Capítulo 13: El ritmo de la rutina

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Capítulo 13: El Ritmo de la Rutina.

Elizabeth:

Las semanas habían pasado con una monotonía que encontraba extrañamente reconfortante.

Ni siquiera recuerdo desde cuando no he visto a Jason y a T/N, aunque aún presentes en la escuela, apenas cruzamos nuestro camino en los pasillos, cuando lo hacemos nos ignoramos deliberadamente.

Me sumergi en la rutina: las clases por la mañana, los entrenamientos con las animadoras por la tarde, y las risas con mis amigas entre clase y clase.

Pero había algo más que se había vuelto esencial.

Todos los lunes, miércoles, jueves, y los sábados que había clases, subía a la azotea de la escuela, sabiendo que encontraría a Adam en su lugar habitual, con los auriculares puestos y la mirada distante.

Lo que comenzó como una curiosidad impulsiva, se había convertido en una parte fundamental de su semana.

Aunque Adam apenas hablaba, ya me he acostumbrado a su presencia, y aunque él al principio parecía un poco molesto por mi insistencia, ahora ya no me miraba con fastidio cuando me veía aparecer por la puerta.

Esa era una pequeña victoria que apreciaba en silencio.

Hay algo en la rutina que compartimos, en ese espacio de la azotea que parece ser solo de nosotros dos, que nos da una sensación de pertenencia que no había esperado encontrar.

Era viernes, y como cada semana, subí las escaleras de la azotea con paso decidido.

Al abrir la puerta, vi a Adam sentado en el borde del muro, con la mirada perdida en el horizonte, los auriculares hoy no estaban en su lugar habitual.

La música que se filtraba desde la bocina del celular me resultó familiar, y una sonrisa se dibujó en mi rostro.

-¿Escuchando a Michael Jackson otra vez? - Pregunté mientras me acercaba.

Adam me miró de reojo, sin mover la cabeza.

No era la primera vez que Elizabeth llegaba y lo reconocía por la música que escuchaba, pero esta vez, decidí hablar más allá del comentario casual.

- Mi papá solía escuchar sus canciones todo el tiempo cuando yo era niña- Dije, sentándome su lado. Mi tono de voz cambió, volviéndose más suave- Esos eran buenos momentos. Mis padres solían ser tan... cariñosos en ese entonces.

Adam me miró, sus ojos oscuros llenos de algo que no pude descifrar.

Su mirada estaba fija en mi, como si estuviera evaluando cada palabra que había dicho.

- ¿Tú? ¿Conociendo a este Michel Jackson?- Dijo Adam finalmente, su voz teñida de incredulidad y algo de burla- Hubiera pensado que tú solo escuchabas música pop superficial o algo por el estilo.

Me reí, un sonido ligero y despreocupado que contrastaba con el silencio de la azotea.

- ¿Me estás llamando princesita mimada y superficial?- Pregunté, fingiendo estar ofendida mientras lo miraba con una sonrisa traviesa- Encima me dices ignorante, Michael Jackson es la octava maravilla del mundo, si no lo conociera es porque vivo debajo de una piedra. Es el dios del pop ¿Cómo me atrevería a ser bailarina y no conocer a una leyenda de mi mundo?

Adam alzó una ceja, sorprendido por mi respuesta.

Tal vez había esperado una respuesta diferente, pero no pudo evitar sonreír también, aunque fuera solo un poco.

- Bueno, sí, tienes razón- Admitió, sus labios curvándose en una sonrisa más amplia- Un poco.

Lo mire con fingida seriedad, pero pronto la fachada se rompió, y ambos comenzamos a reírnos, el sonido de la risa llenando el espacio que antes solo estaba ocupado por la música.

La risa de Adam, aunque discreta, era contagiosa, y por primera vez desde que empezamos a pasar las tardes juntos, sentía que se había roto una barrera entre nosotros.

Era un momento simple, pero en esa risa compartida, había algo genuino, algo que no había sentido en mucho tiempo.

Cuando finalmente la risa se desvaneció, me di cuenta de que Adam me estaba mirando de una manera diferente, con menos reserva, como si me viera realmente por primera vez.

Sostuve su mirada, sintiendo que algo había cambiado.

El sol comenzó a bajar en el horizonte, y supe que era hora de regresar.

Me levantó lentamente, con una sonrisa aún en el rostro.

- Nos vemos el mañana- Dije con ligereza, dándole una última mirada antes de dirigirme a la puerta.

- Sí- Respondió Adam, sin apartar la vista de mi mientras me alejaba.

Salí de la azotea con una sensación de calidez en el pecho.

Algo había cambiado ese día, y aunque no sabía exactamente qué era, estaba ansiosa por descubrirlo los días por venir.

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Hola vvs hermosas.

Andaba perdida JAJAJJAJAJJA.

Es que me entró inspiración para escribir otro fanfic.

Ya tengo más de 10 historias escritas pero son 100% mías y todavía tengo que editarlas.

Esta historia ya está completa, sin embargo la estoy editando porque no me gustó como hice la relación de Jason y Elizabeth.

Es que al tercer capítulo de conocerse ya estaban teniendo gogogo 🤣🤣🤣.

La típica villana Donde viven las historias. Descúbrelo ahora