Yoko nota que Faye es bastante fría con la gente menos con ella. Lo hace porque le ha dicho a todo el que se le cruza que no tenían tiempo que perder, pero cuando Yoko recordó que la boda de Milk es en unas horas, Faye estuvo de acuerdo a no faltar y acompañarla, haciendo que el viaje sea mañana por la mañana.
De camino al lugar, Yoko aún no puede creer que su esposa sea tan asquerosamente rica. Tiene un auto que vale más que su vida y un chofer que no dice nada, simplemente asiente a todas las indicaciones de Faye. Además de que contrató a una estilista para Yoko y se encargó de que luciera cara, como la esposa perfecta para alguien como Faye.
Tambien nota que es suave. O al menos con ella. Siempre preguntando si está comoda, si esto o aquello está bien, si realmente se siente a gusto con todo. Yoko es sincera y agradecida de que sea así, respondiendo que aunque aún no entiende mucho de su mundo, Faye es muy amable y la hace sentirse protegida.
Y en todo el tiempo en la boda, Yoko no se separa de Faye. Siempre sosteniendo su mano o dejando que ella la tome de la cintura. Mas hay algo que la preocupa, y es la cantidad de autos que están afuera con empleados de Faye, como ella dijo. Todos vestidos de forma elegante pero altos y rudos, ni siquiera entran en la Iglesia, solo están ahí mirando a todas partes.
—¿Por qué necesitas tanta seguridad?— le pregunta Yoko.
Faye sonríe. —Cariño, te explicaré todo cuando estemos solas—y aprieta su mejilla entre sus dedos de forma suave, un gesto que hace sonreír a Yoko de igual forma.
En general, la boda de Milk y Love es increible. Yoko no deja de soprenderse y de adorar la forma en la que se ven con tanto amor. Las saluda, sabiendo que tiene que hablar con Milk más tarde porque, vamos, ella es parte del problema en no haber evitado el matrimonio con una desconocida. Se da cuenta de su risita al verla con Faye por primera vez, y ella se enoja por un momento.
—No hagas eso—dice Faye acariciando su mano—. Es la boda de tu amiga, ella estaba feliz en la nuestra.
—El problema es que no la recuerdo.
El sonido de su voz era casi triste. Yoko de verdad quería recordar la noche, quería saberlo todo. Pero lo único que podía hacer era confiar en los relatos de Faye.
—Hay un álbum de fotos—le hace saber al notar su expresion—. Puedes verlo y quizás recuerdes algo.
Asintiendo, su esposa habla: —Eso ayudaría.
Los festejos siguen, y Yoko se encuentra con Ciize despues de un rato, la chica está bastante animada y sonríe mucho, incluso camina de forma torpe, es obvio que ha bebido bastante.
Yoko se ríe de ella, quizás por venganza, pero sigue siendo agradable.
—He asistido a más bodas en las ultimas horas que en toda mi vida, en serio—ríe Ciize—. Pero la tuya fue más cara.
—¿Ah?—Yoko no comprende—. Creí que nos casamos en una capilla de esas que hay por aquí.
—Oh, querías hacerlo, pero tu esposa se encargó de que fuera en un salón hermoso, en solo dos horas ya tenía todo listo, tu vestido incluso era mil veces más hermoso que cualquier otro.
Faye estaba a unos metros hablando por telefono, por lo que Yoko la miró y se preguntó otra vez qué clase de persona era ella. Arreglar una boda en dos horas era algo casi imposible.
—¿Tú sabes a qué se dedica ella?—susurra lentamente.
—No pero tiene mucho poder por aquí, solamente su presencia ha hecho que todo el que la vea la obedezca.
Yoko asiente viendo como Faye regresa a ella poco a poco.
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