Lee, que no era conocido por ser el más rápido en captar las insinuaciones, la miró con confusión.

—Bueno, Sakura-san, es algo complicado... pero estoy seguro de que si entrenas lo suficiente, podrás lograrlo. ¡Nunca subestimes el poder del esfuerzo!

Sakura, avergonzada pero divertida, le dio un ligero golpe en el hombro.

—¡No hablo de eso, Lee! —dijo, riendo—. A veces eres demasiado inocente...
.

Mientras tanto, Naruto, de regreso en Konoha, seguía sumido en sus pensamientos. Aunque Sai había demostrado ser un líder excelente, Naruto no podía quitarse de la cabeza la imagen de Sasuke observando a su hermana y a Sai con una mirada de desconfianza. Sabía que su hermana era fuerte, pero también sabía que los lazos emocionales podían ser complicados, especialmente cuando estaban envueltos en un entorno de poder y guerra.

—Sai, ¿crees que Sakura está bien? —preguntó Naruto en voz baja mientras caminaban por el pasillo del cuartel general.

Sai, con su habitual calma, respondió.

—Sakura es más fuerte de lo que muchos creen, Naruto. Ella sabe lo que hace. Y aunque entiendo tus preocupaciones, creo que debemos confiar en ella.

Naruto asintió, pero la preocupación no desaparecía del todo. Quería que su hermana fuera feliz, pero algo en el comportamiento reciente de Sasuke le decía que las cosas podían complicarse más de lo que él imaginaba.

Naruto mirando al horizonte, su mente dividida entre la responsabilidad de liderar y la preocupación por su hermana. Mientras tanto, Sasuke sigue sumido en sus dudas, incapaz de sacudirse la sombra de la desconfianza. Y en Amegakure, Sakura, sin saberlo, se convierte en el centro de una intriga que amenaza con desestabilizar todo lo que han logrado.

La emperatriz de AmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora