La típica villana

Capítulo 7: La reina está de vuelta

Capítulo 7: La reina está de vuelta.

Elizabeth:

Pasamos la noche trazando planes, analizando nuestra estrategia para vengarnos.

Las risas y susurros malvados llenaron la habitación, buscando la mejor manera de humillar a T/N.

Está un poco difícil elegir entre exponerlos de una o si hacerle sufrir poco a poco.

- Yo pienso que hay que grabarlos teniendo sexo y publicarlo en Internet, para que vean que la mojigata es en realidad una zorra- Dijo Leila con una sonrisa pícara.

- ¿Eso no es ilegal?- Pregunto Bárbara, Bridget y yo solo asentimos con la cabeza mientras Leila ponía los ojos en blanco.

- ¿Entonces que haremos? ¿La agarramos a golpes entre todas?- Dijo frustrada.

- Eso sería cobarde, además no pienso humillarme más por el maldito de Jason- Dije con firmeza.

- ¿Qué les parece si no hacemos nada?- Dijo Bridget, nosotras solo la miramos desconcertadas.

-¿A qué te refieres con eso Bri?- Pregunto yo sin entender a que se refiere.

- En lugar de buscar hacerle daño en el momento, es mejor que sigas manteniendo una relación con Jason, que T/N sea la otra y vea al chico que le gusta teniendo interacciones contigo- Dijo con la tranquilidad que le caracteriza- Que vea a Jason teniendo interacciones íntimas contigo, ponla celosa. Que la inseguridad y la ansiedad la carcoman lentamente, que sufra exactamente igual que sufriste tú por él.

- Una venganza lenta pero letal- Dijo Bárbara

- Sutil pero no menos cruel- Dijo Leila

- Me gusta chicas, hagámoslo- Dije con emoción y todas sonreímos malvadamente.

Elegimos el método pasivo porque a éstas alturas todo Main High Scool sabe de su aventura, exponerlos no servirá de nada.

Quedarnos de brazos cruzados no es una opción.

Después de todo, nadie se atreve a meterse con Elizabeth Sanders sin enfrentarse las consecuencias.

Y mucho menos una mosca muerta como T/N.

Nesecita aprender que aunque el piso esté parejo, hay niveles.

La madrugada se acercaba cuando finalmente decidimos dejar de lado las conspiraciones.

Las cuatro dormimos en mi espaciosa habitación, compartiendo anécdotas y promesas de lealtad eterna.

Que bien se siente tener amistades que sean de la misma vibra que uno.

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Decidí regresar a la escuela.

Pero antes de ir nesecito estar perfecta como la reina que soy, estos días no cuide con esmero a mi cuerpo.

Venimos a nuestro salón spa favorito. Dedicamos el día completo al autocuidado, como hacía tiempo que no lo hacíamos.

Ya extrañaba esto.

Para regresar después de dos semanas, nesecito hacerlo estando divina.

Llegamos al spa temprano por la mañana. Desde los primeros momentos, nos sumergimos en una atmósfera de relajación y lujo.

El suave sonido del agua corriendo, el aroma a eucalipto y lavanda en el aire, y las manos expertas de las masajistas me devolvieron el vigor que había perdido en los días de tristeza.