Doble V5. FINAL

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Shredder observaba a Leonardo con una sonrisa cruel en su rostro, disfrutando del poder que tenía sobre él en ese momento. Con una calma inquietante, comenzó a hablar, sus palabras impregnadas de veneno.

—¿De verdad creías que podías entrar aquí, rescatar a Karai y salir ileso? —se burló, dando un paso hacia adelante—. Tus hermanos, tu maestro... ya no están, Leonardo. Me aseguré de que todos murieran como las ratas que son. Solo quedas tú... y ella.

Las palabras de Shredder cayeron como un yunque sobre el espadachín. Un torrente de emociones lo inundó: incredulidad, desesperación, pero sobre todo, una ira abrasadora que nubló su juicio. Sintió cómo todo su cuerpo se tensaba, cada músculo dispuesto a descargar la furia que crecía dentro de él.

—¡Mientes! —rugió Leonardo, lanzándose hacia Shredder con una velocidad y una fuerza que sorprendieron al villano. Los dos chocaron en una lluvia de chispas cuando las espadas de Leonardo se encontraron con las cuchillas de Shredder.

Impulsado por la ira y la desesperación, el líder azul peleó con una ferocidad inusitada. Sus golpes eran rápidos y precisos, forzando a Shredder a retroceder. Durante un breve instante, Leonardo tomó la ventaja, arrinconando a su enemigo.

Pero Shredder no era alguien que se rindiera fácilmente. Con un movimiento calculado, desvió el ataque y giró, dirigiendo su atención a Karai, quien apenas podía mantenerse en pie. Antes de que Leonardo pudiera reaccionar, Shredder lanzó una cuchilla que se incrustó en el costado de la kunoichi.

—¡No! —gritó el ojiazul, viendo cómo la pelinegra caía al suelo, su mano presionando la herida que comenzaba a sangrar profusamente.

Aprovechando la distracción de Leonardo, el resentido Saki lo atacó con un golpe devastador, arrojándolo al suelo. Con una satisfacción perversa, levantó su arma, preparado para asestar el golpe final.

—Has sido un oponente digno. Pero es hora de que te unas a tu familia.

Justo cuando estaba a punto de acabar con él, una figura veloz apareció entre las sombras. Era Splinter, quien, con un grito de batalla, se lanzó sobre Shredder, golpeándolo con una fuerza que lo hizo tambalearse.

—¡Maestro! —exclamó Leonardo, sorprendido y aliviado al ver a Splinter aún con vida.

La rata, sin perder tiempo, atacó a Shredder con una furia que solo un padre defendiendo a su hijo podía comprender. Con una serie de movimientos rápidos y precisos, logró noquearlo, dejándolo inconsciente en el suelo.

—Leonardo, tenemos que irnos. ¡Ahora! —ordenó, ayudando a su hijo a levantarse mientras observaba con preocupación a Karai, quien estaba perdiendo mucha sangre.

Antes de que pudieran moverse, una risa fría resonó en la sala. Baxter Stockman apareció en una pantalla cercana, sus ojos llenos de una locura vengativa.

—¡No se irán tan fácilmente! Si yo no puedo derrotarlos, me aseguraré de que todos mueran aquí.

Con un movimiento dramático, Baxter activó un interruptor, y un conteo regresivo comenzó en la base.

—¡Tenemos que salir de aquí! —gritó la tortuga, levantando a Karai con todas sus fuerzas mientras Splinter lo guiaba hacia la salida.

Se apresuraron a escapar por los túneles que conocían tan bien. Las explosiones comenzaron a resonar por todo el lugar, haciendo temblar las paredes mientras el fuego y los escombros se esparcían a su alrededor.

Leonardo y Splinter, con Karai entre ellos, lograron salir a la superficie justo a tiempo para ver cómo la guarida de Shredder era consumida por las llamas. Habían logrado escapar, pero el costo había sido alto.

Leorai - Cortos ☁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora